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INVERSIONISTA


Espere aumento en tasas de interés, ya que calificadoras ven alta probabilidad de un downgrade

Riesgo país subirá, si no se dan soluciones ya, sobre el déficit fiscal

Todo dependerá de la reforma fiscal que se apruebe, creciente deuda es el peor enemigo

Fabio Parreaguirre fparreaguirre@larepublica.net | Lunes 03 septiembre, 2018


Problema de las finanzas públicas
Imagen con fines ilustrativos. Shutterstock/La República


Una rebaja en la calificación de riesgo de Costa Rica traería muchos problemas que no solo tienen que ver con la percepción de confianza que el mercado llegue a tener sobre el país.

A inicios de año, las calificadoras de riesgo internacional indicaron que no evaluarían el rating soberano, sino hasta que el nuevo Gobierno tomara el poder y pasara un tiempo en el que demuestren sus compromisos con la solución del déficit fiscal.

Ya han pasado prácticamente cuatro meses desde que la nueva administración asumió el poder, pero aún, aunque han presionado para encontrar soluciones fiscales, no hay solución en concreto al respecto.

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Aun cuando el viernes se presentó un presupuesto nacional sin aumento en gasto corriente por primera vez en la historia del país, el pago de la deuda y los intereses ya representan el 12,3% de la producción nacional y tiene un peso del 41,6% en dicho presupuesto.

Vamos directo a un downgrade por varias razones: primero la situación fiscal, una desaceleración económica, necesidad de más deuda por la caída de ingresos tributarios, los presupuestos extraordinarios por los huecos fiscales, y en general mucha incertidumbre.

Consecuencias de una rebaja en la calificación

  •  Baja precio de bonos

El primer golpe lo reciben el precio de los bonos soberanos tanto en el mercado nacional, como internacional.

El peligro principal es que muchos de los actuales inversionistas saldrían a vender, presionando aún más a la baja.

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Actualmente nos encontramos en la calificación de riesgo más baja que permiten muchos comités de inversiones de fondos de pensiones o de inversión extranjeros, por lo que un downgrade los obliga a salirse de sus posiciones de estos títulos dentro de sus carteras.

Para aquellos que mantienen dichos bonos, la pérdida en el valor del precio es considerable, ya que baja el valor del título con una pérdida en sus inversiones, algo que se materializa si desean salir a negociar esos títulos.

Acá preocupa que los fondos de pensiones del país acumulan prácticamente la mitad de sus portafolios de inversión en títulos soberanos, lo que perjudicaría altamente los rendimientos.

  • Alza en tasas de interés

A mayor riesgo, cualquier inversionista solicita mayor rendimiento, es por esto que las tasas de interés tendrán otra presión hacia arriba.

Esto se verá de forma inmediata en el mercado, tanto nacional, como extranjero, lo que significa mayor déficit fiscal a futuro, ya que se compromete el pago por servicio de la deuda hacia el futuro.

  • Sube riesgo de todos los emisores públicos

Todos los emisores que tienen un ligamen con el Estado de Costa Rica bajan también de forma automática su calificación de riesgo.

Esto ya ha sucedido en las otras rebajas que hemos venido experimentando desde hace cinco años, todo como consecuencia del creciente déficit fiscal.

Bancos como el Nacional, BCR, Bicsa, empresas como Recope, ICE, INS, entre otros que son emisores se verán afectados por esta acción.

Todo dependerá del tamaño de la reforma

Para varios expertos, todo dependerá del tamaño de la reforma, en otras palabras, no es lo mismo una reforma que impacte en un 3% del PIB a una que solo vaya a ser del 1%.

Ya la semana pasada vimos cómo el Gobierno indicó que volverá a negociar para que los diputados no sigan incluyendo diversas exoneraciones al paquete fiscal que se discute en la Asamblea.

Incluso, Rocío Aguilar ya indicó que, sin un ajuste fiscal, tendría que actuar de la forma en que no quieren, la cual sería recortar pagos a programas públicos y hasta gestionar despidos.

Por otro lado, es vital que el país no solo incremente algunos de sus tributos, sino que existan ajustes estructurales respecto a reglas fiscales y control en el gasto por beneficios salariales.

Se acaba tiempo con calificadoras

Parece que la paciencia de las calificadoras llega a su fin, aun cuando ven muestras de acercamiento político existen altas posibilidades de que una rebaja en la calificación suceda pronto, si no hay reforma fiscal.

Todd Martínez

Analista para Costa Rica

Fitch Ratings

Hay una buena probabilidad de una rebaja

Actualmente tenemos una perspectiva negativa para la calificación ‘BB’ de Costa Rica, lo cual significa que hay una buena probabilidad de una rebaja.

Costa Rica tiene un problema fiscal estructural que ha ido creciendo en la última década, y la situación ha empeorado aún más desde 2017 por factores cíclicos, como una deceleración económica y la reversión de bajas tasas de interés.

Como consecuencia, el financiamiento del déficit se ha puesto más difícil, por estrujamiento en el mercado local y límites legales para endeudamiento externo. Y hay señales de que la economía real se está quedando menos aislada del problema fiscal.

Para estabilizar la nota, estamos esperando un plan fiscal creíble que estabilice la deuda en el mediano plazo, y también aliviane los riesgos de financiamiento en el corto plazo.

En este momento las señales no son alentadoras. La reforma tributaria actual –algo diluida por el Congreso– parece ofrecer poco del estimado 4% del PIB necesario para estabilizar la deuda. Si bien su aprobación sería un avance, igual vemos riesgos de atasco legislativo y “fatiga” por parte del sistema político y sociedad para encarar nuevas medidas de ajuste.

Gabriel Torres

Analista para Costa Rica

Moody’s

La probabilidad de un cambio en la calificación es importante*

No vemos que se haya logrado hacer mucho, el déficit sigue siendo alto, no pareciera por ahora que exista acuerdo político para bajarlo.

Tenemos años indicando lo mismo, y a medida que pasa el tiempo la situación empeora, ya que cada año con un déficit alto es otro año que sigue aumentando la deuda.

El gran problema que tiene Costa Rica es algo paradójico, ya que tiene instituciones muy grandes y fuertes, pero es muy fácil para diversos grupos frenar cambios, entonces llegar a acuerdos políticos no es fácil.

La probabilidad de un cambio en la calificación es importante, en la medida en que ya tienen una perspectiva negativa, que se definió en febrero del año pasado y esperamos volver a revisarla cerca de mitad de año.

*Cita tomada de entrevista publicada en la edición del lunes 15 de enero del presente año.

Jorge Chaves

Subgerente

SCRiesgo Rating Agency

Estamos expuestos a una desmejora en la calificación

Ante la imposibilidad de acuerdo legislativo, para aprobar el plan de ajuste tributario presentado inicialmente por el Gobierno, se tuvo que recurrir a remitir un texto sustitutivo, que incluye recortes y concesiones que desvirtúan el plan original con la finalidad de que finalmente pueda ser aprobado, pero que disminuye de forma importante la recaudación inicialmente prevista, aunado a que sus efectos probablemente no se vean reflejados durante este año. Esto deja al Gobierno con una tarea pendiente en materia de ajuste fiscal que tendrá que enfrentar en el corto y mediano plazo.

Esta situación complica el panorama y expone a una desmejora en la calificación de riesgo soberana con las consecuencias que ello conlleva. Ya anteriormente las calificadoras internacionales habían advertido que los avances en materia fiscal serían fundamentales para no degradar más la calificación de riesgo país.

Johanna Masís

Coordinadora de País

Pacific Credit Rating

El ajuste es impostergable

La situación de economía costarricense es muy compleja debido a la presencia de elevados déficits fiscales y de balanza de pagos.

En ese sentido el nivel de endeudamiento difícilmente se pueda reducir, lo que afectará severamente la capacidad de crecimiento de la economía.

Sin duda, un ajuste es impostergable.

El análisis del riesgo soberano pretende evaluar la vulnerabilidad de la capacidad de pago de un país para cumplir con sus obligaciones frente a shocks, tanto internos como externos, y así determinar el impacto que podría tener sobre la capacidad de pago de las compañías constituidas en dichos países.

Con el fin de determinar el riesgo soberano se debe partir de la premisa de que las políticas económicas que lleven a mejoras sostenidas en el bienestar social serán un fundamento para la consecución de la estabilidad política. Esta, a su vez, permitirá que los dirigentes políticos alcancen decisiones óptimas de largo plazo que, sin embargo, pueden involucrar sacrificios de corto plazo por parte del público. Por esta razón, se considera al riesgo soberano como un ciclo continuo en el cual las decisiones económicas, políticas y sociales deben estar sincronizadas, debiendo centrarse la evaluación de la política económica en el estudio de las medidas dictadas por el Gobierno para mantener la estabilidad económica, mejorar la competitividad interna y externa, así como promover un mayor crecimiento y desarrollo.


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