Nueva vida
Candilejas candilejas.cultura@gmail.com | Viernes 07 septiembre, 2018
Fue al jubilarse cuando María Elena - al igual que Fabio -comenzó a hacer lo que más le gustaba.
Hoy podemos ver las obras de arte de ambos, iniciadas en su edad madura, durante este mes en la Sala de Exposiciones del Instituto Nacional de Aprendizaje, INA, en la Uruca.
Ellos no son los únicos que inician una carrera artística en esa etapa de la vida.
José Saramago, por ejemplo, es Premio Nobel de literatura y se inició en esa rama del arte tardíamente, luego de haber trabajado como cerrajero, mecánico y editor.
En los años de infancia de este Nobel, incluso los estudios técnicos contenían asignaturas humanísticas.
Pero volviendo a Costa Rica y en el caso de Fabio Valverde, antes de convertirse en un creador trabajó en el INA desde muy joven.
Sin embargo su sueño estaba en el mundo del arte. Le gustó siempre hacer fotografía, pintar y escribir.
En su mente y espíritu había una fuerza que luchaba por navegar por otros mares, profundos, ricos, hermosos.
María Elena Barrantes, por su parte, hacía dibujos desde niña y le gustaba el arte pero fue al pensionarse después de haber trabajado en otras cosas - en el INA también - que comenzó a dedicarse a su vocación de pintora.
Y no es esta la primera vez que gente del INA desarrolla, además de una carrera técnica, otra en el ámbito de las artes.
La institución, al contar con una sala de exposiciones activa desde hace 20 años, les ofrece la oportunidad de exponer sus obras para lo cual les da apoyo logístico aparte de la sala.
Excelente oportunidad hoy que a muchos creadores se les dificulta conseguir un espacio donde mostrar sus obras al público.
Fabio trabajó en la oficina de comunicación de la mencionada institución, haciendo fotografías de prensa y todo lo demás que se necesitara. Se había formado para esto en el Centro Universitario de Alajuela.
Pero luego de jubilarse, decidió que todo su tiempo sería para hacer fotografía artística, pintar y escribir cuento y poesía. ¡Qué no es poco!
Sus obras muestran la naturaleza. La exponen de un modo tal que descubrimos nuevos mundos palpitando en ella.
El procura que sus fotos necesiten el menor retoque posible, para lo cual se ocupa mucho de la calidad de la luz, del encuadre y otras disposiciones para lograr en ellas armonía, balance y belleza.
“Aunque uno a veces rompe con todo eso para lograr lo que quiera”, explica el artista.
María Elena en sus inicios regalaba sus cuadros a familiares y amigos. Pero muy pronto alguna gente que la conoce descubrió un mundo de emociones y reflexiones en sus obras y empezó a comprárselas.
Sin embargo, “yo nunca pensé en hacer pinturas para vender. Pinto por una necesidad personal de expresarme”, dice.
“Me gusta pintar algo de lo que veo a mi alrededor, lo más cercano a mi. Por ejemplo, el ganado que veo en la finca de mi hermano. También pinté a mi hija embarazada. Un día me encantó una orquídea y desde entonces las pinto” cuenta la artista.
María Elena trabaja únicamente con óleo. Y su arte es figurativo.
Ella y Fabio sintieron esta fuerza irrefrenable desde siempre.
Aunque tuvieron que trabajar en otras tareas hasta jubilarse, la llama de su talento crecía en un rincón privilegiado del espíritu y fluye ahora incansable y feliz.
Usted puede aprovechar la oportunidad de ver sus obras. La entrada a la Sala es gratuita y dispone de todo setiembre para hacerlo.
Déjese atraer por la belleza de estos cuadros. Regálese un tiempo de disfrute pleno.
Carmen Juncos
Editora jefa y Directora de proyectos