Tráfico de armas, la moneda de cambio para el crimen organizado
Tania Molina Rojas redaccion@larepublica.net | Lunes 05 mayo, 2025

Tania Molina Rojas- Consultora y Escritora.
FUTURO SECUESTRADO
Análisis Multidimensional de la Inseguridad en Costa Rica
Los altos índices de violencia en la región se deben, en parte, al enorme flujo de armas de fuego ilegales disponibles. Muchas de estas armas vienen de Estados Unidos, donde se compran con facilidad en el mercado legal y pasan fácilmente al mercado ilegal. Pero, últimamente, el crimen organizado también se está dotando de armas europeas.
La violencia y los homicidios en América Latina tienen diversas explicaciones, siendo una de las más recurrentes las llamadas «causas objetivas». Factores como la pobreza, la desigualdad y el acceso limitado a servicios públicos adecuados crean un entorno propicio para el surgimiento de actos violentos, incluidos los asesinatos. Mencionando que, desde los años 1990, un grupo de académicos inspirados en el análisis económico del crimen han concluido que las altas tasas de homicidios son consecuencia de las empresas criminales creadas en América Latina que tienen mayores incentivos y facilidades para generar violencia y cometer homicidios.
Pero existe un factor ineludible en la explicación de la violencia y los homicidios en la región: la proliferación de armas de fuego ilegales y el lucrativo mercado negro que las sustenta, al servicio del crimen organizado latinoamericano. En el libro titulado «El tráfico de armas y la violencia¨ de la red global al desafío de la seguridad local», se muestra la preponderancia que tienen las armas de fuego en la comisión de asesinatos en América Latina, donde tienen mayor peso que en otras regiones del mundo. Mientras que el promedio global de armas relacionadas con homicidios es del 32%, en Centroamérica es del 57%, en Suramérica del 53% y en el Caribe del 51%.
Resulta imposible, por tanto, explicar las dinámicas entre el crimen y la violencia sin considerar la proliferación de armas en la región. En especial, esto se hace evidente al conocer el impacto que tiene el mercado de armas de fuego ilegales de Estados Unidos en América Latina, un gigantesco productor cuyas armas, muchas veces, terminan en manos del crimen organizado o las pandillas latinoamericanas. Estados Unidos encabeza la lista, siendo de lejos el mayor proveedor de armas de fuego ilegales en América Latina, seguido de Europa y Asia. A diferencia de estas regiones, el mercado de armas norteamericano no está regulado, en la medida en que la posesión de armas por parte de civiles hace parte de los derechos civiles consagrados en la Segunda Enmienda, que garantiza el libre acceso y posesión.
La falta de regulación de las armas en Estados Unidos, aparte de motivar serios debates éticos y constitucionales, tiene enormes implicaciones en el abastecimiento ilegal de armas en América Latina. La fácil venta y disposición de armas por parte de civiles ha generado un mercado grande y diverso que permite que muchos poseedores de armas legales terminen sin saberlo vendiendo sus armas al crimen organizado latinoamericano. Una serie de datos sobre el mercado de armas en Centroamérica da cuenta del peso que tienen las armas de Estados Unidos en esta parte de América Latina. Según la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), más de la mitad de las armas del crimen organizado recuperadas y rastreadas en Centroamérica proceden de Estados Unidos. Este porcentaje, dice el reporte, luego de la inédita mega-operación: Gatillo XI, en 15 países de América Latina desde Argentina, Chile, Uruguay, Perú, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Brasil, Colombia, Panamá, Costa Rica, Honduras, Guatemala, El Salvador y México; en la que se incautó droga por valor de $5000 millones y más de 8000 armas de fuego ilícitas. (BBC Mundo, 2023).
Por la dimensión del mercado ilegal de armas y la dificultad para calcularlo, no existen números aproximados de cuántas circulan en este año o el anterior en México. Una investigación estimó que de 2010 a 2013, había 235.000 armas de fuego en México adquiridas en Estados Unidos, legales e ilegales. Hoy, se calcula que existe el doble de armas, por lo que se puede estar hablando del doble o 500,000 armas, muchas de las cuales terminan en manos del crimen organizado. Importantes investigaciones revelan que existen 925 productores de armas en Estados Unidos, cuyas armas terminan en el mercado ilegal de México. De ellas se destacan fabricantes como Smith &Wesson, Colt, Glock y Beretta, que entre las cuatro representan el 30% de todas las armas en México con fabricantes identificados. «Les siguen Ruger (que produce armas en cuatro estados de Estados Unidos), Romarm, una empresa rumana que exporta rifles de asalto a Estados Unidos, y el fabricante brasileño Taurus, fabricante de pistolas de bajo coste», según indica el informe de Stop US arms to México, una organización que monitoreo el mercado entre ambos países y sus implicaciones.
De acuerdo con Uribe P. en su artículo sobre redes ilícitas, las armas y América Latina, del lisanews.org, para llegar a México, el crimen organizado tiene tres formas de adquirir las armas, pasarlas por la frontera y lograr, ya en territorio local, el suministro de armamento. La primera, es a través de testaferros, que no tienen antecedentes penales y pueden comprar armas en el mercado legal norteamericano. El escaso seguimiento de las autoridades de Estados Unidos sobre las armas legales hace que los testaferros sean una figura ideal para el crimen organizado. La segunda, hay compradores de armas legales en Estados Unidos que se aprovechan de las lagunas legales y adquieren un número importante de estas que luego venden de manera ilegal. Ese es el caso de, por ejemplo, los coleccionistas privados, que adquieren armamento y luego lo venden. Finalmente, las redes de corrupción y el robo son las otras formas por medio de las cuales el crimen organizado de México se abastece de las armas norteamericanas. (Uribe, P. 23 de septiembre de 2024).
Entonces, ¿de donde provienen las armas de fuego de grueso calibre usadas por las bandas criminales en Costa Rica?
Según el último informe sobre «Armas de fuego y extorsión en Centroamérica» elaborado por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, el 52% de las armas de fuego que circulaban en nuestro país hasta el 2021, eran ilegales. La mayoría se obtienen por las bandas criminales locales en las transacciones por droga, como forma de pago. Los carteles mexicanos las envían principalmente por vía marítima, tanto por el Caribe como por el Pacífico. (Global Initiative, 2021). El investigador de la sección de delitos varios del Organismo de Investigación Judicial, Julio Hernández indicó que la mayoría de las armas vienen generalmente de México y Centroamérica. Por otra parte, había señalado al mismo medio el ex vice ministro de seguridad Daniel Calderón, que el 88.5% de las armas decomisadas en poder del Arsenal nacional, ingresaron de forma ilegal al país y algunas provienen de Centroamérica, pero también de Brasil y países como Líbano y Azerbaiyán. (Castro, 16 de octubre, 2023).
El desafío para toda la región es enorme; la proliferación y el uso indebido de armas de fuego representan una grave amenaza para la seguridad humana y la estabilidad social. Las armas de fuego son el denominador común entre la delincuencia organizada y el terrorismo. Además, moneda de cambio entre las bandas dedicadas al tráfico internacional de las drogas. Mientras exista el narcotráfico, existirá el trasiego de armas de fuego, aunado al gigantesco problema que representa la ubicación geográfica latinoamericana, que tiene a uno de los principales fabricantes de armas del mundo en el mismo continente, donde, además, la adquisición de las mismas es un «derecho» y las posibilidades del desvío hacia las organizaciones criminales son muy altas. Un círculo interminable de abastecimiento que amenaza de forma permanente la seguridad ciudadana que debe ser abordado de forma diferente, pero sobre todo desde el origen; es decir, la fabricación y la trazabilidad.