Un sello de paz
Candilejas candilejas.cultura@gmail.com | Viernes 09 diciembre, 2016
¿Ha presenciado o sido víctima de disturbio social en su lugar de trabajo por lo que, a su criterio sería una injusticia?
Ejemplos de esta situación abundan en los espacios laborales, a pesar que tanto el sector público como privado cuentan con reglamentos internos y se rigen bajo el Código de Trabajo, la desigualdad de oportunidades, basada en el género, continúa siendo una realidad que atormenta a muchas personas en el país, afectándolas física y moralmente, en algunos casos, llevándolas a extremos como el suicidio.
No hay que contar con empleo para vivir esta situación desigual, hoy en Costa Rica, 11.3% son mujeres desempleadas y 9% hombres, dice Ana Garita, coordinadora de Políticas Públicas del INAMU, quien agrega: “hay dificultad en la distribución de los recursos, ‘feminización de la pobreza’, mujeres jefas de hogar son las más pobres, y esto es un ejemplo para que más empresas, públicas y privadas se integren al Sello de igualdad de género”, concluye.
El “sello” es un galardón que se le otorga a empresas y organizaciones que cumplen y demuestran una verdadera igualdad de oportunidades a su personal sin importar el género. Es un trabajo ético y de Derechos Humanos, que los mismos consumidores exigirán antes de contratar los servicios de una empresa u otra, “las mujeres definimos las normas de consumo”, explica Garita y agrega que en el sector privado “el hombre gana hasta 27% más que la mujer”, en un mismo puesto.
Andrea Milla es la coordinadora del “Sello de Igualdad de Género” por parte del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, y contó a Candilejas que ya hay 45 empresas tanto del sector público como del privado participando de este programa que es totalmente voluntario.
¿Hombre, se imagina usted pidiendo a su empresa una licencia de “paternidad” para cuidar de sus hijos? Sí, esto es posible convergen Garita y Milla, el cuido de los niños es una corresponsabilidad de ambos padres y no solo de la mujer como tradicionalmente se ha hecho; es una doble estigmatización en contra de las féminas: “división sexual del trabajo y las etiquetas sociales que la sociedad le pone a las mujeres en cuanto a sus papeles como madres, una violencia simbólica, invisible y hasta aceptada como correcta”, dice el sociólogo francés Pierre Bourdieu en su libro “La dominación masculina” (1991).
El “Sello” viene a cambiar, al menos, una parte de esta cultura de violencia e injusticia, en el que ya participa la Municipalidad de Heredia. Estela Paguagua es su Coordinadora de igualdad de género y cuenta que además de formar al personal en este tema, ahora también exigirán a los subcontratistas que sus colaboradores estén educados, culturalizados y sensibilizados sobre el tema, lo cual lo garantizan a través del contrato de compra de servicios externos, y si lo irrespetan serían penalizados económicamente, además de las consecuencias legales que pueda presentar un injusto trato dentro y hacia afuera de la organización, incluyendo hostigamiento sexual a ambos: hombre y mujer.
Para Rocío Chávez, representante del tema en la UNED, “este Sello viene a fortalecer, legitimar y convencer” sobre la necesidad de tener políticas públicas a favor de la igualdad de género en el trabajo, una igualdad que la institución universitaria ha tomado muy seriamente “desde antes de la creación del Sello”, afirma Chávez.
El sector privado empieza a unirse a este programa, por ejemplo Scotiabank, hace más de seis años, implementó “un programa global llamado Avance para las Mujeres, Diversidad e Inclusión, en Costa Rica enmarcamos estas acciones desde el Comité de WINNERS, que tiene como visión ser reconocidos como líderes en el avance de las mujeres y los hombres dentro de la organización”, dice la subgerente de la Institución, Igrid Guzmán.
El Sello de Igualdad de Género no es solo un galardón, es un proceso educativo para lograr paz social en su lugar de trabajo, evitando injusticias y por consecuencia el deterioro en la salud física y emocional de las personas, es un proceso impulsado por el PNUD y el INAMU que coloca a Costa Rica como un país líder en y equitativo en el tema de género.
Carmen Juncos y Ricardo Sossa
Editores jefes y Directores de proyectos
Foto: Shutterstock.