Reforma fiscal norteamericana enciende alarmas en Costa Rica
Javier Adelfang jadelfang@larepublica.net | Viernes 22 diciembre, 2017
El miércoles por la tarde se terminó de aprobar la reforma fiscal en Estados Unidos y las alarmas comenzaron a sonar en suelo costarricense.
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Y es que la reforma plantea la rebaja de impuestos más alta en los últimos 30 años, lo que podría generar un cambio de rumbo en las empresas que invierten en Costa Rica.
Entre otras cuestiones, se proyecta una reducción del 35% al 21% en el impuesto a las sociedades, lo que haría más atractivo a Estados Unidos para invertir.
“Desde hace varios años Estados Unidos es otro fuerte competidor de la inversión extranjera y para ello proyectos ambiciosos de reforma fiscal como el presentado a la fecha, buscan mejorar su propuesta valor para atraer o retener inversiones”, afirmó Margarita Umaña, gerente de Planificación y Estrategia de CINDE.
Hasta ahora se veía lejana la posibilidad de la reforma fiscal; sin embargo, lo del miércoles tomó por sorpresa a los analistas.
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Sin embargo, no sería tan fuerte como parece en primera instancia, lo que pondría paños fríos a las expectativas de salida de inversión.
“Esta reforma no es tan agresiva como parece, porque tiene una distribución que no es tan diferente al ‘cómo’ se gestionan los impuestos corporativos a las empresas fuera de Estados Unidos”, aseveró una fuente ligada a una de las grandes multinacionales que prefirió el anonimato.
Por otro lado, trasladar operaciones no es una cuestión sencilla que pueda llevarse a cabo de un día para el otro, y son muchos los factores que inciden a la hora de tomar la decisión.
“No es tan fácil forzar un desplazamiento a través de una disminución de impuestos porque los miles y miles de puestos están fuera de Estados Unidos por alguna razón, y muchos de ellos son tan especializados que no es como llevarse los negocios y levantarlos allí”, agregó la misma fuente.
A pesar de esto, la alarma quedó encendida, y si no es una tarjeta roja al país, al menos es una amarilla, advirtiendo que la competencia para la atracción de inversiones se ha tornado cada vez más feroz y Costa Rica no puede rezagarse en su competitividad.
“En un contexto de mayor competencia internacional CINDE reitera la importancia para Costa Rica de mejorar aún más su competitividad interna. En este sentido, algunos temas claves son costos energéticos, invertir en infraestructura, facilitación de trámites e invertir en la capacitación constante de su recurso humano”, agregó Umaña.
Costa Rica atraviesa una grave situación fiscal y está en proceso de una reforma a la inversa de Estados Unidos, donde los impuestos subirán, tanto en renta como el de ventas.
A esto se suma que, a nivel de costos el país se ha ido encareciendo con los años, lo que choca con la estrategia de las firmas extranjeras en el país ha sido la de buscar eficiencias a través de reducir estos costos.
“Costa Rica está perdiendo fuerza en competitividad, el país es caro y complicado para hacer negocios. No podemos dormirnos, ya hay otras naciones trabajando en crear espacios, fuerza laboral y oportunidades para atraer nuevos negocios”, manifestó Jorge Calderón, vicepresidente de Asuntos Corporativos para Latinoamérica de Cargill.
La incertidumbre ante el cambio de gobierno, con un panorama donde no hay un claro ganador, es otro factor que pesará en las decisiones de inversión de las empresas.
Todo esto ha contribuido para que la economía lleve 11 meses consecutivos de tendencia negativa en su crecimiento, esto es que crece, pero cada vez más lento, según se desprende del Índice Mensual de Actividad Económica.
El 2017 pareciera mostrar una recuperación de la inversión extranjera luego de dos años consecutivos de caída; sin embargo, los datos disponibles son parciales al segundo trimestre del año.
Para 2018 no queda más que esperar algunos cambios y estar alertas para no perder el tren de la inversión.