La idea, puesta en práctica ya, de que exista un Reglamento Único para el Registro de Medicamentos en la región podría resultar beneficiosa para los consumidores así como para las empresas farmacéuticas

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Retos para la economía regional

La integración centroamericana debe darse ahí donde surja la posibilidad de que los países se pongan de acuerdo, y pareciera que es en algunos sectores de la economía donde esto se mueve.
Que avancemos juntos y que el desarrollo de cada acción conjunta sea un éxito con beneficios para la población y para las empresas, dependerá de que se establezcan los requisitos y condiciones adecuados y se supervise su cumplimiento.
Esto podría ser incluso una forma de que cada país se beneficie de lo mejor de las experiencias del resto y de que fuera nivelando en alguna medida, el grado de maduración democrática de los países integrantes de la región a pesar de las diferencias actuales.
Somos países con pequeña extensión territorial y con diferencias en muchos ámbitos, a pesar de lo cual se tiende a vernos como un solo bloque.
Desde el punto de vista de la economía, deberíamos actuar como tal y no intentándolo solo por medio de la competencia sino más bien complementándonos. Por ejemplo, la idea, puesta en práctica ya, de que exista un Reglamento Único para el Registro de Medicamentos en la región podría resultar beneficiosa para los consumidores así como para las empresas farmacéuticas.
“La intención es eliminar las barreras arancelarias al comercio, creemos que se van a reducir los costos”, ha dicho a este medio María Elena López, ministra de Salud.
“Descongestionaríamos las agencias regulatorias al no tener que hacer la misma cosa seis veces”, explicó Rodolfo Lambour, director de Federación Centroamericana de Laboratorios Farmacéuticos. Es este un primer paso en la integración regional para facilitar el negocio de los medicamentos.
En otros rubros podría hacerse lo mismo. De hecho, hay empresarios que logran buenas relaciones de negocios entre Nicaragua y Costa Rica, con beneficios para sus empresas.
En materia de comercialización de medicamentos, el actual gobierno se encontró con lo que la Ministra llamó un “cuello de botella”, que tratarán de eliminar reduciendo los tiempos de registro al mínimo.
Esto beneficiará a los consumidores y ahorrará tiempo, que es dinero, a las empresas del ramo.