¿Por qué 20% será el gran número de 2016?
Bloomberg | Martes 05 enero, 2016
Si quisiera elegir un número para 2016, ¿qué le parece 20%? Échele una mirada a la política del mundo occidental y verá que muchas ideas antes impensables y candidatos de posiciones extremas de pronto tienen auténticas posibilidades de triunfar.
Las chances en general se ubican en torno a una en cinco: no probables pero sí posibles.
Este “mundo del 20%” va a definir el tono en las democracias de ambos lados del Atlántico —sobre todo porque, como le dirá cualquiera que apueste en las carreras de caballos, eventualmente uno de estos desconocidos llegará a la meta a medio galope—.
Empecemos por el presidente Donald Trump. Los jugadores, que han sido mucho más certeros que los encuestadores para predecir los resultados políticos, actualmente calculan en alrededor de 6-1, o 17%, las probabilidades de que el multimillonario difícil de encasillar pero en general de derecha llegue a la Casa Blanca.
Es interesante que esas sean aproximadamente las mismas probabilidades de que Jeremy Corbyn, el dirigente más de izquierda del Partido Laborista en una generación, llegue a ser el próximo primer ministro de Gran Bretaña.
En Francia, los apostadores ubican las probabilidades de que Martine Le Pen conquiste la presidencia de Francia en 2017 en cerca del 25%, en parte porque la populista de derecha tiene muy buenas chances de llegar a la segunda vuelta.
Geert Wilders, otro populista de derecha antes calificado de “ultra”, quizá tenga probabilidades similares de convertirse en el próximo primer ministro holandés.
Otras posibilidades antes impensables rápidamente podrían hacerse realidad.
La versión estadounidense de Corbyn, Bernie Sanders, a quien Trump hace poco calificó de “chiflado”, en la actualidad se cotiza en alrededor del 5%, no peor que Jeb Bush.
Además, Sanders ha reunido una especie de coalición corbynista de estudiantes, jubilados y trabajadores del sector público que suele tener un buen desempeño en las primarias.
Si Hillary Clinton tropieza con un nuevo escándalo, los demócratas podrían encontrarse con que un socialista compite por la candidatura nacional.
Y no sólo hay candidatos “chiflados”; algunos acontecimientos impensables también son claramente posibles.
Este año, quizá ya en junio, Gran Bretaña podría votar para dejar la Unión Europea. Los corredores de apuestas aún esperan que el país se incline por el status quo, aunque algunos expertos están menos seguros respecto a esto que lo que estuvieron sobre el referéndum escocés de 2014, que resultó ser una competencia incómodamente reñida para el establishment británico.
Los inversores están acostumbrados a que el mundo político dé sorpresas.
Estas sorpresas, sin embargo, usualmente consistían en que a un partido tradicional le fuera mucho mejor o mucho peor de lo previsto… y que las cosas continuaran su curso normal. Esta vez no.
Con Trump al mando, Estados Unidos tendría un muro junto al río Grande y bien podría quedar enredado en una guerra comercial con China. Le Pen quiere sacar a Francia del euro y renegociar la pertenencia de Francia a la UE. Es difícil decir qué sería más perjudicial para la City de Londres: una salida de Gran Bretaña de la UE, o Brexit, que podría llevar a que miles de empleos bancarios se trasladen al continente; o la elección de Corbyn como primer ministro, que podría incluir un salario máximo y la renacionalización de los bancos, los trenes y las compañías energéticas de Gran Bretaña.