Presión reguladora frena expansión crediticia
Wilmer Murillo wmurillo@larepublica.net | Jueves 29 mayo, 2008
Bancos estatales han comenzado a restringir préstamos
Presión reguladora frena expansión crediticia
• Desaceleración sería de alrededor de un 5%, en comparación con el mismo cuatrimestre del año pasado
• Medidas para hacer más dura la tarea de los bancos contribuyen a una desaceleración
Wilmer Murillo
wmurillo@larepublica.net
La presión mostrada por las autoridades reguladoras del sistema financiero por inducir a frenar la expansión del crédito, está comenzando a rendir frutos.
Las primeras cifras apuntan a una caída en el cuatrimestre de alrededor de un 5% del crédito con respecto al mismo lapso del año pasado, cuando las tasas observadas de crecimiento eran del 39%.
Una de las razones que explican la desaceleración es la presión que las autoridades monetarias y los supervisores del sistema financiero han puesto para inducir a una reducción del crecimiento del crédito.
Los reguladores han estado hablando de incrementar las reservas por crédito, o exigir requisitos de suficiencia patrimonial más duros para los bancos. “Eso nos hizo ser más prudentes en la concesión del crédito”, dijo William Hayden, gerente del Banco Nacional.
No hay versiones oficiales aún, pero el hecho de que tanto el Banco Nacional como el de Costa Rica aplicaran alzas en las tasas de interés, podría explicar en parte el freno de la expansión crediticia.
En el caso del Nacional se citan casos hasta de restricciones o cierre del crédito en algunas de sus sucursales. Sin embargo, para Hayden la descripción adecuada es una dosificación de la salida del crédito a través de diferentes oficinas.
Después del gran crecimiento del crédito en el Banco Nacional el año pasado, de un 55%, “este año nos fijamos la meta de crecer entre un 28% y un 30%”.
Pero para sorpresa del mismo gerente, las oficinas y sucursales al ver esa directriz, formalizaron todos los créditos pendientes y al 30 de abril habían agotado el crecimiento esperado para todo el año.
Tras esa situación la alta jerarquía del Nacional hizo una planificación “racional” de cómo seguir creciendo en adelante.
Algunas oficinas se vieron afectadas porque se les acabó el tope y se “comieron” lo que tenían que comerse en todo un año, dijo Hayden.
En materia de crecimiento del crédito, el Banco de Costa Rica espera superar este año el 30%, por debajo del crecimiento de un 56% el año anterior. Es lo que de acuerdo con las circunstancias, nos hace sentir cómodos, dijo Leonardo Acuña, subgerente general.
En ese sentido, los eventos que abaten la economía internacional y en particular la desaceleración de la economía de Estados Unidos impactarán en varias formas a Costa Rica. Una es la racionalización del crédito en moneda extranjera y el encarecimiento del crédito global, adujo Acuña.
Sobre el tema también se procuró la versión de los bancos HSBC, Scotiabank y Citibank, pero se explicó en todos los casos que los encargados no estaban disponibles.
No obstante, algunas estadísticas muestran que el saldo de préstamos otorgados por los bancos al sector privado es de $10.477 millones, lo cual es equivalente a un crecimiento del 36%, muy por encima de lo previsto este año.
Para todo este año, el crédito no debería crecer más de un 18%, de acuerdo con el programa macroeconómico del Banco Central. Lo anterior anticipa más restricciones crediticias.
La baja en las tasas de interés y la revaluación del colón han permitido a los deudores solicitar créditos más baratos y eso ha contribuido al crecimiento de las carteras de los bancos. Y estos habrían empezado a moderar el otorgamiento del crédito. Sin embargo, no es la tónica del movimiento cooperativo regulado.
La advertencia la lanzó el propio presidente del Banco Central.
“Muchas cooperativas están creciendo fuerte en crédito, y uno sabe que cuando hay estos crecimientos, después viene el dolor de estómago”, dijo Francisco de Paula Gutiérrez.
El jerarca ha venido advirtiendo que si se genera una política de crédito basada en la expansión, cuando haya tasas reales positivas los actuales niveles de tasas de interés, podría ver deteriorada su capacidad de pago.
Frenar el crédito, sin embargo, podría ser contraproducente para que algunos bancos puedan crecer con respecto a la economía. De ahí que muchos se inclinarán por servicios u otras opciones. Aprovechar el diferencial cambiario actual sería una de ellas, y algunos ya exhiben diferencias de hasta ¢15 entre la oferta y la compra.
El más grande banco del sistema, el Nacional, anunció que mantendrá un diferencial cercano a los ¢6.
“Creemos que no es a través del diferencial que haremos plata para cubrir las necesidades de efectivo o incrementar las ganancias”, señaló el gerente general.
En el país existe al menos un millón de deudores, entre grandes y pequeños, repartidos entre los bancos, financieras, mutuales y cooperativas de ahorro y préstamo en forma electrónica.
Los clientes son unas 5 mil empresas o clientes (grandes), y casi un millón con créditos menores de $100 mil (pequeños).
La cifra correspondiente al crédito total no incluye los préstamos que otorga la banca off shore ni los de bancos del exterior que colocan recursos en el país.
Presión reguladora frena expansión crediticia
• Desaceleración sería de alrededor de un 5%, en comparación con el mismo cuatrimestre del año pasado
• Medidas para hacer más dura la tarea de los bancos contribuyen a una desaceleración
Wilmer Murillo
wmurillo@larepublica.net
La presión mostrada por las autoridades reguladoras del sistema financiero por inducir a frenar la expansión del crédito, está comenzando a rendir frutos.
Las primeras cifras apuntan a una caída en el cuatrimestre de alrededor de un 5% del crédito con respecto al mismo lapso del año pasado, cuando las tasas observadas de crecimiento eran del 39%.
Una de las razones que explican la desaceleración es la presión que las autoridades monetarias y los supervisores del sistema financiero han puesto para inducir a una reducción del crecimiento del crédito.
Los reguladores han estado hablando de incrementar las reservas por crédito, o exigir requisitos de suficiencia patrimonial más duros para los bancos. “Eso nos hizo ser más prudentes en la concesión del crédito”, dijo William Hayden, gerente del Banco Nacional.
No hay versiones oficiales aún, pero el hecho de que tanto el Banco Nacional como el de Costa Rica aplicaran alzas en las tasas de interés, podría explicar en parte el freno de la expansión crediticia.
En el caso del Nacional se citan casos hasta de restricciones o cierre del crédito en algunas de sus sucursales. Sin embargo, para Hayden la descripción adecuada es una dosificación de la salida del crédito a través de diferentes oficinas.
Después del gran crecimiento del crédito en el Banco Nacional el año pasado, de un 55%, “este año nos fijamos la meta de crecer entre un 28% y un 30%”.
Pero para sorpresa del mismo gerente, las oficinas y sucursales al ver esa directriz, formalizaron todos los créditos pendientes y al 30 de abril habían agotado el crecimiento esperado para todo el año.
Tras esa situación la alta jerarquía del Nacional hizo una planificación “racional” de cómo seguir creciendo en adelante.
Algunas oficinas se vieron afectadas porque se les acabó el tope y se “comieron” lo que tenían que comerse en todo un año, dijo Hayden.
En materia de crecimiento del crédito, el Banco de Costa Rica espera superar este año el 30%, por debajo del crecimiento de un 56% el año anterior. Es lo que de acuerdo con las circunstancias, nos hace sentir cómodos, dijo Leonardo Acuña, subgerente general.
En ese sentido, los eventos que abaten la economía internacional y en particular la desaceleración de la economía de Estados Unidos impactarán en varias formas a Costa Rica. Una es la racionalización del crédito en moneda extranjera y el encarecimiento del crédito global, adujo Acuña.
Sobre el tema también se procuró la versión de los bancos HSBC, Scotiabank y Citibank, pero se explicó en todos los casos que los encargados no estaban disponibles.
No obstante, algunas estadísticas muestran que el saldo de préstamos otorgados por los bancos al sector privado es de $10.477 millones, lo cual es equivalente a un crecimiento del 36%, muy por encima de lo previsto este año.
Para todo este año, el crédito no debería crecer más de un 18%, de acuerdo con el programa macroeconómico del Banco Central. Lo anterior anticipa más restricciones crediticias.
La baja en las tasas de interés y la revaluación del colón han permitido a los deudores solicitar créditos más baratos y eso ha contribuido al crecimiento de las carteras de los bancos. Y estos habrían empezado a moderar el otorgamiento del crédito. Sin embargo, no es la tónica del movimiento cooperativo regulado.
La advertencia la lanzó el propio presidente del Banco Central.
“Muchas cooperativas están creciendo fuerte en crédito, y uno sabe que cuando hay estos crecimientos, después viene el dolor de estómago”, dijo Francisco de Paula Gutiérrez.
El jerarca ha venido advirtiendo que si se genera una política de crédito basada en la expansión, cuando haya tasas reales positivas los actuales niveles de tasas de interés, podría ver deteriorada su capacidad de pago.
Frenar el crédito, sin embargo, podría ser contraproducente para que algunos bancos puedan crecer con respecto a la economía. De ahí que muchos se inclinarán por servicios u otras opciones. Aprovechar el diferencial cambiario actual sería una de ellas, y algunos ya exhiben diferencias de hasta ¢15 entre la oferta y la compra.
El más grande banco del sistema, el Nacional, anunció que mantendrá un diferencial cercano a los ¢6.
“Creemos que no es a través del diferencial que haremos plata para cubrir las necesidades de efectivo o incrementar las ganancias”, señaló el gerente general.
En el país existe al menos un millón de deudores, entre grandes y pequeños, repartidos entre los bancos, financieras, mutuales y cooperativas de ahorro y préstamo en forma electrónica.
Los clientes son unas 5 mil empresas o clientes (grandes), y casi un millón con créditos menores de $100 mil (pequeños).
La cifra correspondiente al crédito total no incluye los préstamos que otorga la banca off shore ni los de bancos del exterior que colocan recursos en el país.