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La sorprendente movilidad del útero y por qué es clave para el aparato reproductivo femenino

Michelle Spear - The Conversation* | Domingo 29 junio, 2025


Útero hecho en recortes de papel
Getty Images
El útero no se encuentra exactamente en la misma posición en todas las mujeres.

La antigua teoría del útero errante sugería que muchas dolencias en las mujeres se debían a que el útero se desplazaba y vagaba por el cuerpo en busca de humedad.

Según estas teorías, el útero podía vagar libremente por el cuerpo, presionando el hígado o los pulmones y causando síntomas como disnea, desmayos y angustia emocional, algo que posteriormente se denominó "histeria", del griego hystera (útero).

Los tratamientos incluían fumigar la parte inferior del cuerpo con hierbas aromáticas para atraer el útero hacia abajo, exponer la nariz a olores penetrantes para alejarlo del pecho y añadir peso al abdomen para evitar que el útero ascendiera.

El matrimonio y el embarazo se prescribían a menudo como remedios, bajo la creencia de que un útero activo era feliz y bien portado.

En el siglo XVIII, los avances en anatomía y disección comenzaron a refutar la idea de que el útero pudiera desplazarse físicamente. Sin embargo, el legado del útero errante perduró hasta bien entrado el siglo XX en el diagnóstico de "histeria femenina", un término general sin evidencia para englobar una multitud de síntomas.

Si bien el útero no flota como un globo en la cavidad torácica, sí cambia de posición. Y esto es importante. La movilidad es esencial para la fertilidad, la menstruación, el embarazo y la salud pélvica.

¿Cuánto se mueve el útero?

El útero se encuentra entre la vejiga y el recto, suspendido por una serie de ligamentos. Estos no lo inmovilizan, sino que le permiten balancearse e inclinarse.

Su posición puede ser en anteversión (inclinado hacia adelante sobre la vejiga), en retroversión (en ángulo hacia el recto y la columna vertebral) o algo intermedio. Estas variaciones son completamente normales y suelen variar.

Mujer embarazada
Getty Images
La movilidad del útero juega un papel importante en la fertilidad.

Esa posición es importante. El ángulo uterino puede afectar el lugar donde se experimenta el dolor menstrual. En quienes tienen el útero en retroversión, las molestias pueden irradiarse a la zona lumbar. Para otras, los cólicos se sienten más en la parte baja del abdomen.

Un útero inclinado hacia adelante puede presionar más directamente la vejiga, lo que aumenta la necesidad de orinar, especialmente al principio del embarazo. Por el contrario, una inclinación hacia atrás puede presionar el recto, lo que contribuye al estreñimiento o la hinchazón.

Durante la excitación sexual, el útero se eleva ligeramente y alarga el canal vaginal. Durante el parto, se contrae con fuerza y ritmo, elevando el cérvix y ayudando a expulsar el feto.

Incluso el cérvix —la estrecha abertura en la base del útero— no está fijo. Su altura, textura y abertura varían a lo largo del ciclo menstrual en respuesta a las señales hormonales. Durante la ovulación, asciende y se ablanda para permitir la entrada de los espermatozoides. Antes de la menstruación, desciende y se vuelve firme otra vez.

Las trompas uterinas

Quizás la revelación anatómica más sorprendente es que una trompa uterina (también llamada de Falopio) en un lado del cuerpo puede capturar un óvulo liberado del ovario opuesto. Si hay un verdadero buscador en el tracto reproductivo, ese es la trompa uterina.

Cada mes, durante la ovulación, las fimbrias (proyecciones digitiformes al final de la trompa) recorren la superficie del ovario, impulsando al óvulo liberado hacia la entrada de la trompa.

La trompa de Falopio no está anclada directamente al ovario, sino que lo encuentra. Como una anémona de mar en cámara lenta, explora, se flexiona y se mueve.

Útero
Getty Images
Aunque no flota por todo el cuerpo, tiene movilidad dentro de ciertos límites.

Una vez capturado, los cilios (diminutas estructuras similares a pelos que recubren la superficie interna de la trompa) trabajan en conjunto con las contracciones musculares que desplazan el óvulo hacia el útero.

Esta coreografía es vital, pero también explica el riesgo de embarazo ectópico.

Si un óvulo fecundado se implanta en la trompa en lugar de viajar al útero, puede suponer una grave emergencia médica. Es precisamente la adaptabilidad y el alcance de la trompa lo que la hace vulnerable.

Los ovarios también son ligeramente móviles, suspendidos por ligamentos que permiten cierto grado de movimiento dentro de la cavidad pélvica. Esto se hace especialmente evidente después de una histerectomía, cuando la extirpación del útero puede provocar que los ovarios se desplacen, lo que a veces complica la obtención de imágenes o la planificación quirúrgica.

Si bien su movimiento es más limitado que el del útero o las trompas, sigue desempeñando un papel en la dinámica pélvica. En raras ocasiones, puede provocar torsión ovárica, una torsión dolorosa del órgano que requiere atención de emergencia.

Mientras que la movilidad es normal, el movimiento excesivo o un soporte debilitado pueden causar problemas. El prolapso uterino (cuando el útero desciende dentro o más allá del canal vaginal) puede deberse al debilitamiento de los músculos del suelo pélvico, que ocurre por lo general después de múltiples partos o debido a cambios relacionados con la edad.

Es un fallo mecánico, no moral. Lamentablemente, la historia no siempre lo ha tratado de esa manera.

Mujer con dolor menstrual
Getty Images
La posición del útero afecta dónde puedes sentir dolores menstruales.

De igual manera, las adherencias de la endometriosis o cirugías previas pueden limitar la movilidad natural, causando dolor intenso a medida que los órganos que deberían deslizarse entre sí se tensan e inflaman.

Si bien el útero se mueve, lo hace dentro de límites anatómicos y bajo la influencia de ligamentos y hormonas, no por capricho. El mito persistente del útero errante reflejaba inquietudes más amplias sobre el cuerpo femenino: que era impredecible, rebelde y que necesitaba control.

Hoy, con el beneficio de las técnicas de diagnóstico por imágenes, la disección y la investigación anatómica, podemos reemplazar ese mito por una comprensión más profunda sobre el propósito de la movilidad del útero.

*Michelle Spear es profesora de Anatomía de la Universidad de Bristol, Reino Unido.

Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original (en inglés).

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