Rico ecosistema hace a Costa Rica un paraíso para practicar barranquismo
Walter Herrera wherrera@larepublica.net | Jueves 10 mayo, 2018
La combinación de adrenalina, deporte y ejercicio, combinándolo con las bellezas naturales del país hacen de Costa Rica uno de los mejores lugares para practicar barranquismo o canyoning, como se le conoce en inglés.
Esta es un ejercicio deportivo que se practica en los cañones o barrancos de un río, pudiendo presentar un recorrido variado que consiste en superar obstáculos naturales.
Si bien es una disciplina que se realiza a nivel competitivo en el extranjero, Costa Rica mantiene su esencia turística e invita a los costarricense a impulsar el turismo nacional con aventuras que le provoquen golpes de adrenalina.
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En todos los rincones del país se puede practicar el barranquismo; destacan lugares como La Fortuna de San Carlos, Golfito y Turrialba, entre otros.
Para los coordinadores, directores de operaciones y guías, Costa Rica es un paraíso que los ticos no hemos sabido aprovechar.
“Por supuesto que tenemos un paraíso, tenemos la materia prima en abundancia. En países desarrollados tienen la facilidad de comercializarlo, pero no tienen los recursos o paisajes escénicos”, comentó César Serrano, coordinador de departamento de Spider Monkey Canyon de La Fortuna de San Carlos.
Por lo general los tours tardan entre tres y cuatro horas dependiendo de la cantidad de personas y los recorridos.
“Manejamos un tour que combina el rapelling en cataratas, canopy y puente colgante. Todo el año ofrecemos los tours y desde los ocho años en adelante, cualquier persona puede practicarlo”, dijo César Gómez, director de Operaciones de Explornatura en Turrialba.
A nivel internacional Costa Rica está posicionado como un país para practicar el turismo deportivo.
Un 23% de los turistas en el periodo 2015-2017 aseguró arribar al país con la idea de realizar turismo deportivo.
Sin embargo, a nivel local este tipo de prácticas no han sido explotado a pesar de la biodiversidad y geografía del territorio nacional.
“Podemos meter al canyoning como algo que nos identifique, que cuando las personas digan Costa Rica, además de pensar en la flora y fauna, volcanes, aguas termales y playas, el canyoning esté ahí presente en sus mentes”, añadió Serrano.
En el país hay dos versiones para esta práctica, está la recreativa-comercial, que es la más grande, donde cualquier persona puede acceder debido a su grado de dificultad y asequibilidad.
Esta se desarrolla mediante plataformas, anclajes artificiales, cuerdas de seguridad, varios guías y recorridos previamente establecidos, para hacerla tan segura como entretenida.
Aunque también está el barranquismo deportivo, practicado por menor cantidad de personas, donde los practicantes están capacitados en técnicas de cómo escalar, en que saben leer los ríos, sus corrientes y realizar descensos con cuerdas.
Este nicho es el que busca el educador Javier Cano y el Proyecto Aventura en la Zona Sur del país.
Si bien tienen cañones con dificultades que van de la clase uno a la seis, según su dificultad ascendente, por lo general se enfocan en los niveles básicos, y más que turístico, pretenden educar sobre el deporte.
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“El cañón nos sirve como escuela y enseñamos de manera divertida, pero procurando que las personas aprendan las técnicas básicas para descender cuestas, cómo caminar, cómo saltar a una posa a cierta altura de manera segura”, aseveró Cano.
La mayoría de sus visitantes son guardacostas de Estados Unidos, quienes aprovechan sus descansos en la costa para divertirse y de paso poner en práctica su conocimiento.
“El barranquismo de verdad es muy caro y se necesita mucho tiempo, además que hay que tener un conocimiento técnico alto. Si se practica profesionalmente es costoso”, concluyó Cano.