¿Por qué es importante conocer sobre el acoso laboral?
Factor Humano info@factorhumano.cr | Lunes 29 octubre, 2018
El acoso laboral, también conocido como mobbing, consiste en conductas hostiles que se hacen de manera reiterada en perjuicio de un trabajador. Un insulto que se escapa en momentos de estrés o bajo presión, un grito que haya sido producto de falta de paciencia o un chiste con doble sentido, no dan pie para que se indiquen como comportamientos acosadores. Sin embargo, si ese grito, chiste o insulto se empieza a emplear de manera habitual y molesta a la persona a quien está siendo dirigido, en definitiva, se está frente a un caso de acoso laboral.
En Costa Rica dicho fenómeno no se encuentra legislado, no existe ley que ampare a la víctima ni acuse a la persona acosadora. Esto ha generado, a lo largo de los años, mucha ignorancia pero, sobre todo, desinterés por parte de la población e, incluso, por parte de los mismos profesionales que deben/pueden manejar el tema dentro de las organizaciones.
Pero entonces, ¿qué pasa con los casos de acoso que se dan en las empresas actualmente? En muchos de ellos, el procedimiento y el manejo de la situación queda a una decisión subjetiva del gerente general o encargado de Recursos Humanos de la empresa. En otros, se usan protocolos similares a los del acoso sexual -para el cual sí existe legislación-, o bien, hay empresas con programas y procedimientos diseñados para este tipo de situaciones. No obstante, debe tomarse en cuenta que estos esfuerzos no son mayoría. A la mayor parte de las organizaciones, los casos de mobbing las toma de sorpresa y por eso se ven obligadas a recurrir a acciones reactivas, en vez de proactivas.
Es importante resaltar que, a pesar de que el ordenamiento costarricense aún no ha regulado legalmente el acoso laboral, esto no implica que el trabajador no tenga derecho al debido reclamo e indemnización. En el Código de Trabajo hay normativa suficiente para regularlo, prevenirlo y sancionarlo. El proceso ha ido mejorando a lo largo del tiempo, en especial después de la puesta en vigencia de la Reforma Procesal Laboral.
Por las razones arriba descritas; por la creciente cantidad de casos en los últimos años; por la concientización que ha creado el término “bullying”, dentro y fuera de los centros educativos; pero, en especial, porque poco a poco nos hemos convertido en una sociedad más consciente, surge la necesidad de que los profesionales del área de la gestión humana, o los líderes dentro de una organización, tomen las riendas de la prevención de este y cualquier otro tipo de acoso que puede estar afectando el día a día de nuestros colaboradores. Esto se consigue por medio de la educación y empoderamiento de los mismos: una población educada hace personas preparadas para afrontar de una mejor manera los incidentes y conflictos y poder atacar este tipo de situaciones antes de que lleguen a salirse de control.
Dicho esto, ¿qué podemos hacer? Más allá de insistir en capacitaciones teóricas y campañas de comunicación -que son igualmente importantes para reforzar los temas aprendidos-, las empresas deben identificar los valores que quieren en su organización y contratar personal que pueda expresarlos y vivirlos en sus labores del día a día. Deben empoderar a los líderes para que sean capaces de crear ambientes aptos, pero, sobre todo, sanos, donde cada quien se sienta seguro de asistir y realizar sus labores diarias; y que esto sea la regla y parte intrínseca de la cultura y clima organizacionales. Para ello es importante trabajar el acoso laboral en cada empresa de acuerdo a la naturaleza de la misma y la tipología de colaboradores con los que se cuenta: crear programas o estrategias que respondan a la demanda y necesidad que esta tiene.
Seamos profesionales creativos con ansias, no solo de solucionar conflictos, sino también de visualizar estrategias en donde el empleado se vea completamente beneficiado y pueda tener espacios en el ámbito laboral. No olvidemos que es en el trabajo donde las personas invierten la mayor parte de su día, de seguridad y bienestar.
Giuliana Palavicini