Omisión de sexo en las cédulas: Un cambio simbólico
Armando Quesada Webb aquesada@larepublica.net | Miércoles 23 mayo, 2018
El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) ha decidido que el sexo al que pertenece cada persona se mantenga en los registros, pero esa información no va a aparecer en el documento de identidad porque “resulta estigmatizante para quien haya readecuado su nombre a su identidad de género”.
Es decir, esta decisión representa un reconocimiento simbólico a la identidad de género, pero no significa que los costarricenses se puedan cambiar de sexo formalmente.
Entonces, ningún hombre puede ser atendido por el INAMU, debido a que la omisión del sexo en las cédulas de identidad es un cambio simbólico para respetar a las personas de la comunidad trans, pero el sexo de nacimiento se mantiene en los registros y las leyes siguen aplicando con normalidad.
Esto sumado a que el Reglamento de Fotografías para la Cédula de Identidad vigente ya contempla el derecho a la identidad de género autopercibida, significa que ahora las personas podrán tener un documento de identidad con el nombre y la imagen que los haga sentir cómodos.
No obstante, hay un detalle fundamental que ha sido poco considerado: el TSE ha decidido no omitir el sexo biológico de los registros bajo el argumento de que lo considera relevante para ámbitos médicos y deportivos.
Esto podría resultar contradictorio, ya que por un lado el TSE y el gobierno presentan un discurso de inclusión y respeto a los derechos humanos, pero por el otro se utiliza un argumento biológico para no omitir el sexo, el cual puede ser considerado estigmatizante y retrógrado para activistas de derechos humanos.
“Lo más importantes es que no perdamos el enfoque: Hay personas que no se sienten identificadas con su sexo biológico y se sienten más en sincronía con otra identidad. No hay que enfocarse en lo que dice la cédula”, expresó Herman Duarte, abogado y presidente de la Fundación Igualitxs.
El TSE consideró necesario que el sexo biológico se mantenga en los registros argumentando que muchas instituciones necesitan esos datos.
Ese razonamiento biológico podría ser inválido porque si una mujer trans tuviera un accidente y la ubican en el ala masculina de un hospital, ¿No la estarían exponiendo y violando el derecho a la identidad que ahora supuestamente se respeta?
Miembros de la comunidad trans y otros activistas de los derechos humanos creen que el siguiente paso debe ser el reconocimiento en su totalidad de la identidad de género de las personas, no solo en la cédula.
“Fue una buena sorpresa que ahora las personas trans nos podamos cambiar el nombre. Sin embargo, esto es insuficiente para que realmente se respete la autonomía y la libertad de las personas. Es necesario que se cambie el registro del sexo. Creemos que el Tribunal podría ir más allá”, opinó Tomás Campos, activista del grupo de hombres trans Siwo Alar.
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