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Viernes, 22 de noviembre de 2024



NOTA DE TANO


Paulo César Wanchope honró al deporte

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Martes 09 mayo, 2023


¡Gracias Chope, por lanzarle al contaminado fútbol costarricense, una bocanada de aire fresco!
¡Gracias Chope, por lanzarle al contaminado fútbol costarricense, una bocanada de aire fresco!


Honesto, decente, decoroso, recatado, pudoroso, razonable, justo, probo, recto y honrado.

¡Paulo César Wanchope!

Nuestro héroe de la última fecha del Clausura en su fase clasificatoria.

Lo vimos festejar el triunfo del Cartaginés 3-2 frente a Sporting como un “güila”. Caminaba de un lado al otro, abrazaba a sus jugadores y a futbolistas rivales; levantaba y bajaba sus puños. Estaba eufórico, nada que ver con el tipo serio, enjuto, sin signos externos, que terminado un partido desaparecía del escenario sin llamar la atención.

Centenares de aficionados azules colmaron el Fello Meza con idénticas intenciones que las del técnico del equipo.

El momento no era para “sacarse clavos”.

El partido no era para acomodarse y ayudar a otros.

El juego no era para perderlo y dejar eliminado al enemigo tradicional.

El partido, último de la etapa de clasificación, había que ganarlo y ganarlo para que el Cartaginés se clasificara a la Copa Concacaf y retornar así al escenario internacional.

Sporting, el rival del cierre estaba obligado al triunfo; la victoria lo clasificaba a semifinales y dejaba eliminado al Herediano y en dos ocasiones, los pupilos de José Giácone tuvieron el marcador a su favor 1-0 y 2-1 pero los jugadores del Cartaginés tenían pegado en su frente el sello de victoria y con mucha entrega, buen fútbol y capacidad, le dieron vuelta al resultado y salieron con el triunfo 3-2.

¡Concacaf los espera!

Desde luego que la nómina completa del Cartaginés, es cómplice del comportamiento ético de su director técnico. Futbolistas titulares y suplentes se “fajaron” en el terreno de juego en procura del triunfo, sin cálculo alguno y mucho menos con el pobre y deshonesto pensamiento de no darlo todo, para “joder” al rival más enconado del club, con el que existe un viejo “pique” por razones de todos conocidas.

Con su firme decisión de ganar este juego, con su comportamiento ético, con el aporte de sus valores morales y familiares, Paulo César Wanchope no tuvo que expresar media palabra para callar algunas bocas que recientemente lo calificaron de técnico fracasado.

Paradójicamente, al colega que más lo atacó, fue al que más ayudó, con este triunfo frente al Sporting, haciendo realidad el viejo refrán de que “para hablar y comer pescado, se debe tener mucho cuidado”.

¡Gracias Chope, por lanzarle al contaminado fútbol costarricense, una bocanada de aire fresco!

gpandolfo@larepublica.net








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