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INVERSIONISTA


Solo hablar de más impuestos, equivale a menor crecimiento económico

Fabio Parreaguirre fparreaguirre@larepublica.net | Lunes 20 febrero, 2017


Shutterstock/La República


Una política tributaria que vea solo el lado de los ingresos y no controle o recorte los gastos públicos, no es promotora del crecimiento económico.

Eso es lo que busca el Gobierno para cerrar este último año de administración, en donde impulsa la aprobación del nuevo impuesto al Valor Agregado en detrimento del General sobre las Ventas y la nueva ley del impuesto sobre la renta (Ver recuadro).

En enero pasado, el Gobierno presentó nuevos proyectos de ley para la modernización de estos impuestos y retiró los que limitan el gasto corriente (regla fiscal) y el que modificaba las condiciones de los trabajadores estatales respecto a sus remuneraciones (ley de empleo público).

Ya por definición, el término “impuestos” reduce los ingresos de los empresarios, que podrían ser utilizados en nuevas inversiones o en capital humano.

Tomando en cuenta la poca ejecución en gastos de capital (infraestructura) de los últimos años y las cuantiosas convenciones colectivas del sector público, lo que se recauda tanto en impuestos como en colocación de la deuda, es para pagar salarios.

Lea más: Hablemos de impuestos, hablemos de reforma

¿Por qué menos crecimiento?

En el caso de las empresas, el Impuesto sobre la Renta disminuye el rendimiento neto del capital invertido, esto reduce las utilidades, las cuales son la principal fuente de financiamiento en una unidad empresarial o el parámetro para apalancarse por medio de un crédito.

A mayores impuestos, menor rentabilidad y menor reinversión de utilidades en las compañías.

A esto se sumaría una mayor incertidumbre y temor a nuevas inversiones, ya que el sector privado sentiría que el peso de la reforma fiscal está desbalanceado.

Con la propuesta alternativa enviada recientemente a la Asamblea, la carga tributaria pasaría del 13,4% (estimada para 2017) a un 15% del PIB en 2018, indicó el Ministerio de Hacienda.

En México, por ejemplo, el costo social de pagar mayores impuestos —los cuales han pasado de pesar en la economía de un 8% del PIB a más del 12% en tan solo cuatro años—, se ha reflejado indiscutiblemente en un menor crecimiento económico, mientras que el beneficio social está en tela de duda al seguirse incrementando el número de mexicanos que viven en alguna condición de pobreza.

La propuesta actual

El pasado 26 de enero el Gobierno desistió de los proyectos de ley para un Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 15% y un proyecto ampliado del Impuesto sobre la Renta, presentados al Congreso en agosto de 2015.

Asimismo, dos días después, se anunció por el presidente Luis Guillermo Solís que se dejarían de promocionar los proyectos que intentarían limitar el gasto corriente (regla fiscal) y modificar las condiciones de los trabajadores estatales respecto a sus remuneraciones (ley de empleo público).

De forma inmediata, el Gobierno anunció nuevos textos simplificados para lograr aprobar un IVA del 13% y un Impuesto sobre la Renta con solo algunos pequeños cambios del actual, buscando aumentar la base de contribuyentes principalmente, ya que podría gravar los servicios que antes no lo estaban, entre otros.

En un escenario donde no se apruebe una nueva reforma tributaria en 2017, y adicionando las nuevas obligaciones constitucionales y legales, se proyecta un déficit financiero del 6,6% del PIB en 2018 y del 6,9% en 2019, en comparación con el 5,2% de hoy, indicó el Ministerio de Hacienda.

Rebajas por falta de compromiso

El inicio del año trajo ya dos rebajas en las calificaciones de riesgo por la falta de un compromiso por encontrar una solución fiscal.
Esto, a la luz de los inversionistas internacionales y nacionales, significa entre otras cosas, restarle ambiente de negocios al país, generar más incertidumbre y valorar con mayor detenimiento un acceso a este mercado.

Lea más: Empresarios tildan de “irresponsable” al Gobierno

 

 


MUCHO EJECUTADO EN SALARIOS, POCO EN INFRAESTRUCTURA


Uno de los problemas de cobrar más impuestos, es que la mayoría de los dineros que utiliza el Gobierno es para pagar salarios y deuda, mientras que ejecuta o promueve poco la inversión de capital en obras públicas (Cifras en miles de millones de colones).

  2014 2015
Remuneraciones 2.098 2.300
Porcentaje de ejecución 94 93
Obras públicas* 159 203
Porcentaje de ejecución 47 38

Fuente: Hacienda
* Corresponde a los partidas de "materiales y suministros" y "bienes duraderos" de las nueve entidades relacionadas con transporte y obras (MOPT, Conavi, Cosevi, CTP, CNC, DGAC; INCOP, Japdeva e Incofer)
Elaborado por Javier Adelfang


MÁS IMPUESTOS, PERO CERO RECORTES


La nueva propuesta del Gobierno solo sugiere aumentar la base para la recaudación de impuestos, pero nada de recortes al gasto.

Propuesta del nuevo IVA

  • Al igual que el anterior texto, lo que busca el nuevo proyecto es ampliar la base de cobro del impuesto, prolongándolo a los servicios, pero manteniendo la tasa en un 13%.
  • La devolución propuesta del IVA será solo para los primeros tres deciles de la población, ya no hasta el quinto, los más pobres según la medición del INEC.
  • Para los servicios de salud y educación privada, la tasa se establecería en un 4%.
  • A los bienes de lujo, como vehículos, licores y cigarrillos, se les aumentaría un punto porcentual al concepto que pagan actualmente en el selectivo de consumo de importación.

Cambios en proyecto de renta

  • Lo que se busca es una nueva tasa del 12% en las ganancias de capital y que la recaudación obtenida no vaya a un destino específico, sino directamente a las arcas del Estado. El resto de la propuesta deja sin cambios a la ley actual.

EN LOS OJOS DE LOS EXPERTOS


Los expertos ven posible una rebaja en el crecimiento económico, así como los líderes empresariales, que no están de acuerdo con ajuste sin un cambio también en los gastos del gobierno

BAJARÍA EL CRECIMIENTO ECONÓMICO

Édgar Ayales

Economista
Exministro de Hacienda

Un aumento en los impuestos puede afectar la inversión y el crecimiento, especialmente si los ingresos se dedican exclusivamente a financiar gasto corriente (salarios e intereses). Si los nuevos ingresos se dedicaran a financiar inversión pública, la historia sería diferente; es seguro que la misma comunidad empresarial estaría de acuerdo, pero respecto a la incertidumbre de que no se gastarían en este ítem, son claras la negativa y la necesidad de recortar el gasto público.

José Luis Arce

Economista
Cefsa

Claro que los impuestos afectan el comportamiento de los agentes económicos, más si son mal diseñados o resultan de ocurrencias de Hacienda y, especialmente, de los legisladores. En un mundo ideal, se pueden diseñar impuestos en donde esos efectos estén medidos o mitigados, que no terminen haciendo más mal. En ese sentido, los impuestos pueden tener efectos microeconómicos, por ejemplo afectando decisiones de las familias como el consumo, cuánto trabajar, cuánto ahorrar o en las empresas cuánto producir, cuánto invertir e incluso, si estar o no en un país. No es, en consecuencia un tema trivial. Además, desde la perspectiva macroeconómica reducen el ingreso de los hogares y de las empresas y por tanto tienen impactos receptivos, desaceleran la actividad económica.

DESINCENTIVO A LA INVERSIÓN

Franco Pacheco

Presidente
UCCAEP

En efecto, consideramos que subir la tasa impositiva a quienes hoy ya pagamos, es un desincentivo a la inversión nacional y extranjera; además de un golpe a la competitividad nacional. Esto sin duda tendría efectos negativos en la generación de los nuevos empleos que están demandando los costarricenses. En la Unión de Cámaras hemos reiterado que Costa Rica requiere una reforma estructural que sea integral; primero, resolviendo los temas que disparan el gasto. El tema no se resuelve poniendo a pagar más a los que ya pagamos, sino más bien, haciendo que aquellos que no están contribuyendo y operan en la informalidad, empiecen a cumplir con sus obligaciones como se debe.

Yolanda Fernández

Presidente
Cámara de Comercio

Aumentar la carga tributaria de las empresas, que ya es más alta que el promedio de América Latina y de la OCDE, generaría un efecto negativo para la economía. En la medida en que se obligue a las empresas formales a pagar más impuestos, se reducen las posibilidades de reinversión y contratación de nuevos trabajadores. Por ello, en la Cámara de Comercio, hemos insistido en que antes de hablar de nuevos impuestos, es necesario tomar acciones de contención del gasto y de reactivación económica.

Laura Bonilla

Presidente
Cadexco

Consideramos que subir los impuestos y no ajustar los gastos del Gobierno, desincentiva la inversión de los empresarios nacionales y hasta de la inversión extranjera al no tener solucionado el tema fiscal de forma estructural e integral. Si esto sucede, es claro que afectará negativamente la competitividad de las empresas, siendo afectada de forma directa la generación de los nuevos puestos de trabajo que tanto hacen falta en todo el país.

JUSTIFICACIÓN

Helio Fallas

Ministro
Ministerio de Hacienda

Aunque con la nueva propuesta, el déficit estimado continúa siendo alto, sí brindaría un espacio para modernizar la legislación tributaria en el corto plazo y niveles menores de déficit. Se elaboró un escenario donde, para mantener el nivel de deuda/PIB en el porcentaje actual (45%) y que esta no aumente, se requiere una carga tributaria superior, de al menos un 17% del PIB, en promedio, durante los próximos cinco años. Para elevar la carga tributaria a ese porcentaje, es obligatorio que, en la siguiente Administración, posterior a la ampliación de la base, se proponga un aumento de la tasa del IVA que podría ser de hasta un 18%. Esto debido a la ausencia de reformas legales en el presente y al retraso de su entrada en vigencia.

 


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