Las otras pandemias que enfrentamos
Jonathan Prendas jonathan.prendas@gmail.com | Lunes 13 julio, 2020
Costa Rica necesita un sólido liderazgo que nos permita mirar hacia el futuro con esperanza, que encabece las reformas necesarias para generar los cambios estructurales y productivos que le traerán bienestar a todos los costarricenses.
El Ejecutivo ha demostrado que no tiene los caudillos que requerimos en estos momentos de crisis. Es más, el gobierno le ha sumado al Covid-19 otras pandemias de su propia creación que amenazan la democracia y la estabilidad económica del país: corrupción, ilegalidades, ausencia de control en el gasto público, escasa comunicación, presiones internas y externas a nuestro sistema político, nula visión de futuro, de reactivación, de lucha frontal contra el desempleo.
La epidemia de no escuchar a diputados, empresarios y otros miembros del sector privado es tan grave como el Covid-19. Todos le hemos planteado al Ejecutivo propuestas para mejorar la economía y para realizar valientes recortes en el gasto, pero a todos nos ignora. Esto es omitir los enormes problemas de empleo, pobreza y hambre que cada vez afectan a más personas.
Nueva República le presentó a Elián Venegas, tercer ministro de Hacienda en este período, una hoja de ruta con doce fuentes de ahorro que superan el billón de colones, así como el programa “Costa Rica Puede” para reactivar al país, reducir los impuestos y generar más recortes sin afectar el funcionamiento del Estado. Se trata de propuestas viables, de fácil ejecución y resultados visibles aún en el corto plazo, pero no los tomó en cuenta.
La necesidad de gastar lo que no se tiene es un cáncer que viene aparejado con la mala maña de no usar con responsabilidad los recursos públicos. La semana pasada la Contraloría elevó al Ministerio Público la investigación por la compra de títulos valores que el gobierno le hizo a Bancrédito, operación que afectó severamente el flujo de caja del presupuesto y que se desarrolló en un período similar a la creación del hueco fiscal por ¢900 mil millones.
La pandemia de burlar la ley y a la democracia nos preocupa. El miércoles, la prensa informó que la Cancillería aprobó en secreto una normativa,y este año el Ejecutivo mantuvo una agencia de espionaje ilegal, inconstitucional, abusadora del poder, y autorizó a terceros para manejar información sensible de los costarricenses.
La corrupción y el amiguismo también carcomen al gobierno. Con investigaciones pendientes en instancias judiciales en sonados casos como el Cementazo o el Calderazo, el Ejecutivo tiene el descaro de seguir protegiendo a los suyos. Premió a Rocío Aguilar, Nogui Acosta y Nancy Marín con puestazos en la Administración Pública, luego de que demitieran o se vieran obligados a renunciar.
La epidemia ideológica no es menos peligrosa, pues nubla la visión y tuerce el brazo para actuar solo de una manera. El exministro de Hacienda, Rodrigo Chaves, mencionó que su salida obedeció a influencias externas y, por supuesto, al sesgo del Ejecutivo para tomar decisiones impostergables. Beto Cañas renunció al partido que ayudó a crear por “la infiltración de la intolerancia”, es decir, vaticinó que grupos de la izquierda chavista lo tomarían para tirar sus hilos hacia el totalitarismo.
Nueva República seguirá combatiendo estas pandemias como lo ha hecho desde su fundación: con denuncia, con propuestas, con ideas concretas, de frente. Súmese usted también, porque hoy está en juego el futuro de todos. Juntos podemos construir el liderazgo y la visión que Costa Rica necesita de cara a su bicentenario.
Jonathan Prendas
Diputado
Nueva República