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Jueves, 27 de junio de 2024



FORO DE LECTORES


Necesitamos un ICE fuerte operando en un Sistema Eléctrico Nacional ágil y moderno

Sergio Capón redaccion@larepublica.net | Viernes 14 junio, 2024


SC


Sergio Capón

Presidente

Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR).

La Ley de Armonización de Sistema Eléctrico Nacional (LASEN) no es una privatización del Instituto Nacional de Electricidad (ICE), cuya contribución fue, es y será fundamental para el desarrollo de Costa Rica. Al contrario, permite modernizar un marco jurídico que otorga más agilidad al ICE y a las distribuidoras de electricidad al tiempo que permite una participación abierta para que más actores inviertan y así aumentar la generación de energías limpias a precios competitivos.

Al país le urge contar con una mayor capacidad instalada de generación a partir de una un incremento de la oferta disponible de energía que tenga un costo competitivo para los pequeños y grandes consumidores y que provenga de fuentes renovables; también consolidar una matriz eléctrica más diversificada, de buena calidad y segura, en la que hoy por hoy, un 68% corresponde a hidroelectricidad. Esto solamente será posible con más inversión pública y privada. Por eso necesitamos una modernización del Sistema Eléctrico Nacional que fortalezca al ICE junto a la participación de otros generadores de energías limpias, dinamizar la comercialización de energía y en general, un mercado eléctrico estimulado por la competencia y la apertura.

Seguridad energética y cambio climático.

También es imperativo garantizar nuestra seguridad energética. Un aumento en la capacidad de generación junto a una diversificación de las fuentes de energía renovable y de calidad son elementos que contribuyen en asegurar la seguridad energética. No podemos estar expuestos al riesgo de racionamientos o apagones eléctricos. Un país que recibe cada vez más inversión extranjera de manufactura sofisticada, donde la disponibilidad y calidad de la electricidad son claves, debe tener una sólida planificación del crecimiento de la demanda energética, que hoy ronda el 5% anual. Lo mismo aplica para la inversión nacional, para todo el aparato productivo y en síntesis, para el desarrollo sostenible de nuestra sociedad.

Por su parte, los retos del cambio climático están a la vista. Sin embargo, si logramos crear una matriz eléctrica renovable más grande (nuevas inversiones) y diversificada (fuentes de energía limpias alternativas a la hídrica), con una planificación integrada y garantizada por ley, estaremos en mejor posición para sobreponernos a los eventos del cambio climático, que cada vez son más frecuentes y profundos. Estas son las bases para garantizar seguridad energética para todos: los hogares, el comercio, las instituciones de bien social, las empresas manufactureras y las industrias del futuro cercano como es las de semiconductores y la inteligencia artificial.

Tarifas competitivas, para el sector productivo y para los hogares costarricenses.

A los sistemas que componen el suministro de energía (generación, transmisión y distribución) la ARESEP les define una tarifa que es pagada por todos los consumidores. Esto a partir de un reconocimiento de los costos en los que incurren los prestadores de servicios para cada uno de estos sistemas. En general, del 100% de la tarifa eléctrica que pagamos los consumidores, un 60% corresponde al sistema de generación, un 10% al sistema de transmisión y un 30% corresponde a los costos asociados al sistema de distribución. Por ello, el hecho de que haya precios competitivos a nivel de la generación eléctrica permitirá que se le traslade a todos los consumidores, un costo promedio menor vía tarifas.

Por lo tanto, no es cierto que con el nuevo Proyecto de Ley las tarifas aumentarán para los pequeños consumidores. Ya vimos como el aumento del gasto por la generación eléctrica con combustibles fósiles e importaciones producidas por nuestra alta dependencia a la generación hídrica lo asumiremos todos los consumidores. En el 2023, se gastó 8 veces más por concepto de Costo Variable de Generación (CVG) que en el 2022 (por la utilización de combustibles fósiles e importaciones de energía de Centroamérica). Esto, además de ir en el sentido contrario a la descarbonización de la economía, termina en una lamentable pérdida de competitividad para el sector productivo y precios elevados que afectan directamente a los hogares costarricenses.

La Ley de Armonización del Sistema Eléctrico Nacional tiene los mecanismos para lograr tarifas más económicas, ya que somete las inversiones para la generación a criterios de competitividad; es decir, a un filtro de competencia, donde solo se ejecutarán los proyectos más costo eficientes. Además, el mercado se regulará por un sistema de subasta, donde la energía transada se colocará iniciando con los kilovatios hora (kWh) más baratos, con prioridad de compra para las distribuidoras, lo que beneficia al consumidor residencial y a los pequeños consumidores.

Por la descarbonización desde Costa Rica.

Costa Rica tiene todo el potencial de liderar la descarbonización a nivel mundial. Pero para lograr la movilidad eléctrica, la electrificación del transporte público y la descarbonización de los procesos productivos, es imperativo garantizar que contemos con la oferta suficiente de energías limpias a precios competitivos.

El sector empresarial, no solo tiene la capacidad, sino el deber de garantizar, junto con el sector público, un futuro sostenible para todos los habitantes de nuestra nación. Trasladar todos los procesos que hoy utilizan combustibles fósiles a electricidad producida con fuentes renovables es una oportunidad que hoy se abre con la aprobación de esta ley, como una oportunidad que está en nuestro ADN y es intrínseca a nuestra marca país.

En resumen, seguridad energética con tarifas competitivas, con beneficios tanto para el sector productivo como para los hogares costarricenses, una planificación integral y una dinamización de la comercialización de energía en aras de la descarbonización de la economía, son parte de los beneficios que traerá la Ley de Armonización del Sistema Eléctrico Nacional (LASEN).

Ciertamente, todo cambio implica riesgos, pero no cambiar también, y en este caso, los riesgos de no cambiar ya están a la vista y serán mucho mayores en el futuro. No debemos temer a este proceso de modernización, el cual brindará múltiples beneficios a la población nacional. Armonicemos los criterios e implementemos los cambios necesarios para enfrentar los retos actuales y aprovechar las oportunidades futuras que tiene Costa Rica.














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