Tren eléctrico podría descarrilarse ante riesgo de perder millonario crédito

El tren eléctrico de pasajeros podría descarrilarse en unas pocas semanas por la amenaza latente de perder un millonario crédito que será vital para el futuro del plan ferroviario.

Se trata de un empréstito por $550 millones otorgado por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), que está en estudio en la comisión que atiende los temas de infraestructura en el Congreso.

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Por reglamento legislativo este texto debe quedar dictaminado para el 1º de noviembre o de lo contrario pasará al archivo, pues ese día vence el plazo máximo que puede permanecer en la agenda de discusión en las comisiones.

De no aprobarse antes de ese tiempo implicaría un revés para el plan para dotar al país de este servicio.

Esto porque esos recursos son el subsidio que se compromete aportar el Estado al proyecto para reducir las tarifas cuando opere, defiende Claudia Dobles, primera dama y promotora de la modernización del sistema ferroviario.

Justifica que, si no se da ese aporte, la empresa que asuma la construcción y operación del servicio tendría que aportar los $1.550 millones que costaría la obra y trasladar toda la inversión a las tarifas, lo cual haría el servicio inalcanzable para muchos ciudadanos.

Estudios promovidos para el tren eléctrico señalan que aparte de ese crédito, el país debería aportar otro subsidio anual de unos $70 millones para llevar la tarifa del tren a unos ¢600 en promedio.

Justamente esos auxilios que se compromete a dar el gobierno para darle atractivo al tren en momentos de crisis financiera, agravada por la sanitaria, no agrada a varias fracciones legislativas y políticos.

“En este momento, el tema del tren eléctrico no es una prioridad. Además de las dudas técnicas que se han expresado públicamente sobre esta iniciativa, el Gobierno debería enfocarse en medidas que reactiven la economía, generen empleo y que cierren portillos a un mal uso de fondos públicos”, ha dicho María José Corrales, jefa de fracción liberacionista.

“Si más de 50 empresas han mostrado interés en hacer el tren, si más de la mitad no tiene necesidad de un apoyo financiero del país y sin una subvención en el tiquete, entonces, ¿por qué un préstamo por $550 millones?, más parece un capricho que un proyecto país”, agrega Fabricio Alvarado, candidato presidencial de Nueva República.

En caso de que esta posición impere en la comisión que discute el crédito, el futuro del tren podría truncarse de forma prematura en cuestión de poco más de cinco semanas.

Es por ello que Dobles pide a los diputados que no dejen morir el crédito en comisión y lo ratifiquen para elevar la discusión al Plenario, al tiempo que se comprometió a aclarar cualquier duda que tengan en Cuesta de Moras sobre la iniciativa.

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“Se ha hecho una tarea responsable, un proceso responsable; si nosotros perdemos este crédito y desechemos este trabajo, el país estaría perdiendo unos siete años de trabajo”, comentó Dobles.

A su vez, advirtió que el país no se puede dar ese lujo de perder este tipo de créditos para el desarrollo del transporte público y pensar que el resto del mundo que está promoviendo el fortalecimiento del servicio ferroviario está equivocado.

“Panamá se está moviendo rápidamente con transporte público y su línea de metro; Colombia hace poquito adjudicó; Estados Unidos viene con un plan muy intenso; Europa siempre ha apostado por el transporte público. El país no se puede quedar atrás porque perdemos competitividad y evidentemente le restamos calidad de vida y competitividad a nuestra gente”, destacó la primera dama.

En la misma línea se manifestó Elizabeth Briceño, presidenta del Incofer, quien les pidió a los legisladores que dictaminen el crédito y den la oportunidad de discutirlo en el Plenario.

“El llamado que estamos haciendo a los señores y señoras diputadas es que pasemos el tema del dictamen, salvemos la oportunidad del crédito de seguir manteniéndolo vivo y eso lo que hace es que lo pone en la lista de espera para ser de conocimiento del Plenario”, comentó.