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Sábado, 23 de noviembre de 2024



INVERSIONISTA


Producción y empleo

| Lunes 15 diciembre, 2014




Producción y empleo

Sin pena ni gloria está por concluir 2014 en lo que se refiere a la situación de la economía nacional. Fue una mala copia al carbón en el comportamiento de algunas de las variables claves. Era de esperar.
El Gobierno que salió, no dejó proyectos ni obras importantes en acción que cambiaran la triste situación de 2013. La administración que entró, como no esperaba gobernar, no tenía nada preparado, aparte de un boceto de un “Plan Rescate, Trabajo, Progreso y Alegría” que eran meras intenciones y promesas de campaña hechas sin profundidad, por si acaso, y para cumplir con el protocolo electoral.
Por eso en estos ocho meses han estado chupando rueda y no se han podido capear el viento de la mediocridad que ya tiende a ser propio. Veamos dos de las variables.
El Producto Interno Bruto que había crecido un 4,8% en 2002-2012 tan solo aumentó un 3,5% en 2013 y en 2014 es posible que ni siquiera se alcance la meta del 3,6% del Banco Central.
Podría fluctuar entre el 3 y el 3,5%, tomando en consideración el poco dinamismo del índice mensual de la actividad económica por el deterioro de los sectores claves como el agrícola e industrial.
Las actividades que crecen son transaccionales, entre ellas comercio-servicios, que no contribuyen a una transformación radical de la estructura productiva del país. Como meta en el reciente Plan Nacional de Desarrollo se espera cerrar 2018 con un 6%, lo mismo que había prometido Laura Chinchilla para 2014. ¡Qué mal estamos! ¿Y el progreso prometido?
El nivel de empleo es uno de los indicadores que desnudan la fortaleza o debilidad de la economía. Una economía próspera logra mantener niveles altos de empleo, encontrando la población trabajos satisfactorios sin dificultad y diversificados por sectores económicos.
Esta no ha sido la situación de nuestro país. La tasa de desempleo abierto fue del 6,6% en el periodo 2005-2012, demasiado alta, y “más peor” en el Gobierno Chinchilla con un promedio del 7,8% y un feo cierre en 2013 del 8,36%.
Para 2014 la situación es muy grave, será de un 8,6%. En el Plan Nacional, como meta se espera dejar la tasa en un 7% en 2018, apenas superior al promedio indicado. ¿Dónde está el trabajo? En los próximos años no habrá solución a este flagelo económico y social.
¿Qué esperar para 2015? Más de lo mismo: aumento del PIB (3 – 3,5%). Desempleo (8,6 - 9%). Paradoja: No habrá alegría para las miles de familias en pobreza extrema en el país de la abundante felicidad.

William Hayden Q.
Economista
heyden@racsa.co.cr







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