"No habría dejado mi hogar por el EE.UU. de Trump": la confesión de la leyenda del tenis Martina Navratilova a 50 años de su huida de la extinta Checoslovaquia
Ashitha Nagesh - BBC News | Domingo 06 julio, 2025

Hace 50 años, Martina Navratilova abandonó la Checoslovaquia comunista en la que había nacido para empezar una nueva vida en Estados Unidos.
A sus 18 años, la entonces estudiante de bachillerato se convirtió en una de las desertoras más destacadas de la Guerra Fría y, más tarde, en una de las jugadoras de tenis más emblemáticas del mundo.
Sin embargo, en una entrevista con el periodista de la BBC Amol Rajan, dijo que temía que, en la actualidad, EE.UU. no le dejaría entrar.
"No soy leal a Donald Trump", comenta, y añade que le preocupa que EE.UU. se haya convertido en un Estado "totalitario".
Desde que el presidente Trump asumió el cargo en enero, su gobierno ha llevado a cabo extensas redadas de inmigración, desatando protestas en algunas partes del país.
También ha establecido una prohibición para viajar a ciudadanos de 12 países, y ha habido informes de turistas detenidos en la frontera.
"Si ahora siguiera en la misma situación (que en 1975) y tuviera que irme a vivir a algún sitio, no sería Estados Unidos, porque en este momento no es una democracia", afirma.
Cuando habla de la política estadounidense, la frustración de Navratilova es palpable. Cree que la gente no se ha dado cuenta de que la situación está empeorando gradualmente.
Estados Unidos, agrega, "se está volviendo definitivamente en contra de los inmigrantes".
"La gente está siendo expulsada por la Seguridad Nacional, están siendo expulsados porque no están completamente de acuerdo con la agenda de Donald Trump... porque no están mostrándole reverencia", dice.
Mujeres transgénero en el tenis
La decisión de huir a EE.UU. en 1975 no fue fácil, recuerda.
Cuenta que tuvo una infancia "idílica" en Revnice, en la actual República Checa, con una familia cariñosa que tuvo que dejar atrás.
"No sabía cuándo volvería a ver a mis padres, o si volvería a verlos".
Pero hacerlo cambió el curso de su vida. En una rueda de prensa, Navratilova explicó que se marchó de Checoslovaquia porque quería convertirse en la número uno del tenis mundial, y que "no podía hacerlo en su país en esas circunstancias".

De hecho, llegó a ser número uno, tanto en individuales femeninos durante 332 semanas como en dobles femeninos durante un récord de 237 semanas. Hoy en día se la considera una de las mejores tenistas del mundo.
Navratilova tiene doble nacionalidad, estadounidense y checa, y sigue viviendo en EE.UU. con su esposa, la modelo Julia Lemigova.
¿Le preocupa que, en el actual clima político, pueda perder su propia nacionalidad?
"Ahora mismo todo está en el aire, y de eso se trata. Todo el mundo anda con pies de plomo, sin saber qué va a pasar".
Sin embargo, hay un tema extremadamente divisivo en el que ya ha dicho anteriormente que está de acuerdo con el presidente Trump: la participación de las mujeres transexuales en el deporte.
Navratilova cree firmemente que la inclusión de mujeres transgénero en el tenis femenino es "un error".

Ella dice que no está de acuerdo con las normas actuales de la Asociación Mundial de Tenis (WTA), que establecen que las mujeres transexuales pueden participar en los partidos femeninos si presentan una declaración escrita y firmada de que son mujeres o no binarias, que sus niveles de testosterona han estado por debajo de un determinado límite durante dos años y que mantienen esos niveles de testosterona.
Navratilova cree que las mujeres trans tienen ventajas biológicas en el deporte femenino, una creencia muy debatida.
"No debería haber ostracismo ni acoso", afirma, "pero los cuerpos masculinos tienen que jugar en deportes masculinos. Pueden seguir compitiendo. Las mujeres trans no están prohibidas en el deporte. Sólo tienen que competir en la categoría adecuada, que es la masculina. Es así de sencillo".
Y añade: "Al incluir cuerpos masculinos en el torneo femenino, ahora alguien no entra en el torneo: una mujer no entra en el torneo porque ahora un hombre ha ocupado su lugar".
Cuando la BBC le preguntó si deberíamos "dedicar un poco más de tiempo a ser comprensivos" con las personas trans, Navratilova respondió: "Muy comprensivos, pero eso no les da derecho a los espacios femeninos basados en el género".
Su lucha contra el cáncer
Navratilova ha hablado abiertamente de su lucha contra el cáncer en los últimos 15 años.
La primera vez que le diagnosticaron cáncer de mama fue en 2010, a los 52 años. 13 años más tarde, el cáncer volvió a aparecer, junto con un segundo cáncer en la garganta que no estaba vinculado.

"Cuando me enteré, me puse así", cuenta Navratilova, mientras se golpea la cara con las manos, como si algo la sorprendiera. "Y me dije: "oh, este ganglio linfático es un poco más grande". Y un par de semanas después, sigue más grande".
Tras un escáner, los médicos también detectaron el segundo cáncer en su pecho.
"Nos dieron los resultados y era cáncer", dice. "Y yo: 'Dios mío, me voy a morir'".
Aunque dice que el tratamiento fue "un infierno", ahora se siente "muy bien".
"Toco madera, todo está bien y sin efectos secundarios en absoluto - aparte de que el vino tinto todavía no sabe bien, así que me he pasado al tequila y al vodka", se ríe. "Tengo suerte. La cura fue un infierno, pero lo que vino después ha sido genial".
¿El cáncer ha cambiado en algo a Navratilova?
"El cáncer me enseñó a apreciar de verdad cada día, cosa que ya hacía bastante de todos modos", dice. "Pero, sobre todo, a no preocuparme por las cosas pequeñas. Esas tienen arreglo".

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