Limón: trabajadores suplentes decidirán
Danny Canales dannycanales.asesor@larepublica.net | Miércoles 01 diciembre, 2010
Cantidad de interinoss que voten para el nuevo Sindicato de Japdeva determinará la suerte de los puertos
Limón: trabajadores suplentes decidirán
Ronaldo Blear quiere que todos los suplentes afiliados al sindicato voten; ¡Jamás!, dicen rivales
La gran cantidad de incapacidades que se recetan en los puertos de Limón y Moín, en el Caribe, podría incidir en el futuro de la modernización portuaria.
Ello porque los trabajadores que se contratan para sustituir a los muelleros que se reportan enfermos tienen la posibilidad de votar.
Dependiendo de la cantidad de suplentes que participe en la elección, se podría inclinar la balanza en la definición del próximo sindicato.
Debido a la importancia que tiene el voto de los muelleros temporales, los candidatos a dirigir el sindicato mueven sus piezas para, por un lado, tratar de utilizar este grupo de trabajadores a su favor o, por el contrario, bloquear la participación de la mayor cantidad de ellos en el proceso electoral.
La cúpula sindical actual —que aspira a reelegir a Ronaldo Blear como secretario general— promueve que se permita la participación en la elección de todos los suplentes afiliados al sindicato, cuyo número puede exceder 500, aunque estos no hayan trabajado un solo día durante el año.
Este grupo, que casi en su totalidad está afiliado al gremio, le dio el triunfo a Blear en las elecciones de 2009, pues un alto porcentaje de ellos considera que si la empresa privada asume los muelles, podrían perder esa fuente temporal de empleo.
“Con solo estar inscritos en el sindicato y haber seguido pagando su afiliación tienen derecho a votar”, afirmó Blear, quien justifica que así lo definen el Código de Trabajo, así como los estatutos del sindicato.
Sin embargo, sus rivales lo acusan de estar montando una “treta” para “acomodar las elecciones” a su favor y adelantan que lo combatirán hasta en tribunales, de ser necesario.
La consigna de los grupos contrarios es que solo podrán votar los suplentes que estén trabajando el día de las elecciones.
“Los trabajadores suplentes tienen una relación laboral muy bien definida; tienen fecha de inicio de labores y de conclusión, entonces ¿cómo va a decir Blear que podrán votar quienes no están trabajando?”, se cuestionó Anthony Daley, aspirante al sindicato pro concesión.
En ese sentido Douglas Brenes, otro candidato que promueve la concesión portuaria, aseguró, que si vota un solo muellero interino que no tenga contrato vigente, “recurrirá a los Tribunales” para impugnar la elección, pues aseguró que existe jurisprudencia que prohíbe esa acción.
Con la tesis de los candidatos de oposición, el número de muelleros suplentes que podría votar en la elección de la próxima junta directiva del sindicato se reduciría a unos 100, que son los que trabajan en los puertos del Caribe habitualmente.
Mientras tanto, el Ministerio de Trabajo respalda la posición de Brenes y Daley.
El 7 de enero de este año, resolvió que el trabajador suplente puede votar en las asambleas del sindicato “siempre y cuando se encuentre laborando, es decir mientras esté vigente el contrato a plazo fijo de la suplencia”.
No se puede pretender considerarlos afiliados al sindicato cuando no estén laborando, pues no existiría esa contratación que respalda su condición de trabajadores de Japdeva, agregó la resolución.
Las autoridades de Japdeva prefirieron no referirse al proceso, pues aducen que podrían ser acusados de parcialidad ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“Lo único que solicitamos es que se garantice transparencia en la elección; para ello les pedimos a la OIT y al Ministerio de Trabajo que envíen un grupo de observadores al proceso”, respondió Allan Hidalgo, presidente ejecutivo de Japdeva.
Tanto Brenes como Daley han defendido que la entrada de capital privado a los puertos de Limón y Moín es la salvación que tendría el Caribe ante el abandono en que ha estado por años.
También coinciden en que generarían más fuentes de empleo.
Ambos están a favor del plan ofrecido por el gobierno anterior, que plantea una indemnización de $137 millones para los trabajadores del puerto, más las prestaciones de ley y un plan de prejubilación para los que están cerca de pensionarse, a cambio de que permitan a la empresa privada asumir las tareas de ampliación y operación del muelle de Moín para el manejo de carga y del de Limón para la atención de turistas.
La inversión que se haría en los muelles superaría los $200 millones. El proyecto contempla también la compra de grúas y otros equipos, así como mejoras estructurales que permitan agilizar la operación.
Además de deberá dotar a los muelles de dispositivos de seguridad para cumplir con la normativa internacional sobre el combate del terrorismo y tráfico de drogas.
De ganar el grupo de Blear, en cambio, se le cerrarían las puertas al Gobierno para impulsar su proyecto de modernización portuaria impulsado desde la administración pasada por medio de la empresa privada.
Más bien este movimiento propone que se le permita a Japdeva, entidad que opera los puertos, realizar una inversión por encima de los $80 millones para equipar a Moín y Limón con grúas pórticas y equipo de atención de carga en tierra, para mejorar la eficiencia de los muelles.
Se apostará por la concesión debido a los pocos recursos existentes para operar los puertos. Del presupuesto de este año, el 80% se va en salarios y solo un 20% se dedica a la operación portuaria, afirmó Francisco Jiménez, ministro de Obras Públicas y Transportes.
“Y para el próximo año, la proporción será de 84% en salario y 16% para la operación”, aseguro Jiménez.
En caso de que no se logre dar los muelles del Caribe a una empresa especializada, entonces se tendría que recurrir al “plan b” que maneja el Poder Ejecutivo y que incluye medidas drásticas como el traslado interno o externo de trabajadores y un plan de jubilación de aquellos empleados que están cerca de pensionarse, ha anunciado el Ministro de Obras Públicas y Transportes.
Además se deberá renegociar la convención colectiva en lo relacionado con los ajustes salariales para fijarlos, en adelante, de acuerdo con la eficiencia de los muelles. Así, los trabajadores recibirán aumento de sueldo solo si Japdeva reporta superávit.
Los cambios que se proponen buscan mejorar las finanzas de la entidad portuaria.
La alta necesidad de trabajadores sustitutos que existe en los puertos del Caribe responde al gran número de incapacidades que se reportan.
Solo en los primeros diez meses, se reportaron 561 trabajadores incapacitados entre los empleados que trabajan en la operación de los muelles, sin incluir el área administrativa.
La elección del próximo sindicato de Japdeva está programada para el 21 de enero. El inicio de la campaña está prevista para el próximo lunes, con la inscripción de las candidaturas.
Danny Canales
dcanales@larepublica.net
Limón: trabajadores suplentes decidirán
Ronaldo Blear quiere que todos los suplentes afiliados al sindicato voten; ¡Jamás!, dicen rivales
La gran cantidad de incapacidades que se recetan en los puertos de Limón y Moín, en el Caribe, podría incidir en el futuro de la modernización portuaria.
Ello porque los trabajadores que se contratan para sustituir a los muelleros que se reportan enfermos tienen la posibilidad de votar.
Dependiendo de la cantidad de suplentes que participe en la elección, se podría inclinar la balanza en la definición del próximo sindicato.
Debido a la importancia que tiene el voto de los muelleros temporales, los candidatos a dirigir el sindicato mueven sus piezas para, por un lado, tratar de utilizar este grupo de trabajadores a su favor o, por el contrario, bloquear la participación de la mayor cantidad de ellos en el proceso electoral.
La cúpula sindical actual —que aspira a reelegir a Ronaldo Blear como secretario general— promueve que se permita la participación en la elección de todos los suplentes afiliados al sindicato, cuyo número puede exceder 500, aunque estos no hayan trabajado un solo día durante el año.
Este grupo, que casi en su totalidad está afiliado al gremio, le dio el triunfo a Blear en las elecciones de 2009, pues un alto porcentaje de ellos considera que si la empresa privada asume los muelles, podrían perder esa fuente temporal de empleo.
“Con solo estar inscritos en el sindicato y haber seguido pagando su afiliación tienen derecho a votar”, afirmó Blear, quien justifica que así lo definen el Código de Trabajo, así como los estatutos del sindicato.
Sin embargo, sus rivales lo acusan de estar montando una “treta” para “acomodar las elecciones” a su favor y adelantan que lo combatirán hasta en tribunales, de ser necesario.
La consigna de los grupos contrarios es que solo podrán votar los suplentes que estén trabajando el día de las elecciones.
“Los trabajadores suplentes tienen una relación laboral muy bien definida; tienen fecha de inicio de labores y de conclusión, entonces ¿cómo va a decir Blear que podrán votar quienes no están trabajando?”, se cuestionó Anthony Daley, aspirante al sindicato pro concesión.
En ese sentido Douglas Brenes, otro candidato que promueve la concesión portuaria, aseguró, que si vota un solo muellero interino que no tenga contrato vigente, “recurrirá a los Tribunales” para impugnar la elección, pues aseguró que existe jurisprudencia que prohíbe esa acción.
Con la tesis de los candidatos de oposición, el número de muelleros suplentes que podría votar en la elección de la próxima junta directiva del sindicato se reduciría a unos 100, que son los que trabajan en los puertos del Caribe habitualmente.
Mientras tanto, el Ministerio de Trabajo respalda la posición de Brenes y Daley.
El 7 de enero de este año, resolvió que el trabajador suplente puede votar en las asambleas del sindicato “siempre y cuando se encuentre laborando, es decir mientras esté vigente el contrato a plazo fijo de la suplencia”.
No se puede pretender considerarlos afiliados al sindicato cuando no estén laborando, pues no existiría esa contratación que respalda su condición de trabajadores de Japdeva, agregó la resolución.
Las autoridades de Japdeva prefirieron no referirse al proceso, pues aducen que podrían ser acusados de parcialidad ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“Lo único que solicitamos es que se garantice transparencia en la elección; para ello les pedimos a la OIT y al Ministerio de Trabajo que envíen un grupo de observadores al proceso”, respondió Allan Hidalgo, presidente ejecutivo de Japdeva.
Tanto Brenes como Daley han defendido que la entrada de capital privado a los puertos de Limón y Moín es la salvación que tendría el Caribe ante el abandono en que ha estado por años.
También coinciden en que generarían más fuentes de empleo.
Ambos están a favor del plan ofrecido por el gobierno anterior, que plantea una indemnización de $137 millones para los trabajadores del puerto, más las prestaciones de ley y un plan de prejubilación para los que están cerca de pensionarse, a cambio de que permitan a la empresa privada asumir las tareas de ampliación y operación del muelle de Moín para el manejo de carga y del de Limón para la atención de turistas.
La inversión que se haría en los muelles superaría los $200 millones. El proyecto contempla también la compra de grúas y otros equipos, así como mejoras estructurales que permitan agilizar la operación.
Además de deberá dotar a los muelles de dispositivos de seguridad para cumplir con la normativa internacional sobre el combate del terrorismo y tráfico de drogas.
De ganar el grupo de Blear, en cambio, se le cerrarían las puertas al Gobierno para impulsar su proyecto de modernización portuaria impulsado desde la administración pasada por medio de la empresa privada.
Más bien este movimiento propone que se le permita a Japdeva, entidad que opera los puertos, realizar una inversión por encima de los $80 millones para equipar a Moín y Limón con grúas pórticas y equipo de atención de carga en tierra, para mejorar la eficiencia de los muelles.
Se apostará por la concesión debido a los pocos recursos existentes para operar los puertos. Del presupuesto de este año, el 80% se va en salarios y solo un 20% se dedica a la operación portuaria, afirmó Francisco Jiménez, ministro de Obras Públicas y Transportes.
“Y para el próximo año, la proporción será de 84% en salario y 16% para la operación”, aseguro Jiménez.
En caso de que no se logre dar los muelles del Caribe a una empresa especializada, entonces se tendría que recurrir al “plan b” que maneja el Poder Ejecutivo y que incluye medidas drásticas como el traslado interno o externo de trabajadores y un plan de jubilación de aquellos empleados que están cerca de pensionarse, ha anunciado el Ministro de Obras Públicas y Transportes.
Además se deberá renegociar la convención colectiva en lo relacionado con los ajustes salariales para fijarlos, en adelante, de acuerdo con la eficiencia de los muelles. Así, los trabajadores recibirán aumento de sueldo solo si Japdeva reporta superávit.
Los cambios que se proponen buscan mejorar las finanzas de la entidad portuaria.
La alta necesidad de trabajadores sustitutos que existe en los puertos del Caribe responde al gran número de incapacidades que se reportan.
Solo en los primeros diez meses, se reportaron 561 trabajadores incapacitados entre los empleados que trabajan en la operación de los muelles, sin incluir el área administrativa.
La elección del próximo sindicato de Japdeva está programada para el 21 de enero. El inicio de la campaña está prevista para el próximo lunes, con la inscripción de las candidaturas.
Danny Canales
dcanales@larepublica.net