La incertidumbre: un pozo de ansiedad
Kayo Ávila kayodavidavilaj@gmail.com | Lunes 26 febrero, 2024
Kayo Ávila
Psicólogo Especializado en Ansiedad y Depresión
@con_cienciapsicologia
La vida, con su intrínseca complejidad y belleza, nos presenta la incertidumbre como una constante ineludible. Aceptamos con naturalidad la imposibilidad de conocer con certeza el futuro, pero cuando nuestra tolerancia a la incertidumbre se desborda, nos vemos arrastrados hacia un abismo de ansiedad que entorpece nuestro crecimiento y bienestar emocional.
Caer en el pozo de la incertidumbre es un viaje que nos lleva a responder de manera desproporcionada al malestar que genera la falta de certezas. Se percibe esta ambigüedad o incertidumbre como algo tan amenazante e intimidante que se aprenden varias maneras para intentar reducir ese malestar. Algunos caen en la espiral de la preocupación constante, imaginando los peores escenarios posibles, mientras que otros se sumergen en un mar de simulaciones mentales, buscando desesperadamente controlar cada aspecto de su futuro. Incluso hay quienes se refugian en fantasías reconfortantes, donde la resolución exitosa de las situaciones imaginadas les brinda un breve alivio.
Sin embargo, todas estas respuestas, aunque busquen mitigar el malestar, nos mantienen prisioneros del futuro, impidiéndonos disfrutar del presente y enfrentar la realidad con serenidad. Esta desconexión con el momento presente puede llegar a deteriorar profundamente nuestra calidad de vida, dejándonos atrapados en la sensación de incapacidad para actuar ante la incertidumbre e impidiendonos hacer cosas importantes para nosotros.
Para salir de este laberinto emocional, es necesario desarrollar la habilidad de reconocer cuándo estamos respondiendo desproporcionadamente a la incertidumbre y aprender estrategias para aumentar nuestra tolerancia a ella. Esto implica conectar con el momento presente y aceptar que, aunque no podamos controlar el futuro, sí podemos controlar cómo respondemos a él. Al abrazar la incertidumbre y soltar el afán de control, descubrimos la libertad y la serenidad que se encuentran en la aceptación de lo desconocido.