Puntos de partida: ¡Dejen de decir que fallar es bueno!
Juan J. Muñoz juan@poom.cr | Miércoles 19 julio, 2017
Como emprendedores nos pasan enseñando que fallar no tiene nada de malo, ¿verdad? O sea, fracasar es aprender, fracasar es intentar y eso es bueno. Lo que yo he visto es que fallar se ha hecho tan popular que ya ni tratamos de NO fallar, ¿por qué?
Queremos quitarle el estigma a “fallar”.
¡Por supuesto! Si queremos que más gente emprenda necesitamos quitarles el miedo de meter las patas porque - seamos honestos - fallar es algo que definitivamente puede pasar. Si le tenemos miedo a eso, nunca vamos a intentar y si no intentamos jamás vamos a poder ser exitosos.
Fallar también tenía (antes) una connotación social no tan adecuada. Fallar no era “chiva”. Ahora es diferente. Ahora podemos fallar siempre y cuando digamos que somos “emprendedores” o que estamos tratando de “innovar”. Ahora podemos fallar tranquilamente, sin miedo a nada. Hasta es chiva fallar porque es chiva ser emprendedor.
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El problema es que resulta que hablamos tanto de lo bueno que es fallar y de todo lo que aprendemos cuando fallamos y de lo “chiva” que es fallar que parece que ya nadie quiere ser exitoso.
Si queremos que más gente emprenda necesitamos quitarles el miedo de meter las patas porque - seamos honestos - fallar es algo que definitivamente puede pasar
Yo quisiera darle un giro diferente a las conversaciones que se arman acerca de fallar. Creo que podría ser una manera más saludable de ver las dificultades de crear cosas nuevas desde cero.
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Hablemos de tres conceptos importantísimos cuando piensen en “fallar” en un negocio:
1. Hay algo más “chiva” que fallar; es no fallar. De repente alguien saca estadísticas de que se falla unas cuatro veces antes de tener un negocio exitoso y vemos gente casi que fallando a propósito o subconscientemente para poder llegar al quinto negocio y ser exitoso.
Eso no crea éxito, crea gente que se cansa de fallar, porque no es chiva. Lo chiva es no fallar.
2. El problema con alabar la cultura de fallar es que crea gente que quiere fallar. Y si bien fallar puede tener su lado positivo, también fallar es malo. Cada fallo cuesta plata, cuesta tiempo y cuesta motivación. El problema con solo pensar en fallar rápido es que no estamos pensando en maneras de ser exitoso. Nada más estamos haciendo cosas a lo loco a ver cuál pega. Claro, si de por sí fallar no tiene nada de malo. ¿Qué importa? Estamos creando una base de emprendedores que saben todas las cosas que no funcionan pero que no saben llegarle a la solución que sí es exitosa.
3. Fallar no tiene nada de malo pero tampoco es bueno. Con todo esto no quiero decir que fallar sea malo. No tiene nada de malo intentar y fallar y aprender de la experiencia para crear una mejor solución. Lo que está muy mal es hacer cosas sin pensarlo, sin verdaderamente buscar al 100% de nuestra habilidad la manera en que funcione, de permitirnos los unos a los otros fallar y fallar y fallar sin propósito por que fallar es bueno. Dejen de tratar de fallar y van a ver como son más exitosos.
Fallar no es malo, pero tratar de verdad de ser exitoso es mejor.
Juan J. Muñoz Ortiz
Director
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