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Martes, 1 de abril de 2025



FORO DE LECTORES


¿Son los programas de bienestar la solución para el estrés y la salud mental de los trabajadores?

María Isabel Guzmán S. info@mindflowonline.com | Lunes 31 marzo, 2025


María Isabel Guzman


La respuesta corta es un rotundo no.

Entonces, ¿esto significa que las empresas no deberían centrar sus esfuerzos en esta dirección? Veamos….

Recientemente, han surgido algunos artículos que cuestionan el valor de los programas de bienestar en las organizaciones para la reducción del estrés y la mejora en la calidad de vida de los empleados, especialmente como respuesta a un estudio realizado en el Reino Unido que generó cierto movimiento mediático al respecto.

Creo que nos enfrentamos a una pregunta mal planteada, una miopía evidente. Pensar que los programas de bienestar, por sí solos, resolverán los problemas de Salud mental y aumentarán el bienestar es bastante ingenuo, especialmente mientras persistan las cargas laborales excesivas, los ambientes tóxicos y la falta de respeto por los tiempos de descanso de los empleados.

Es como si estuviéramos frente a una especie de "desorden alimenticio inducido", forzando al trabajador a ingerir en exceso y luego obligándolo a expulsar lo consumido cuando, en realidad, la necesidad primordial radica en modificar la relación y el comportamiento con respecto a esa ingesta.

La reducción del estrés y la promoción de la salud mental deben ser iniciativas auténticas que reconozcan que las personas necesitan tanto estrategias internas ( herramientas y recursos para regularse y recuperarse del desgaste diario) como entornos saludables física y psicológicamente que hagan sostenibles y viables esas estrategias.

La primera pregunta debe ser si las condiciones laborales están dentro de los límites de lo saludable: ambientes de trabajo seguros, cargas laborales sensatas, cultura organizacional respecto a horarios y respeto por la vida personal.

Pedir a los empleados que cambien ellos mismos en lugar de modificar el entorno laboral que los rodea es una estrategia que no solo desperdicia recursos, sino que puede generar resentimiento en los trabajadores hacia la organización, pues envía el mensaje de que la responsabilidad de lidiar con un entorno laboral toxico y asumir cargas desmedidas recae únicamente sobre sus hombros.

Una vez se plantea la inquietud por crear entornos laborales más saludables, tanto física como psicológicamente, proporcionar a las personas herramientas para gestionar el estrés, como son el acceso a ayuda psicológica y el mindfulness, pueden ser una gran alternativa para la prevención y gestión de la salud mental además de ayudar a mejorar la productividad. En Minflow trabajamos con las empresas en este sentido con excelentes resultados.

Las empresas no pueden simplemente delegar la responsabilidad del bienestar a iniciativas individuales sin revisar primero el entorno que generan. No basta con ofrecer ayuda psicológica, programas de mindfulness o apps de meditación si las condiciones laborales siguen perpetuando el estrés y el agotamiento. Estos recursos pueden ser valiosos, pero su impacto será limitado si los líderes no asumen un papel activo en la construcción de una cultura organizacional que priorice realmente la salud mental, empezando por la suya propia.

Invertir en la salud mental de los empleados no debería ser un esfuerzo aislado, sino un compromiso integral con la creación de entornos laborales saludables donde exista un florecimiento mutuo. Solo entonces, las herramientas como el mindfulness podrán cumplir su potencial como elementos valiosos dentro de una estrategia más amplia de bienestar.

Es hora de que las empresas dejen de ver la salud mental como un accesorio y la coloquen en el centro de su agenda para construir organizaciones más saludables y sostenibles a largo plazo.

¿Cómo comenzar?

1. Compromiso desde el liderazgo: La salud mental organizacional empieza desde arriba. Los líderes deben modelar comportamientos saludables y fomentar un ambiente donde el bienestar no sea visto como un beneficio adicional, sino como un pilar fundamental de la cultura empresarial.

2. Evaluación y ajuste del entorno laboral: Antes de implementar programas de bienestar, es clave revisar si la organización ofrece condiciones de trabajo sostenibles, límites claros entre la vida personal y laboral y un clima de seguridad psicológica.

3. Integración del bienestar en la estrategia de negocio: Más allá de acciones aisladas, el bienestar debe ser parte de la estrategia global de la empresa, alineando políticas y formas de trabajo con prácticas que realmente promuevan la salud mental a largo plazo.

Así, las iniciativas como el mindfulness pueden convertirse en un complemento valioso dentro de un enfoque más amplio, en lugar de una solución parcial a un problema sistémico.







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