Penurias peligrosas en el Juan Santamaría
Danny Canales dannycanales.asesor@larepublica.net | Martes 02 noviembre, 2010
Por grave daño que sufre plataforma destinada al estacionamiento de naves
Aviones grandes pasan penurias en el Juan Santamaría
Huecos y grietas en asfalto causan riesgo y gastos adicionales a las aerolíneas
Reparación no forma parte del contrato con Aeris y Gobierno no tiene dinero para hacerla
Iberia vuela todos los días al aeropuerto Juan Santamaría proveniente de la capital española. El Airbus 340-600 que emplea es el más grande que llega al país, con una capacidad para unos 380 visitantes. No obstante al largo vuelo que realizan los pilotos de esa compañía desde Europa, al momento de llegar al principal aeropuerto nacional se encuentran con una serie de penurias que les complica la “simple” labor de estacionar la nave.
El problema radica en que una vez más los huecos se salen con la suya. Ello porque la rampa de carga, que es la zona destinada para aparcar naves de mayor tamaño que aterrizan en esa terminal, está llena de ellos. Por tal razón desde hace unos meses se les prohibió a los pilotos circular por ahí con las turbinas encendidas; en cambio, deben aparcar remolcados.
Esa orden se giró ante el riesgo de que el viento que producen los motores pueda levantar algunas de las piedras que se han desprendido de la desgastada carpeta de asfalto y con ello causarles daños a las aeronaves.
La rampa es una superficie de unas seis hectáreas ubicada al oeste de la terminal, donde se estacionan los aviones que por sus dimensiones no pueden utilizar las puentes en la terminal principal, donde se aparcan los aviones comerciales de tamaño estándar que arriban al país.
También sirve de estacionamiento a las aerolíneas que tienen más de una operación al día, como Taca o American Airlines, para que despejen la rampa de llegada de vuelos comerciales y así no dificulten la atención de los demás aviones.
Aparte del riesgo que corren los pilotos, el daño que tiene esta área les genera gastos adicionales a las aerolíneas tanto de recursos —porque deben pagar un tractor para que traslade la nave— como de tiempo, dado que cada operación demanda unos cinco minutos, afirmó Mario Zamora, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA).
No obstante la importancia que tiene la rampa remota para la debida operación del aeropuerto —pues en esta área se realiza cerca del 30% de las operaciones y cerca del 80% de las aerolíneas ha estacionado en ese sitio— la estructura no ha recibido el mantenimiento adecuado, lo que ha desencadenado graves daños.
Aparte de las piedras sueltas, la rampa de carga también está plagada de huecos, hundimientos y resquebrajamientos, según corroboró un equipo de LA REPUBLICA en un recorrido realizado la semana anterior.
Durante la media hora que se nos permitió observar esa área, se confirmaron las peripecias que enfrentan los pilotos que se estacionan en esta.
Para tratar de conocer los problemas que le genera el mal estado de la rampa de carga a la operación del aeropuerto, se intentó conocer la posición de Carlos Plass, gerente del Aeris, pero se nos informó que no podía respondernos pues estaba fuera del país.
La última reconstrucción en la rampa de carga fue hace más de una década, desde entonces solo se han hecho trabajos de emergencia para mantenerla en uso.
La responsabilidad de tener esa plataforma en buen estado es del Consejo Técnico de Aviación Civil (Cetac) ya que las obras de mantenimiento de esta área no fueron incluidas en el contrato suscrito con Aeris Costa Rica, empresa a cargo de la ampliación y operación del aeropuerto.
La falta de recursos es la causa por la cual no se ha emprendido la reparación de esta estructura hasta ahora, aseguró Luis Carlos Araya, presidente del Cetac, quien la emprendió contra sus antecesores por invertir el presupuesto destinado para hacer mejoras a los aeropuertos en otras obras que no eran prioridad.
“Desgraciadamente las autoridades anteriores destinaron $20 millones a la reparación de los aeropuertos locales, pese a que estaban de por medio estas responsabilidades. Lo que hicieron fue desvestir un santo para vestir otro”, cuestionó Araya.
En busca de fondos para reparar la rampa de carga se recurrió a los bancos Interamericano de Desarrollo y de Costa Rica para solicitarles un crédito por $20 millones para hacer los trabajos. Dijo que esa es la forma más rápida y barata que se tiene a mano para corregir el problema que enfrenta la rampa de carga.
La meta es realizar las mejoras el próximo año, ante el compromiso que tiene el Cetac con el aeropuerto.
Otra opción sería recargarle los trabajos a Aeris, tal y como lo ha propuesto la empresa a manera de agilizar los trabajos.
No obstante, esa opción es descartada por ahora por el presidente del Cetac, pues aduce que saldría más caro y habría que trasladar ese costo a las tarifas y esa no es la intención del Gobierno, detalló el jerarca.
Danny Canales
dcanales@larepublica.net
Aviones grandes pasan penurias en el Juan Santamaría
Huecos y grietas en asfalto causan riesgo y gastos adicionales a las aerolíneas
Reparación no forma parte del contrato con Aeris y Gobierno no tiene dinero para hacerla
Iberia vuela todos los días al aeropuerto Juan Santamaría proveniente de la capital española. El Airbus 340-600 que emplea es el más grande que llega al país, con una capacidad para unos 380 visitantes. No obstante al largo vuelo que realizan los pilotos de esa compañía desde Europa, al momento de llegar al principal aeropuerto nacional se encuentran con una serie de penurias que les complica la “simple” labor de estacionar la nave.
El problema radica en que una vez más los huecos se salen con la suya. Ello porque la rampa de carga, que es la zona destinada para aparcar naves de mayor tamaño que aterrizan en esa terminal, está llena de ellos. Por tal razón desde hace unos meses se les prohibió a los pilotos circular por ahí con las turbinas encendidas; en cambio, deben aparcar remolcados.
Esa orden se giró ante el riesgo de que el viento que producen los motores pueda levantar algunas de las piedras que se han desprendido de la desgastada carpeta de asfalto y con ello causarles daños a las aeronaves.
La rampa es una superficie de unas seis hectáreas ubicada al oeste de la terminal, donde se estacionan los aviones que por sus dimensiones no pueden utilizar las puentes en la terminal principal, donde se aparcan los aviones comerciales de tamaño estándar que arriban al país.
También sirve de estacionamiento a las aerolíneas que tienen más de una operación al día, como Taca o American Airlines, para que despejen la rampa de llegada de vuelos comerciales y así no dificulten la atención de los demás aviones.
Aparte del riesgo que corren los pilotos, el daño que tiene esta área les genera gastos adicionales a las aerolíneas tanto de recursos —porque deben pagar un tractor para que traslade la nave— como de tiempo, dado que cada operación demanda unos cinco minutos, afirmó Mario Zamora, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA).
No obstante la importancia que tiene la rampa remota para la debida operación del aeropuerto —pues en esta área se realiza cerca del 30% de las operaciones y cerca del 80% de las aerolíneas ha estacionado en ese sitio— la estructura no ha recibido el mantenimiento adecuado, lo que ha desencadenado graves daños.
Aparte de las piedras sueltas, la rampa de carga también está plagada de huecos, hundimientos y resquebrajamientos, según corroboró un equipo de LA REPUBLICA en un recorrido realizado la semana anterior.
Durante la media hora que se nos permitió observar esa área, se confirmaron las peripecias que enfrentan los pilotos que se estacionan en esta.
Para tratar de conocer los problemas que le genera el mal estado de la rampa de carga a la operación del aeropuerto, se intentó conocer la posición de Carlos Plass, gerente del Aeris, pero se nos informó que no podía respondernos pues estaba fuera del país.
La última reconstrucción en la rampa de carga fue hace más de una década, desde entonces solo se han hecho trabajos de emergencia para mantenerla en uso.
La responsabilidad de tener esa plataforma en buen estado es del Consejo Técnico de Aviación Civil (Cetac) ya que las obras de mantenimiento de esta área no fueron incluidas en el contrato suscrito con Aeris Costa Rica, empresa a cargo de la ampliación y operación del aeropuerto.
La falta de recursos es la causa por la cual no se ha emprendido la reparación de esta estructura hasta ahora, aseguró Luis Carlos Araya, presidente del Cetac, quien la emprendió contra sus antecesores por invertir el presupuesto destinado para hacer mejoras a los aeropuertos en otras obras que no eran prioridad.
“Desgraciadamente las autoridades anteriores destinaron $20 millones a la reparación de los aeropuertos locales, pese a que estaban de por medio estas responsabilidades. Lo que hicieron fue desvestir un santo para vestir otro”, cuestionó Araya.
En busca de fondos para reparar la rampa de carga se recurrió a los bancos Interamericano de Desarrollo y de Costa Rica para solicitarles un crédito por $20 millones para hacer los trabajos. Dijo que esa es la forma más rápida y barata que se tiene a mano para corregir el problema que enfrenta la rampa de carga.
La meta es realizar las mejoras el próximo año, ante el compromiso que tiene el Cetac con el aeropuerto.
Otra opción sería recargarle los trabajos a Aeris, tal y como lo ha propuesto la empresa a manera de agilizar los trabajos.
No obstante, esa opción es descartada por ahora por el presidente del Cetac, pues aduce que saldría más caro y habría que trasladar ese costo a las tarifas y esa no es la intención del Gobierno, detalló el jerarca.
Danny Canales
dcanales@larepublica.net