Sr. presidente: ayudar al desarrollo de los puertos y al bienestar de su población es sumamente fácil
Ricardo Trujillo gerencia@fibrotel.cr | Jueves 06 octubre, 2022
Ricardo Trujillo Molina
MScEE
gerencia@fibrotel.cr
El bienestar pleno de la población de nuestros principales puertos Puntarenas y Limón, se obtendrá cuando todo habitante de esa zona cuente con un empleo pagado dignamente como manda el artículo 56 de nuestra constitución política. Desgraciadamente el estado no puede por el momento económico y político que vivimos, crear esos miles de puestos de trabajo, pues ya no cuenta con el capital necesario para ello, ni con el aval político legislativo de otras épocas, para expandir sus entes monopólicos de estado como han sido RECOPE, el ICE, JAPDEVA y otras oficinas de gobierno de menor cantidad de empleos.
Sin embargo, la empresa privada con capital nacional y extranjero sí podrían crear miles de empleos en esas zonas, aprovechando precisamente la ventaja competitiva de los bajos salarios que se pagan a causa del alto desempleo imperante. Pero para incentivar y atraer la inversión de grandes capitales en producción, transporte, turismo o comercio en esas zonas, se requiere contar con tarifas de energía tanto eléctrica como combustible del más bajo costo. Mas bajas que en el resto del país. Y eso es cuestión de voluntad política únicamente.
Mientras él estado defienda a capa y espada a sus entes monopólicos y monopsónicos como son RECOPE y el ICE respectivamente, continuará perjudicando y obstaculizando el desarrollo acelerado de esos puertos.
Esas zonas, por sus tórridas temperaturas necesitan de un ambiente climatizado que sólo se obtiene con la instalación masiva de aires acondicionados y diseños de vivienda sumamente adecuados a esas temperaturas y radiación solar. Y para alimentar esa inmensa carga térmica, se necesita de muchísima energía eléctrica. Trabajar o dormir sin un aire acondicionado es todo un martirio y hace la vida imposible y frustrante. De esas zonas se despachan hacia la meseta central por medio de camiones diésel, las mercaderías importadas cuyo costo total y anual es siempre superior al de todas las exportaciones del país, por lo que allí se vende una gran cantidad de combustibles fósiles importados. Pero ambas energías en esas zonas son del mismo precio que en el resto del país, pudiendo tener tarifas reguladas del más bajo costo.
¿ Por qué y cómo se preguntarán a estas alturas mis lectores y adversarios?
Porque ambos puertos cuentan con la energía solar suficiente para dotar de energía de autoconsumo a sus hogares y parcialmente a sus comercios e industria. Porque ambos puertos son lugares ideales para la descarga de los combustibles fósiles importados, y es allí donde el costo de su transporte, administración y venta es el mínimo comparado con el resto del país y ambas energías podrían hasta liberarse del pago de todo impuesto como el mayor estímulo fiscal a la atracción de inversiones.
Ocho años después de iniciado el programa piloto para la generación solar distribuida, ni siquiera el 1% de sus pobladores cuentan con los paneles solares para aprovechar la radiación solar gratis que reciben en los techos de sus casas y por la cual solo pagarían una décima parte de lo que actualmente le pagan al ICE. Esta expansión de la generación eléctrica con tecnología solar distribuida, es la que contempla desde ya el Ministro de Ambiente y Energía cuando nos ha afirmado recientemente como una buena noticia, que la matriz eléctrica del país puede expandirse hasta en un 300% con fuentes de energía renovables. Y con una junta de administración de la distribución eléctrica bajo el control de sus municipalidades reducirían aún más la tarifa a pagar como lo han hecho Cartago, Heredia, San Carlos y Nicoya.
La gasolina que se descarga en el puerto de Moín, al no haber pagado después de su descarga ni un cinco por su transporte a nivel nacional, bien podría venderse a un 15% más barata que en el resto del país, y un 100% más barata si se le concediera la exoneración total de impuestos. La solidaridad real con los puertos puede convertirse en una realidad, ahora que más la necesitan.
Con una ley que beneficie en ese aspecto a las poblaciones de ambos puertos, algo que se ha intentado con beneficios fiscales para las zonas francas que allí se instalen por medio de la Ley # 10,234, se obtendrían mejores resultados que con todas las leyes vigentes.
El ahorro diario mensual y anual en el uso de las energías para vivir, comer, alimentarse y trabajar, así como la atracción de inversiones que una ley energética lograría, sería la verdadera ayuda económica que los habitantes de esos puertos esperan con extrema esperanza de la presente administración.
En buena hora nos llega la noticia de que el FMI ayudara con un préstamo de US$ 750 millones de dólares al actual gobierno de Costa Rica para que continue ejecutando sus planes de mitigación del cambio climático y su plan de descarbonización. El puerto de Puntarenas exige que esos fondos frescos se utilicen de manera prioritaria y sin pretextos para reducir sus gastos en energía eléctrica y para alcanzar su carbono neutralidad.