Última rotonda entra a etapa crucial

Las tradicionales rotondas estarían pronto a pasar a la historia toda vez que la última que queda entrará en su etapa crucial tras el actual receso.

Después de Semana Santa se conocerá a la empresa que se haría cargo de construir un paso a desnivel en el sitio y de resolver también el tapón que se forma a la altura de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica.

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Si no se apela el concurso, es muy posible que las obras puedan iniciar en el segundo semestre de este año y que estén listas para los primeros meses de 2022.

Pero si se impugna, la solución a la congestión vial tomará más, reconoció Carlos Jiménez, gerente de la Unidad Ejecutora de los proyectos financiados por el BCIE.

En todo caso existe el compromiso de dejar el proyecto al menos en la etapa de construcción, al término de la presente administración.

Este proyecto ya sufre un atraso pues la primera adjudicación fue anulada por la Contraloría, tras encontrar que la española Eurofinsa, empresa a la que se le había adjudicado, no presentó los datos completos.

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Aparte de Eurofinsa, en el concurso también participaron las constructoras nacionales Meco y H Solís y las extranjeras Puentes y Calzadas y Copisa Constructora Pireneica, así como los consorcios Codocsa-Conansa, y Concretos-Volio & Trejos.

El proyecto, de unos $19 millones de inversión, comprende una intervención total de 900 metros, con la construcción de un paso a desnivel a seis carriles y un paso elevado frente a la facultad de Derecho de 320 metros.

La modernización de la rotonda La Bandera es parte de un plan integral que aspira a eliminar todos los tapones que se forman en la ruta de Circunvalación, la más importante de la capital al registrar la circulación de unos 70 mil autos diariamente.

Contempla la sustitución de las rotondas de las Garantías Sociales, ya puesta en servicio, de la de Guadalupe, en construcción en este momento, y La Bandera.

Además, incluye la conclusión del tramo norte, entre La Uruca y Guadalupe, a la altura de Walmart y la construcción de pasos a desnivel en las tres intersecciones reguladas por semáforos que hay a la altura de los Hatillo, para una inversión global que supera los $310 millones financiados entre el BCIE y el Conavi.