Suicidio. Pero, ¿nadie se quiere matar?
Luis A Amador Álvarez luis.amador.unapani@gmail.com | Miércoles 18 septiembre, 2024
Luis A Amador Álvarez
Doctor en Administración. Universidad Internacional de Cuernavaca, México.
Certificado en negocios Internacionales. Universidad Internacional de Cuernavaca, México.
Máster en gestión educativa con énfasis en liderazgo. Universidad Nacional de Costa Rica.
Licenciado en Orientación. Universidad Nacional de Costa Rica. Incorporado al Colegio Profesional de Orientadores (CPO) Carné Nº 811
Contador Privado Incorporado. Universidad Metropolitana Castro Carazo. Universidad Internacional San Isidro Labrador, Costa Rica.
Incorporado al Colegio Profesional de Contadores (CPI) Carné Nº 33184
A la mañana siguiente después de un acto suicida, los familiares, amigos y conocidos inmersos en el dolor frecuentemente se preguntan ¿Por qué lo hizo? ¿Qué dejamos de hacer? ¿Qué hicimos mal? Nuestra propia naturaleza nos cuestiona y lleva a pensar que el acto es inconcebible, paralelamente un sentimiento de incredibilidad invade la mente y se reitera la pregunta ¿Cómo pudo esta persona hacer esto, si se miraba tan bien? Por otro lado, es lamentablemente común en algunas personas la afloración de prejuicios y creencias, diversas razones y motivos subjetivos intentan explicar porque una persona llega a tomar la decisión de auto eliminarse.
El suicidio ha sido declarado como un problema de salud pública por la Organización Mundial de la Salud (OMS) pues, según datos de esta entidad, a nivel mundial es la segunda causa de muerte de personas entre los 15 y 29 años, cifra que solo es superada únicamente por los accidentes de tránsito. El mes de septiembre es el mes mundial de la prevención del suicidio, este mes es un buen momento para entender este fenómeno, desligarnos de algunos posibles mitos, entender cómo podemos ayudar efectivamente a quien ha valorado suicidarse y donde podemos acudir en caso de tener algún tipo de ideación suicida.
Siendo las estadísticas tan alarmantes pareciera una contrariedad afirmar que en la realidad del hecho “Ninguna persona se quiere matar” esto porque el sentimiento de querer acabar con la vida se deriva de la desesperanza, un dolor sicológico/emocional insoportable y profundo en el alma, que aunado a la perdida de recursos para manejarlo ve en el acto suicida la posibilidad de acabar con su experiencia de dolor. Por ello el acto suicida no es un evento aislado, es el producto de la interacción factores individuales, familiares y sociales, que influyen de una u otra manera en la ideación suicida, incluso se ha demostrado la interacción de otros factores, como los biológicos, genéticos, culturales y medioambientales, en si, es un fenómeno multicausal.
En una descripción concreta de la conducta suicida se deriva como una principal tendencia algunas etapas previas antes de consumar el suicidio, entre estas las que se detallan en la siguiente imagen en el orden de abajo hacia arriba.
Cabe resaltar que la primera etapa de ideación (ver el suicidio como una alternativa para acabar con la experiencia de dolor) es el indicador inicial que debe motivar a una persona a sincerarse y buscar ayuda, ROMPER EL SILENCIO, sin generar autoculpas o vergüenza, entendiendo que basta ser un ser humano para sufrir por diversos motivos, entender que cualquier persona está expuesta a la culpa, el miedo, las presiones emocionales, “el dolor agudo el alma”, concluir que así como estamos en riesgo de una enfermedad física, la salud mental también es cambiante. HABLAR DE LO QUE NOS DUELE PUEDE SALVARNOS LA VIDA.
Además, es importante que como sociedad nos desprendamos de ciertos mitos alrededor del suicidio, por ejemplo, hay quienes creen que hablar del tema promueve o estimula el suicidio, por el contrario, especialmente los espacios de abordaje profesional son oportunidades para clarificar sobre el tema y brindar alternativas de ayuda a quien lo necesite, hay quienes consideran que quienes expresan haber tenido ideación suicida realmente no tienen la intención de cometerlo, por el contrario, quienes expresan intencionalidad sobre este tema podrían estar pidiendo ayuda o apoyo, también hay quienes piensan que los suicidios pueden generarse sin advertencia previa, el caso en general no es correcto, puesto que la mayoría de suicidios son antecedidos de signos de advertencia conductual o verbal, de ahí la relevancia de reconocer estos signos, por ejemplo: el aislamiento de familiares y amigos, daño físico que se podría estar causando la misma persona, como cortarse sus brazos, piernas, (autoflagelarse) arrancarse el cabello, las uñas, empezar a desprenderse de sus pertenencias y regalarlas, incluso aquellas que usaba con frecuencia.
También hay quienes piensan que es necesario tener un trastorno mental para pensar en suicidio, esto es totalmente falso, puesto que las causas de la tristeza y desesperanza profunda no están condicionadas a estas personas, antes bien muchos de ellos que luchan con trastornos mentales no son afectados por la ideación suicida.
Cabe destacar que si en algún momento una persona que estableció confianza con nosotros nos relata de su intencionalidad de querer suicidarse actuemos con serenidad, sin culpar a la persona, generarle una escucha activa (con empatía) libre de sermones, muéstrate disponible y comprensivo, esto le vendría muy oportuno a la persona, bajo ninguna circunstancia podemos garantizarle la discrecionalidad, más bien, es necesario buscar recursos de apoyo, debemos tener siempre muy en cuenta que “nadie se quiere matar, lo que se pretende es acabar con una experiencia de dolor”. Así que afirmativamente puedes cuidar y ayudar a aquel amigo que llora. Entonces, en concreto ¿Dónde puede acudir la persona en riesgo suicida?
Si usted como lector se ha identificado con alguna ideación suicida y presenta un riesgo latente de hacerlo no dude en contactar de inmediato la línea 911 ó acudir directamente a un Hospital o EBAIS de la CCSS y solicitar atención inmediata en emergencias, también existen líneas telefónica de ayuda, entre estas la línea telefónica AQUÍ ESTOY, personas profesionales en primeros auxilios emocionales del Colegio de Profesionales en Sicología le contestarán al marcar el 800-2737869, si eres un varón y quieres una atención específica con especialistas que trabajan directamente para ti, puedes marcar el 2234-2730, ahí te contactarás con el Instituto Wen. También está disponible la línea de para niños y adolescentes (PANI) al marcar el 1147.
En el caso de estudiantes de primaria o secundaria puede buscar a su maestro o profesor de confianza, también puedes acudir a tu Orientador institucional, los Orientadores cuentan con excelente capacitación y conocimiento profesional para abordar y apoyarte, aunado a una destacable preparación profesional humanista, en general las Instituciones del MEP cuentan con protocolos preestablecidos para la atención del suicidio, recuerda que la ideación suicida no escatima en género, edad, condición económica, étnica o social, toda persona podría estar expuesto a una situación de este tipo.
Desde el ámbito de atención pública debe de considerarse el suicidio como como un fenómeno latente, de gran amenaza social, no se trata solo de comprender el fenómeno conceptualizando o categorizando sus causas sociales y psicológicas, es necesario generar acciones para intervenir y prevenirlo. Desde el ámbito del manejo interinstitucional costarricense el abordaje interdisciplinario debe ser eficiente y eficaz, acelerar los procesos de atención efectiva a los pacientes, incluso a aquellos familiares que perdieron a uno de los suyos por suicidio, todo caso debe abordarse de manera integral, prevaleciendo el sentido humanista y la atención oportuna en tiempo según cada caso.
Desde el ámbito de los hogares se hace necesario la observación detallada de la conducta de sus hijos, se ha demostrado que las conductas relacionadas a la autoflagelación (hacerse daño cortándose las manos, piernas y otras partes del cuerpo) están vinculadas a maneras de manifestar el dolor, es importante que los encargados de familia sean observadores de las conductas de sus hijos y entiendan que ya por si mismo transitar por la adolescencia y su contexto es un factor de riesgo, que eleva la probabilidad de aflorar sentimientos de ansiedad o depresión, mantenga una buena comunicación con sus hijos y trate de distribuir su tiempo de tal manera que el compartir en familia sea una prioridad, enfocándose en calidad más que en cantidad de tiempo, así mismo mantener una buena comunicación articulada con el centro educativo, esto es sumamente oportuno.
Desde el ámbito de la socialización con nuestros amigos y conocidos es trascendente no deslegitimizar cualquier expresión de una persona que nos indique ha valorado matarse, es relevante poner atención a todos los casos sin excepción, por más que creamos conocer a esa persona el hecho de que lo exprese constituye una señal de alerta, generar consideración y brindarle una escucha activa, que haga sentir a la persona entendida será muy oportuno. Si usted está pasando por la desesperanza busque ayuda, si usted se siente bien emocionalmente sirva de ayuda, escuche sin prejuicios, guíe a la persona a los lugares donde puedan darle contención y seguimiento, está demostrado que el individuo con ideación suicida consuma el hecho al constatar su pérdida de recursos, así que estemos prestos a ayudar a quien lo necesite.
Finalizo esta breve consideración compartiendo el siguiente pensamiento de mi autoría dedicado con mucho respeto a quienes han valorado la ideación suicida como medio para poner fin a su experiencia de dolor y a todos aquellos que desean comprender más detalles acerca del fenómeno del suicidio
Ahí en medio de esa soledad miré y no había nadie, pensaba estaba ciego o simplemente me dejaba llevar por el viento, como trapo deshilado, fue ahí donde aparecieron, en medio de mi riesgo por intentar desaparecer, alivianar mi carga, desprenderme del dolor, que irónico, estaban tantos a mi alrededor que no me percataba. ¡AHÍ, EN MEDIO DE ESA SOLEDAD, ¡HABÍA TAMBIÉN POR QUIEN VIVIR!