Contratos por servicios profesionales son la alternativa más viable
¿Qué pueden hacer los pensionados que quieren seguir trabajando?
Población valora esta alternativa por temor a que sistema de IVM colapse
Brandon Flores bflores@larepublica.net | Miércoles 22 agosto, 2018
Muchos trabajadores que tienen cerca la jubilación están considerando seguir laboralmente activos por temor a que el sistema de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) colapse y se queden sin fondos para el retiro.
La ley del país permite que una persona jubilada siga trabajando pero debe cumplir con ciertas condiciones específicas.
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Lo primero es definir la relación laboral posterior a la pensión, lo más rentable en estos casos para ambas partes es optar por los servicios profesionales o como asesores externos.
Con esta alternativa, el trabajador no tiene las mismas responsabilidades que cuando estaba en planilla y la empresa tampoco está en la responsabilidad de pagar las cargas sociales.
Además, desde el punto de vista del empleador, también es ganancia, porque mantener al colaborador ya pensionado más tiempo le asegurará que sus operaciones no sufran cambios, que sí podrían ocurrir si llega una persona nueva a ocupar ese puesto.
“Cuando un trabajador pensionado opta por seguir laborando debe ser muy cuidadoso con las estipulaciones de su nuevo contrato. Es muy importante dejar claro que en caso de ser una nueva relación laboral de planilla tiene las mismas condiciones que antes de pensionarse y si es por servicios profesionales, se debe respetar las condiciones que incluye ese modelo de trabajo”, explicó Maureen Rodríguez, abogada laboral de Esfera.
Ante la posibilidad de que el IVM entre en crisis por falta de fondos en una plazo de aproximadamente 15 años, surgen las alternativas de planes complementarios de pensiones o ahorros a largo plazo, que suelen ofrecer condiciones favorables y buenos rendimientos.
Se calcula que para 2025 habrá 1,4 millones de personas mayores a 50 años, edad en la que ya se considera la posibilidad de pensionarse y habrá menos fondos para ellos.
“Salvo poquísimas excepciones,Quienes se jubilan del todo, reciben una pensión equivalente o mayor a su último ingreso. En todos los demás casos, sus ingresos caerían. Por otro lado caerían los gastos relacionados con el trabajo. El trabajador jubilado ya no tendría que gastar dinero para trasladarse a su lugar de trabajo, comer fuera de su hogar, adquirir prendas de vestir formales, por ejemplo”, aseguró Alberto Franco, economista de Ecoanálisis.
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Por otra parte, el efecto sobre las finanzas públicas de un trabajador que se jubila, dependerá de si este es reemplazado o no. Si el funcionario no fuera reemplazado, el sector público se ahorraría el pago de su salario y cargas sociales, pero asumiría el costo del pago de sus derechos laborales, incluyendo su pensión.
También quedará pendiente de solucionar el tema fiscal, porque gran parte del futuro del régimen solidario pasa porque el Estado resuelva sus finanzas o bien controle el crecimiento del gasto.
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