“Pensar en grande”: La clave para que más mujeres se animen a emprender

A pesar de que cada vez hay más programas y productos en el sistema bancario dirigidos a pequeñas y medianas empresas, aún hay una brecha entre la necesidad de financiamiento y las opciones disponibles para negocios liderados por mujeres.

En este sentido, el 52% de las empresarias de Costa Rica y la región reconoce que la falta de crédito de parte de entidades bancarias es una de las principales limitantes para financiar sus proyectos, según el informe I Monitor del 2022 sobre Empresariedad femenina.

Además, la recarga de responsabilidades familiares y miedo a fracasar son algunas limitaciones que tienen a la hora de emprender.

En este contexto y en el marco del Día Internacional de la Mujer Emprendedora que se conmemora el próximo 19 de noviembre, La República conversó con Roberto Ponce, Presidente de Invermaster, empresa regional de banca de inversión, consultoría estratégica y finanzas corporativas.

¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta una mujer al emprender en América Latina?

El estudio de Harlem Capital dice que las Startups de las mujeres latinas captaron más de 300 veces menos capital que las empresas fundadas por hombres, $38 millones versus $13 mil millones de dólares.

Menos del 12% de los emprendimientos en Latinoamérica son desarrollados por mujeres. La falta de capital para pequeñas empresas en general más la discriminación por sexo hace que sea más difícil para las mujeres acceder a los recursos financieros para sus emprendimientos.

Es una brecha muy grande que está cambiando poco a poco, pero falta mucho por trabajar. No solamente se trata de igualdad de género, sino también de concientizar a los inversionistas que aprovechen una tierra muy fértil para mejorar sus portafolios de inversión, es un mercado de más de $90 mil millones de oportunidad según el estudio del Tecnológico de Monterrey y Pro-Mujer.

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¿Por qué es más difícil para las mujeres acceder a un crédito o a inyección de capital en comparación con los hombres? ¿Cómo mejorar esto?

Cada día hay más iniciativas para mejorar, pero hacen falta al menos los dos siguientes temas:

Desarrollar programas de financiamiento o productos financieros ajustados a las necesidades específicas de las mujeres, por ejemplo, préstamos para las que trabajan en el hogar.

Formar centros de capacitación, redes de apoyo, mentorías, y consultoría financiera para educar a las emprendedoras.

La probabilidad de impago de pymes lideradas por mujeres es mucho menor a las empresas lideradas por hombres, sin embargo, la brecha de financiamiento es notoria. ¿Esto habla de una deuda pendiente que tiene el sistema bancario regional con las mujeres?

Hay estudios que muestran que las mujeres piden menos cantidad de dinero, pagan tasas de interés más altas, sus negocios iniciales son más pequeños en venta, están más orientadas a los servicios donde no hay mucha garantía, y esto hace que sea más difícil para ellas conseguir dinero de las instituciones tradicionales.

A pesar de esto hay mucha evidencia que las mujeres en promedio son 30% más confiables para pagar sus créditos que los hombres y son más responsables en cubrir las responsabilidades de las deudas.

Claramente hay que desarrollar programas en la banca, en sistema de banca para el desarrollo y en todo el ecosistema de inversiones en emprendimientos que resuelvan este problema.

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Además de prepararse, conocer sus números y expandir su horizonte, ¿qué aconseja a las mujeres que desean emprender o las que ya emprenden y quieren impulsar su negocio?

Es clave que las emprendedoras, aparte de los dos temas mencionados, sepan “pensar en grande” y tengan entrenamiento para asumir más riesgos.

Son igualmente capaces de desarrollar emprendimientos duraderos, de escala, internacionales y de muy alto impacto.

Para mí el bloqueo mental que alguna de las emprendedoras tiene es un tema que se resuelve con educación y conocimiento de negocios. No es fácil, por esto es por lo que en Invermaster siempre estamos contribuyendo a programas de capacitación y ponemos nuestro granito de arena para poco a poco, sin descanso, para reducir la brecha de género en los negocios.