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Viernes, 22 de noviembre de 2024



NOTA DE TANO


Nuestro fútbol está contaminado; la paliza de España es una consecuencia

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Jueves 24 noviembre, 2022


Rodolfo Villalobos no es el jefe de Suárez; es su mejor amigo
Rodolfo Villalobos no es el jefe de Suárez; es su mejor amigo


España practica un fútbol de primer mundo.

Costa Rica practica un fútbol de quinto mundo.

Europa, América del Sur, Africa, Asia, superan en calidad el fútbol de la Concacaf y en esta, Estados Unidos, México y Canadá son hoy mejores selecciones que la costarricense.

En este sentido, el triunfo de España ante Costa Rica para nada nos sorprende, es un resultado lógico, no así el escandaloso marcador del partido.

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Lo que sucede es que este escandaloso 7-0, se engendra en decisiones y acciones que se dan en la dirigencia de nuestro fútbol y que lo tienen contaminado y salpicado de negociaciones antiéticas que, aunque ellos por conveniencia propia no lo aceptan, repercuten luego en una cancha de fútbol.

Un problema gravísimo es que Rodolfo Villalobos no es el jefe de Luis Fernando Suárez. Ellos son amigos y cuando no existen las jerarquías, desde luego que no se respetan. Entre amigos, es mas fácil permitir y negociar actos no acordes con la concentración que debe tener un seleccionado nacional presente en una Copa del Mundo. El viaje a Irak fue prueba de ello.

Todo lo negativo que se presentó en la frontera con Irak, como la suspensión del juego, las largas horas que pasaron los jugadores metidos en un autobús y el descubrimiento de que el agente que firmó el juego por $500.000 dólares es hermano del representante de Luis Fernando Suárez, tuvo consecuencias físicas, éticas y emocionales en la pésima presentación ante España. De esto, Rodolfo Villalobos no habla absolutamente nada.

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Los integrantes de la Selección Nacional, son “administrados” por un grupo de amigos que integran la Federación y las innumerables Comisiones que no sirven para nada.

El jefe de la delegación al Mundial es el presidente del Saprissa, Juan Carlos Rojas. A él le correspondía, por su cargo, resolver, arreglar y negociar lo sucedido en la frontera con Irak.

Siendo la máxima autoridad de la delegación, no abrió la boca y fue Rodolfo Villalobos el que intervino para ver cómo se solucionaba el problema.

En las elecciones del señor Villalobos como presidente de la Federación, se negociaron posiciones, se prometieron favores contrarios a la ética y se dieron traiciones y puñaladas por la espalda.

Todo esto suma, para que después se den eventos que humillan al futbol costarricense como el 7-0 que nos metió España.

El gato se fue de vacaciones y los ratones se subieron a la mesa; sobra el queso para todos.

gpandolfo@larepublica.net







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