Más allá del alza en el tipo de cambio
Por Hernán Varela, gerente de Administración de portafolios de Banca Patrimonial
Banco LAFISE
En noviembre de 2014 el Banco Central de Costa Rica (BCCR) informo su intención de permitir la acumulación o desacumulación de reservas internacionales para las operaciones que mantenía con el Sector Público no Bancario por hasta un 8% sobre el saldo adecuado en reservas, y es que el problema en ese momento era el exceso de oferta de dólares que presentaba la economía costarricense. La entrada de dólares por las captaciones internacionales del gobierno, que eran luego trasladadas a colones, así como la oferta del sector privado, que veían un mayor beneficio de tener sus ahorros en colones, eran las causas de ese desbalance que presionaba a la baja al tipo de cambio. Pero esta tendencia comenzó a revertirse desde el 2016 y se exacerbo en un importante movimiento del tipo de cambio el pasado mes de mayo.
En 2016 el colón se devaluó un 3,8%, de la mano de un escenario de menor oferta de dólares. La expectativa para 2017 era similar. ¿Qué pasó?
El tipo de cambio comenzó el año con una tendencia al alza, esto a medida en que las condiciones externas e internas continuaban la senda iniciada en 2016; precios internos más altos, tasas de interés en dólares al alza y precios de materias primas más recuperados. No obstante, en mayo se dio un incremento importante en la demanda de dólares en las ventanillas de los bancos, situación que se trasladó al mercado mayorista impulsando el tipo de cambio, en ocasiones, hasta ¢4 por día. La noticia de las presiones al alza alimentaron las expectativas de los costarricenses que continuaron con el proceso de dolarización.
Acá habían personas con deudas en dólares que prefirieron “blindarse” ante precios de la divisa más altos pero también los que querían beneficiarse de ese comportamiento.
El BCCR actuó vendiendo dólares, montos importantes, pero insuficientes para evitar la devaluación; subidas continuas en la tasa de política monetaria, una tasa que usa la entidad para influenciar el resto de tasas en la economía, incrementaron aún más las expectativas ¿Qué está viendo el Banco Central que se muestra tan preocupado? se preguntaron muchos.
De esta forma la entidad decidió tomar medidas adicionales y anunció el inicio de las intervenciones, las cuáles consisten en intervenciones que pueden durar varios días con el fin de “encarrilar” al tipo de cambio a una senda que ellos consideran como “de largo plazo”. Básicamente la entidad aparecía en el mercado mayorista vendiendo dólares, en montos significativos, a tipos de cambio cada día más bajos. Esto hizo que el tipo de cambio bajara un 4,6%, casi el movimiento presentado en la semana del 22 de mayo.
La reacción, un poco tardía del BCCR, hizo que pocos vieran el movimiento como natural, por lo que una vez que se alejaron las ventas de la entidad, nuevas presiones al alza reaparecieron. Y es que las condiciones detrás de la esperada devaluación de 2017 no se han desaparecido, por lo que es racional que las personas vean una oportunidad para dolarizarse.
Estas nuevas presiones generaron nuevas medidas del BCCR. Estas van dirigidas a recuperar el atractivo del colón y a reducir la volatilidad en el mercado cambiario: una nueva subida en la tasa de política monetaria, así como la reapertura de Central Directo, una facilidad electrónica que le permite a las personas invertir en colones; la idea acá es que si las tasas se vuelven atractivas los bancos deberán de competir y de esta forma las tasas de captación en general suban; tasas más altas podrían reducir el apetito por dolarizarse. La otra medida es una subasta que precederá a la sesión diaria de Monex, en esta participaran las entidades financieras con ofertas de compra y venta de dólares, aunque no se conoce aún la participación que tendrá el Central ahí, es de esperarse por el actuar reciente, de que será alta.
Hacia delante, los mensajes del BCCR nos hace pensar que un episodio similar al de mayo es poco probable en el mediano plazo.