Rompiendo las barreras para la transformación del transporte público
Luis Amador Jiménez redaccion@larepubllica.net | Miércoles 14 febrero, 2024
Luis Amador Jiménez
Ministro de Obras Públicas y Transportes
Muchos de los problemas que experimentamos hoy se deben al crecimiento desordenado de la gran área metropolitana, así como a la ausencia de políticas públicas que permitieran el crecimiento planificado en el valle central.
También hemos improvisado en las construcciones de vivienda y otras estructuras en las que no se ha respetado retiros ni se ha planificado para que los desarrollos inmobiliarios se integren a la red de transporte vial.
Tenemos un área urbana de unos 20 por 40 kilómetros de casas aglutinadas una a la par de la otra, estas construcciones impiden la infiltración de la lluvia en el suelo provocando que el agua corra por la superficie y se generen inundaciones.
Al mismo tiempo tenemos un valle central ondulado, lleno de ríos que se desbordan en época de invierno.
Otro de los problemas que nos aquejan es el desplazamiento diario de cientos de conductores y autobuses por la gran área metropolitana, este tránsito genera presas interminables que se convierten en las quejan justificadas de muchos conductores que día a día se enfrentan a este problema.
Debido a este crecimiento se requiere habilitar más infraestructura y para logarlo hay que presionar las finanzas para obtener recursos que permitan solventar las necesidades de los usuarios. Esta situación tiende a convertirse en un círculo vicioso.
Gran parte de la problemática se gesta en el sistema de transporte público porque no cuenta con el apoyo del estado, convirtiéndose en un nefasto modelo al costo que impide subsidiar de manera cruzada el bus en zonas rurales. Por consiguiente, en algunos casos se dejan extinguir rutas y se abandona a los usuarios. Al mismo tiempo hay ausencia de formalización del taxi moderno vía plataformas y de regulaciones que incentiven vehículos de calidad en el transporte público.
Muchos de los problemas se deben a la carencia de capacidad para cuantificar el bienestar, el interés público, los beneficios sociales, la conveniencia. Como resultado de la desidia de quienes han gobernado. Esta situación también es propiciada en parte por el entrabamiento burocrático que nos asfixia. Esto se debe en parte a la ausencia de capacitación de calidad para los empleados públicos, tampoco existen incentivos para quienes tienen un desempeño sobresaliente, y así se desmotiva el mérito de quienes si son patriotas y desean aportarle al país.
Hoy más que nunca es claro que el transporte debe ser un esqueleto alrededor del cual se regenere la ciudad, solo la densificación vertical dará la concentración de usuarios suficiente para romper el círculo vicioso mediante transporte público conveniente y de calidad.
Entendemos que no podemos pedirle a las personas, que viajen en bus y tren si estos sistemas aún no están integrados, si aún no son convenientes: si no pueden estacionar su automóvil a la par de la estación o la terminal, si no cuentan con facilidad de pago mediante tarjeta bancaria, si no tienen aire acondicionado, internet gratis, si no tienen el piso plano y no son accesibles para las personas con discapacidad , si se sigue perdiendo horas en presas y por rutas a través de barrios, si aún los usuarios se mojan en las paradas o haciendo las conexiones, si aún es inseguro esperar, si no se sabe cuándo viene el bus, si no es posible planear la ruta en transporte público con antelación, si las unidades emiten bocanadas de humo...
No podemos pedirles a las personas que vuelvan a habitar la capital si no brindamos los incentivos fiscales que los convenzan de vivir en apartamentos y abandonar sus carros para ir al trabajo. Si no se puede llegar en tren o bus cómodo a los grandes centros de trabajo.
Se durarán muchos años en lograr que las torres se construyan alrededor de las terminales del transporte, se durarán más años en ver un subterráneo debajo de la Sabana, continuando en una trinchera debajo del Paseo Colon y hasta la Universidad de Costa Rica. Pero debemos de iniciar hoy.
Hoy impulsamos esa renovación con medidas concretas: un proyecto de ley de taxis modernos, el préstamo para construir el tren eléctrico sobre vías ferroviarias renovadas, grandes parqueaderos en Alajuela, en Cartago en Paraíso en Belén y el Coyol.
El tren integrado con rutas troncales y los inicios de dos diametrales que eventualmente serán el metro o el bus de tránsito rápido a la capital. Hoy impulsamos que el transporte combinado de buses eléctricos sobre las troncales de sectorización se conecte con dos rutas diametrales en el centro de la capital y alrededor de circunvalación.
Hoy impulsamos un proyecto de ley que romperá la principal barrera para tener buses eléctricos premiando a quienes operan sus rutas con buses de energía limpia. En el 2024 impulsaremos concesionar centros de recarga eléctrica para los buses eléctricos de la gran área metropolitana. En el 2024 iniciaremos finalmente la sectorización en conjunto con el proyecto que remozará el tren eléctrico en el 2025.
Nuestra sociedad fue de las primeras en tener un tranvía por San José. Hace unos cien años corría un tren eléctrico hasta Puntarenas.
Hoy le toca a nuestra generación recuperar todo lo que se ha perdido. Hoy debemos dejar de lado las envidias e intrigas de la política y trabajar todos los actores en conseguir un giro de timón que propicie una verdadera movilidad sostenible.