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Meco seguirá apostando a crecer en el extranjero

Rodrigo Díaz rdiaz@larepublica.net | Jueves 01 enero, 2015


“El éxito de Meco es su gente. Somos una colmena de personas haciendo cada uno lo suyo con una calidad y eficiencia impresionantes”, afirma José Alfredo Sánchez, vicepresidente de Meco. Esteban Monge/La República


Meco, empresa constructora costarricense, factura unos $500 millones al año.

Lo que más llama la atención es que tres cuartas partes de estos ingresos provienen de proyectos que ejecuta fuera del país.

Ante la falta de grandes proyectos de infraestructura en el país, esta compañía tomó decisión estratégica importante y giró su foco de negocio a obras de importancia en Centroamérica y el Caribe. Fiel a esa estrategia, ahora busca consolidarse como una reconocida firma constructora en Suramérica.

En Colombia, Perú y Ecuador espera seguir creciendo y alcanzar la meta de lograr $1.000 millones anuales en proyectos para el año 2020.
Carreteras, puentes, aeropuertos, parques eólicos y solares, proyectos hidroeléctricos, canales de riego, marinas, infraestructura comercial y turística forman parte del portafolio de proyectos que esta empresa lleva adelante en el extranjero.

José Alfredo Sánchez, vicepresidente regional de Meco, explica las razones del éxito de esta empresa costarricense, en un extracto de la conversación que tuvo con este medio.
 

¿Cuál es la clave del éxito de Meco?
Es la mezcla de la visión empresarial de nuestro presidente, Carlos Cerdas, y un capital humano de primera, con personas que han estado desde hace muchos años en la empresa. Meco es producto del esfuerzo del trabajo colectivo costarricense.

Soy un fiel creyente de que Costa Rica tiene un potencial gigantesco de talento, que requiere empresarios que no tengan miedo de competir en las grandes ligas.

Salimos de Costa Rica en 1992. En ese momento empezamos a competir con otras empresas de capital europeo, colombiano, mexicano, brasileño, estadounidense, y nuestra gente aprendió a jugar a otro nivel de exigencia.

Ahora estamos en todo Centroamérica, y desde 2011 empezamos a operar en Colombia.

¿Por qué crecer afuera?
El mercado de Costa Rica es muy pequeño para una empresa como la nuestra. Indudablemente, Costa Rica en temas de infraestructura es un país muy complejo, muy entrabado.

Las oportunidades de hacer obra son muy limitadas, y las hemos encontrado en otros países que van desde El Salvador en el pasado, Panamá después y ahora en Colombia. Todos ellos están haciendo obra que en este país no se hace.

Por ejemplo, nosotros ganamos tres concesiones viales en Colombia, cada una de las cuales es tres veces más grande que San José-Caldera, tanto en monto de inversión, como extensión de la carretera y complejidad de las obras.

Es una herramienta natural para hacer infraestructura. Sin embargo, el tema de las concesiones en Costa Rica es mala palabra.

¿Cómo es que logran hacer esos grandes proyectos en otros países?
Para empezar, las trabas mentales no están en la empresa privada. Meco no es entrabado, lento ni le faltan capacidades.

El problema de Costa Rica es el entrabamiento del Estado para conceptualizar obras grandes y ejecutarlas.

Cuando salimos del país, encontramos otro nivel de desempeño, tanto exigencia de los clientes como capacidad de la competencia. Meco aprendió a ser mejor a través de muchísimos proyectos y obras que hemos hecho a lo largo del tiempo.

Quiere decir que afuera hacen obras que aquí no se construyen…

Por supuesto.Tenemos una grúa de 250 toneladas, la más grande de Costa Rica, y nos la tuvimos que llevar porque no hay trabajos para este equipo.

Hay equipo muy sofisticado con muchos sensores electrónicos para colocar asfalto en aeropuertos.

En este momento, lo estamos usando para el aeropuerto de El Salvador.

¿En qué otros negocios se involucran?
Somos de negocios muy focalizados. Construimos infraestructura y no nos vamos a salir de ese negocio.

Nosotros no somos constructores de carreteras.

Carreteras es un tipo de infraestructura. También hay puertos, aeropuertos, plantas eléctricas, acueductos, túneles, es decir, nuestro campo es gigantesco.

Hace algún tiempo hubiera sido impensable que nosotros hiciéramos aeropuertos, pues hoy día hacemos aeropuertos internacionales. La pista, el movimiento de tierra, el edificio terminal, la torre de control y todo su equipamiento.

Hacemos parques eólicos. Estamos detrás de proyectos hidroeléctricos, y siempre manteniéndonos en nuestra visión de solo hacer infraestructura.

¿Qué opina del tema de la concesión de obra pública?
Es un instrumento válido. En muchos países se usa con mucho éxito, combinado con otras formas de inversión pública.

La concesión per se no es el problema, sino sobre cómo se hacen los contratos. En Colombia, por ejemplo, las concesiones no se licitan con el peaje, sino que se compite por el complemento que paga el Estado.

Pareciera que Costa Rica está cambiando, porque se busca hacer obras más ambiciosas.

Sí, pero Panamá hizo toda la Panamericana a cuatro carriles hace diez años, ya hizo una línea del metro y está planeando hacer dos más. Mientras, nosotros estamos haciendo un pequeño tramo de la Interamericana.

El problema de Costa Rica es la lentitud de ejecución.

¿Hacia dónde mira la empresa y el mundo de la construcción de infraestructura?
Definitivamente viene mucho desarrollo de infraestructura, particularmente en Suramérica.

Nos gusta lo que estamos viendo en Colombia, Perú y Ecuador. Hay países tan gigantescos que son más grandes que toda Centroamérica junta.

Un área que nos encanta es energía, tanto eólica, hidroeléctrica, solar y hasta geotérmica. En el futuro, quien tenga soluciones de energía limpia tendrá un negocio muy bueno.







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