"La experiencia de las bandas ha sido exitosa"
Gabriela Masis gmasis@larepublica.net | Lunes 27 septiembre, 2010
Inflación y tasa de interés se han mantenido bajas, defiende Francisco de Paula Gutiérrez, ex presidente del Banco Central
“La experiencia de las bandas ha sido exitosa”
La fluctuación del tipo de cambio no significa que las bandas ya no sean requeridas
Desde agosto de 2009 viene funcionando en el mercado cambiario un régimen que algunos llaman de flotación administrada, el cual ha suscitado críticas positivas o negativas entre distintos sectores como el exportador, importador, analistas y académicos.
Su creador entra a analizar la situación actual y la conveniencia de abandonar o no el sistema de bandas.
De antemano, defiende que el sistema ha logrado su cometido de mantener una tasa de inflación baja y estable.
A continuación un extracto de la entrevista con Francisco de Paula Gutiérrez, ex presidente del Banco Central.
¿A qué se debe la volatilidad en estos días del tipo de cambio, a pesar del esquema de bandas?
Las bandas no son un instrumento para limitar la volatilidad del tipo de cambio, sino para acortar su nivel dentro de dos límites.
Al 22 de setiembre (día de la entrevista) el tipo de cambio podía fluctuar libremente en el mercado mayorista, como lo ha venido haciendo desde mediados de agosto del año pasado, entre ¢500 y ¢647.
Inicialmente la amplitud de la banda era muy estrecha, porque no se tenía experiencia con la flotación, pero conforme ha pasado el tiempo, la amplitud se ensancha, permitiendo que el tipo de cambio se ubique entre los límites. Al hacerlo, es de esperar que sea más volátil respecto a la situación cuando se pegaba a uno de ellos.
Por otra parte, si bien hay mayor volatilidad que en el pasado, diversos estudios muestran que esa volatilidad no es mayor a la observada en otras monedas de la región e inclusive a la del euro.
¿Podría interpretarse como un régimen de facto?
Desde agosto de 2009 el Banco no ha intervenido en el mercado cambiario, dejando que el tipo de cambio se fije en dicho mercado. Así, aunque tenemos un sistema de bandas, lo sucedido en los últimos 13 meses es más una flotación de la moneda.
El Banco (Central) ha participado recientemente en el mercado cambiario por cuenta propia, comprando divisas como parte de su programa de acumulación de reservas internacionales.
Esa intervención, sin embargo, debe verse como un elemento más de la demanda por divisas para alcanzar un objetivo de reservas y no como una intervención para alterar el nivel del tipo de cambio.
Algunos apuntan que es de facto, porque el modelo que impera en la práctica no oficial, es una flotación. Entonces ¿por qué no se oficializa?
Desde que se inició el esquema de bandas cambiarias, el Banco Central lo planteó como un esquema de transición hacia un esquema de flotación administrada.
El Banco ha reiterado recientemente que ese es su objetivo final, por lo que me parece que debemos darle tiempo para que lo alcance.
Usted menciona que el régimen de bandas ha funcionado y ha sido exitoso, pero algunos sectores productivos han manifestado que han sido perjudicados. ¿Cuál es su posición al respecto?
El propósito de abandonar las minidevaluaciones y buscar un régimen de flotación administrada (con las bandas como una etapa de transición) no era favorecer o perjudicar a sectores particulares. Era recuperar espacio para poder actuar en la política monetaria y alcanzar el objetivo fundamental que le asigna la Ley al Banco Central, cual es mantener una tasa de inflación baja y estable.
Creo que la experiencia de las bandas ha sido exitosa porque hemos avanzado mucho en el logro de ese objetivo, como lo refleja el hecho de que la tasa de inflación sea la más baja de los últimos 30 años. El Banco Central está ahora en mejor capacidad de enfrentar las presiones inflacionarias porque tiene un menor nivel de pérdidas y no tiene que participar sistemáticamente en el mercado cambiario. Esto, además, ha tenido otros efectos como la reducción y mayor estabilidad de la tasa de interés en colones, que podría reflejarse en una menor dolarización del crédito y la mayor conciencia de los agentes económicos sobre el riesgo cambiario.
Usted menciona que el Central verá el momento oportuno para pasar a un sistema de flotación administrada; en a su criterio, ¿cuándo sería el momento oportuno?
El Banco Central ha indicado que antes de pasar a una flotación administrada quisiera tener una mayor capacidad para hacer un manejo diario de la liquidez y quisiera ver disponibles opciones para el manejo del riesgo cambiario por parte de los agentes económicos. Entiendo que el Banco ha seguido avanzando en la búsqueda de ambos propósitos y, por tanto, está hoy más cerca de dar ese paso. Prefiero que sean las autoridades del Banco las que definan cuándo es el momento oportuno, porque son estas quienes mejor conocen cuál es la situación.
¿Qué condiciones tendrán que darse para oficializar un esquema de flotación?
La existencia de un esquema que permita ofrecer instrumentos para el manejo del riesgo cambiario y la definición de una política de intervención del Banco una vez que elimine las bandas.
¿Sería oportuno cuando hay una inflación controlada y tasas controladas, migrar a un régimen diferente?
No lo veo como “migrar a un régimen diferente” sino como continuar por un camino definido y comunicado claramente desde hace más de cuatro años. Precisamente el hecho de tener una inflación controlada y tasas controladas, así como haber pasado ya bastante tiempo con el tipo de cambio dentro de las bandas, me parece que facilita dar el siguiente paso.
Hay quienes hablan de dolarización, ¿está el país preparado y es el momento para adoptar este sistema?
Respeto a quienes hablan de dolarización, pero no comparto su posición. La discusión ahora no es si podemos dolarizar la economía, porque las condiciones actuales lo permitirían, sino si debemos hacerlo. Mi posición es que no es conveniente, porque perdemos grados de libertad en el manejo de la política económica. La dolarización no es una cura de todos los males de la economía, sino, principalmente, una forma de evitar la inflación. Creo que, en vez de dolarizar, hay que consolidar esfuerzos para tener una economía estable y disponer, en caso necesario, de las políticas cambiaria y monetaria para enfrentar choques externos.
Gabriela Masís
gmasis@larepublica.net
“La experiencia de las bandas ha sido exitosa”
La fluctuación del tipo de cambio no significa que las bandas ya no sean requeridas
Desde agosto de 2009 viene funcionando en el mercado cambiario un régimen que algunos llaman de flotación administrada, el cual ha suscitado críticas positivas o negativas entre distintos sectores como el exportador, importador, analistas y académicos.
Su creador entra a analizar la situación actual y la conveniencia de abandonar o no el sistema de bandas.
De antemano, defiende que el sistema ha logrado su cometido de mantener una tasa de inflación baja y estable.
A continuación un extracto de la entrevista con Francisco de Paula Gutiérrez, ex presidente del Banco Central.
¿A qué se debe la volatilidad en estos días del tipo de cambio, a pesar del esquema de bandas?
Las bandas no son un instrumento para limitar la volatilidad del tipo de cambio, sino para acortar su nivel dentro de dos límites.
Al 22 de setiembre (día de la entrevista) el tipo de cambio podía fluctuar libremente en el mercado mayorista, como lo ha venido haciendo desde mediados de agosto del año pasado, entre ¢500 y ¢647.
Inicialmente la amplitud de la banda era muy estrecha, porque no se tenía experiencia con la flotación, pero conforme ha pasado el tiempo, la amplitud se ensancha, permitiendo que el tipo de cambio se ubique entre los límites. Al hacerlo, es de esperar que sea más volátil respecto a la situación cuando se pegaba a uno de ellos.
Por otra parte, si bien hay mayor volatilidad que en el pasado, diversos estudios muestran que esa volatilidad no es mayor a la observada en otras monedas de la región e inclusive a la del euro.
¿Podría interpretarse como un régimen de facto?
Desde agosto de 2009 el Banco no ha intervenido en el mercado cambiario, dejando que el tipo de cambio se fije en dicho mercado. Así, aunque tenemos un sistema de bandas, lo sucedido en los últimos 13 meses es más una flotación de la moneda.
El Banco (Central) ha participado recientemente en el mercado cambiario por cuenta propia, comprando divisas como parte de su programa de acumulación de reservas internacionales.
Esa intervención, sin embargo, debe verse como un elemento más de la demanda por divisas para alcanzar un objetivo de reservas y no como una intervención para alterar el nivel del tipo de cambio.
Algunos apuntan que es de facto, porque el modelo que impera en la práctica no oficial, es una flotación. Entonces ¿por qué no se oficializa?
Desde que se inició el esquema de bandas cambiarias, el Banco Central lo planteó como un esquema de transición hacia un esquema de flotación administrada.
El Banco ha reiterado recientemente que ese es su objetivo final, por lo que me parece que debemos darle tiempo para que lo alcance.
Usted menciona que el régimen de bandas ha funcionado y ha sido exitoso, pero algunos sectores productivos han manifestado que han sido perjudicados. ¿Cuál es su posición al respecto?
El propósito de abandonar las minidevaluaciones y buscar un régimen de flotación administrada (con las bandas como una etapa de transición) no era favorecer o perjudicar a sectores particulares. Era recuperar espacio para poder actuar en la política monetaria y alcanzar el objetivo fundamental que le asigna la Ley al Banco Central, cual es mantener una tasa de inflación baja y estable.
Creo que la experiencia de las bandas ha sido exitosa porque hemos avanzado mucho en el logro de ese objetivo, como lo refleja el hecho de que la tasa de inflación sea la más baja de los últimos 30 años. El Banco Central está ahora en mejor capacidad de enfrentar las presiones inflacionarias porque tiene un menor nivel de pérdidas y no tiene que participar sistemáticamente en el mercado cambiario. Esto, además, ha tenido otros efectos como la reducción y mayor estabilidad de la tasa de interés en colones, que podría reflejarse en una menor dolarización del crédito y la mayor conciencia de los agentes económicos sobre el riesgo cambiario.
Usted menciona que el Central verá el momento oportuno para pasar a un sistema de flotación administrada; en a su criterio, ¿cuándo sería el momento oportuno?
El Banco Central ha indicado que antes de pasar a una flotación administrada quisiera tener una mayor capacidad para hacer un manejo diario de la liquidez y quisiera ver disponibles opciones para el manejo del riesgo cambiario por parte de los agentes económicos. Entiendo que el Banco ha seguido avanzando en la búsqueda de ambos propósitos y, por tanto, está hoy más cerca de dar ese paso. Prefiero que sean las autoridades del Banco las que definan cuándo es el momento oportuno, porque son estas quienes mejor conocen cuál es la situación.
¿Qué condiciones tendrán que darse para oficializar un esquema de flotación?
La existencia de un esquema que permita ofrecer instrumentos para el manejo del riesgo cambiario y la definición de una política de intervención del Banco una vez que elimine las bandas.
¿Sería oportuno cuando hay una inflación controlada y tasas controladas, migrar a un régimen diferente?
No lo veo como “migrar a un régimen diferente” sino como continuar por un camino definido y comunicado claramente desde hace más de cuatro años. Precisamente el hecho de tener una inflación controlada y tasas controladas, así como haber pasado ya bastante tiempo con el tipo de cambio dentro de las bandas, me parece que facilita dar el siguiente paso.
Hay quienes hablan de dolarización, ¿está el país preparado y es el momento para adoptar este sistema?
Respeto a quienes hablan de dolarización, pero no comparto su posición. La discusión ahora no es si podemos dolarizar la economía, porque las condiciones actuales lo permitirían, sino si debemos hacerlo. Mi posición es que no es conveniente, porque perdemos grados de libertad en el manejo de la política económica. La dolarización no es una cura de todos los males de la economía, sino, principalmente, una forma de evitar la inflación. Creo que, en vez de dolarizar, hay que consolidar esfuerzos para tener una economía estable y disponer, en caso necesario, de las políticas cambiaria y monetaria para enfrentar choques externos.
Gabriela Masís
gmasis@larepublica.net