Transformación política y campaña electoral
Fanny Ramírez Esquivel framirez@daletcomunicacion.com | Miércoles 24 marzo, 2021
Fanny Ramírez Esquivel
Consultora Internacional en Comunicación Política
Analista y Estratega Política de Campañas Electorales
“La promesa del cambio”, así se perfilan las personas que aspiran a la presidencia en este año electoral donde aún se están acomodando fuerzas e intereses partidarios.
En medio de la pandemia y de la crisis de liderazgo político en que vivimos, la apatía y desinterés de la ciudadanía hacia el proceso electoral nos lleva a que 6 de cada 10 costarricenses expresa su total desafección e interés hacia la clase política, reprobando la mayoría de estas personas con de 6 a 8 votos en contra de cada 10.
Un común denominador en los partidos tradicionales, de más trayectoria, es dirigir sus campañas políticas desde el empirismo, entre esas personas cercanas que constituyen esa “cámara de eco”, y que repiten una y otra vez lo que el candidato quiere escuchar; sin una lectura y análisis crítico de la situación política y mucho menos con una propuesta disruptiva y cercana a las emociones y preocupaciones de las personas. Más de lo mismo y su promesa del cambio, tarde o temprano caerá por su propio peso.
¿Ser protagonistas del cambio político o espectadores? Una fuerza política que demuestre con hechos, transformar la política tradicional, en un espacio de escucha activa donde impere el respeto a las personas, es digno no solo de reconocer sino de prestar mucha atención.
Por primera vez en la historia del país se celebra una asamblea cantonal en Talamanca en bribri. Con esto, un partido emergente, da un claro reconocimiento al derecho a la autodeterminación y reconocimiento de la identidad de los pueblos indígenas; ahí sí, dando la voz a esas poblaciones históricamente excluidas y trayendo consigo el compromiso de la transformación política en esas comunidades.
¡Vaya ejemplo para los partidos tradicionales, que un partido con pocos recursos sea pionero en procesos de transformación ciudadana!
Mientras la propuesta política sea más de lo mismo y los partidos políticos no asuman su responsabilidad de renovar estructuras y abrir espacios a nuevos liderazgos, la apatía marcará un destino electoral donde cualquier podría terminar al frente del país y ya sabemos por experiencia amarga, lo que esto provoca.
Durante años hemos vivido con los intereses y el capital político que una generación visionaria tuvo del país, pero el nivel de estancamiento de las últimas décadas, no solo es deplorable, sino injusto para una sociedad que cuenta con los recursos para potenciar su desarrollo humano. Así como evoluciona la sociedad, debe evolucionar la política y la forma de hacer campaña.
La misma responsabilidad tiene el que calla; el que con un silencio cómplice y a veces hasta conveniente permite que los peores males de la política sigan reproduciéndose por inercia. En los dos últimos meses de campaña ha girado la tómbola de nuevo, y son diferentes actores con campañas exactamente iguales, campañas que no logran conectar con las personas y mucho menos poner a la ciudadanía en el centro de sus propuestas, resumiendo lo que llevamos del proceso, en una competencia de egos.
La situación económica que viven tantas familias, la desigualdad que se ha profundizado en nuestra sociedad y la falta de visión y de una propuesta de desarrollo nacional amerita la reflexión, pero sobretodo el compromiso por asumir con responsabilidad este proceso electoral y valorar la coherencia de esas personas que aspiran a la silla presidencial.
No basta con hablar del cambio, uno tiene que creer que es posible y trabajar para conseguirlo. Que la carta de presentación de las personas que aspiran a la presidencia, sean los hechos y que su fuerza política se consolide con la transformación del sistema hacia la eficiencia política.