Urgen ajustes al sistema de banca para desarrollo
Carolina Acuña cacuna@larepublica.net | Lunes 02 julio, 2012
• Millones de dólares ociosos no llegan a las pymes
Urgen ajustes al sistema de banca para desarrollo
• Mientras dos de sus fuentes de fondos funcionan, la tercera y más grande no se puede prestar
El Sistema de Banca para Desarrollo (SBD) fue diseñado para ser la mejor opción de crédito para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), pero actualmente tiene cerca de $500 millones que no puede prestar.
Este sistema obtiene recursos mediante tres fondos: Finade, cuyos recursos vienen de varios fideicomisos de Agricultura; Fofide, fondeado con el 5% de las utilidades de los bancos públicos y el Fondo de Crédito para Desarrollo que corresponde al 14,5% de los depósitos en bancos privados.
Los dos primeros fondos han dado frutos pero el tercero no.
Lo anterior se debe a que el registro contable de ese fondo hace más rentable para los bancos no prestar el dinero, ya que si otorgan créditos, les puede deteriorar sus indicadores de rentabilidad y suficiencia patrimonial.
Por ello en la corriente legislativa hay un proyecto de ley para arreglar algunos de los problemas para usar los dineros.
El Fondo de Crédito para Desarrollo, es el más grande de los tres fondos. Creado con el 14,5% de los dineros que los bancos privados captan como depósitos (conocido como Peaje) ronda los $500 millones, según Miguel Aguiar, del SBD.
El primer y más grande problema de esos dineros es su origen y cómo se contabilizan. Al verse en libros como un crédito por parte de los bancos privados a los bancos públicos, a los primeros les mejoran sus indicadores y a los segundos, si los prestan, les deterioran su indicador de suficiencia patrimonial. Es por eso que el 60% de ese “peaje” está fuera del país invertido en dólares y no se ha prestado ni un colón de ese fondo.
Una de las posibles soluciones expuestas en la asamblea es que esos dineros los puedan prestar los bancos privados directamente.
Otro de los problemas está en las tasas de interés. En el Fondo de Crédito para Desarrollo las tasas se predefinieron por ley en una época donde la tasa Libor estaba cercana al 7% y la Básica Pasiva en el 12%; actualmente ambas tasas (sobre todo la Libor, que referencia los préstamos en dólares) están más bajas.
“Necesitamos tasas que se ajusten a la realidad del mercado”, detalla Patricia Pérez, exbanquera y diputada del Movimiento Libertario. Con una modificación a la ley sería el consejo rector del SBD el que tenga discrecionalidad para fijar esas tasas y revisarlas periódicamente.
El tercer problema es que, para que los cambios en la asamblea se den, se necesita que se defina bien el sujeto de crédito, es decir, qué es una pyme.
En esto coinciden tanto Pérez como Welmer Ramos, asesor económico del Partido Acción Ciudadana (PAC).
Pero este punto es el que menos consenso tiene, dado que una corriente pretende que se siga considerando como pymes a empresas con 100 empleados que facturan hasta $2.500 millones al año. Mientras la otra corriente pugna por rebajar esa categoría hasta las más pequeñas que no son ahora el foco de atención de los bancos.
Otros de los cambios que se deben hacer y que no tienen que ver con el dinero del “peaje” son respecto a optimizar el uso del fondo de avales y garantías, donde la Superintendencia General de Entidades Financieras exige la reserva del 100% de lo avalado, es decir, supone un impago total de las pymes.
Entre los legisladores consultados, además del director ejecutivo del SBD, coinciden en que esto les extraña, dado que la morosidad de este fondo apenas llega al 2% y si se mantienen las reglas así, el fondo de avales está muy limitado a crecer.
Lo positivo
A favor del desempeño del SBD se cuenta que dos de los tres fondos que componen los recursos del sistema están impulsando los programas de préstamos y avales de los bancos estatales (tal como INVERSIONISTA menciona en su edición del 25 de junio). Gracias a ellos, las mipymes han contado con garantías de hasta el 75% para pedir créditos, los cuales se han colocado a tasas sumamente cómodas para estos empresarios.
Estos dos fondos son conocidos como el Finade y el Fofide y cuentan con porcentajes de colocación de los recursos de entre el 48% y el 76%, desembocando en 3.511 operaciones (créditos y avales de crédito).
“Este es un importante avance en la inclusión financiera. Con los avales, por ejemplo, se hace sujeto de crédito alguien que antes no calificaba”, explica Miguel Aguiar, director ejecutivo del SBD.
Entidades como el Banco Nacional han colocado más del 100% de los fondos del Fofide, lo que equivale a más de 1.100 operaciones de crédito. Asimismo, a mayo 2012, ese mismo banco tenía 825 créditos vigentes con un saldo de ¢8.140 millones avalados por fondo de avales del Finade.
Por otro lado, el Banco de Costa Rica, ahora que es el custodio de los fondos del Finade, espera mejorar su participación, la cual ha sido poca con respecto a los otros bancos públicos.
Aunque el SBD se encuentra haciendo gestiones para ofrecer más productos a las empresas (además de créditos y avales) como factoreo y apoyo en capital semilla, mientras no se tomen decisiones que puedan hacer que se use el dinero del “peaje”, el impacto será poco, dado el monto de los fondos disponibles.
Urgen ajustes al sistema de banca para desarrollo
• Mientras dos de sus fuentes de fondos funcionan, la tercera y más grande no se puede prestar
El Sistema de Banca para Desarrollo (SBD) fue diseñado para ser la mejor opción de crédito para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), pero actualmente tiene cerca de $500 millones que no puede prestar.
Este sistema obtiene recursos mediante tres fondos: Finade, cuyos recursos vienen de varios fideicomisos de Agricultura; Fofide, fondeado con el 5% de las utilidades de los bancos públicos y el Fondo de Crédito para Desarrollo que corresponde al 14,5% de los depósitos en bancos privados.
Los dos primeros fondos han dado frutos pero el tercero no.
Lo anterior se debe a que el registro contable de ese fondo hace más rentable para los bancos no prestar el dinero, ya que si otorgan créditos, les puede deteriorar sus indicadores de rentabilidad y suficiencia patrimonial.
Por ello en la corriente legislativa hay un proyecto de ley para arreglar algunos de los problemas para usar los dineros.
El Fondo de Crédito para Desarrollo, es el más grande de los tres fondos. Creado con el 14,5% de los dineros que los bancos privados captan como depósitos (conocido como Peaje) ronda los $500 millones, según Miguel Aguiar, del SBD.
El primer y más grande problema de esos dineros es su origen y cómo se contabilizan. Al verse en libros como un crédito por parte de los bancos privados a los bancos públicos, a los primeros les mejoran sus indicadores y a los segundos, si los prestan, les deterioran su indicador de suficiencia patrimonial. Es por eso que el 60% de ese “peaje” está fuera del país invertido en dólares y no se ha prestado ni un colón de ese fondo.
Una de las posibles soluciones expuestas en la asamblea es que esos dineros los puedan prestar los bancos privados directamente.
Otro de los problemas está en las tasas de interés. En el Fondo de Crédito para Desarrollo las tasas se predefinieron por ley en una época donde la tasa Libor estaba cercana al 7% y la Básica Pasiva en el 12%; actualmente ambas tasas (sobre todo la Libor, que referencia los préstamos en dólares) están más bajas.
“Necesitamos tasas que se ajusten a la realidad del mercado”, detalla Patricia Pérez, exbanquera y diputada del Movimiento Libertario. Con una modificación a la ley sería el consejo rector del SBD el que tenga discrecionalidad para fijar esas tasas y revisarlas periódicamente.
El tercer problema es que, para que los cambios en la asamblea se den, se necesita que se defina bien el sujeto de crédito, es decir, qué es una pyme.
En esto coinciden tanto Pérez como Welmer Ramos, asesor económico del Partido Acción Ciudadana (PAC).
Pero este punto es el que menos consenso tiene, dado que una corriente pretende que se siga considerando como pymes a empresas con 100 empleados que facturan hasta $2.500 millones al año. Mientras la otra corriente pugna por rebajar esa categoría hasta las más pequeñas que no son ahora el foco de atención de los bancos.
Otros de los cambios que se deben hacer y que no tienen que ver con el dinero del “peaje” son respecto a optimizar el uso del fondo de avales y garantías, donde la Superintendencia General de Entidades Financieras exige la reserva del 100% de lo avalado, es decir, supone un impago total de las pymes.
Entre los legisladores consultados, además del director ejecutivo del SBD, coinciden en que esto les extraña, dado que la morosidad de este fondo apenas llega al 2% y si se mantienen las reglas así, el fondo de avales está muy limitado a crecer.
Lo positivo
A favor del desempeño del SBD se cuenta que dos de los tres fondos que componen los recursos del sistema están impulsando los programas de préstamos y avales de los bancos estatales (tal como INVERSIONISTA menciona en su edición del 25 de junio). Gracias a ellos, las mipymes han contado con garantías de hasta el 75% para pedir créditos, los cuales se han colocado a tasas sumamente cómodas para estos empresarios.
Estos dos fondos son conocidos como el Finade y el Fofide y cuentan con porcentajes de colocación de los recursos de entre el 48% y el 76%, desembocando en 3.511 operaciones (créditos y avales de crédito).
“Este es un importante avance en la inclusión financiera. Con los avales, por ejemplo, se hace sujeto de crédito alguien que antes no calificaba”, explica Miguel Aguiar, director ejecutivo del SBD.
Entidades como el Banco Nacional han colocado más del 100% de los fondos del Fofide, lo que equivale a más de 1.100 operaciones de crédito. Asimismo, a mayo 2012, ese mismo banco tenía 825 créditos vigentes con un saldo de ¢8.140 millones avalados por fondo de avales del Finade.
Por otro lado, el Banco de Costa Rica, ahora que es el custodio de los fondos del Finade, espera mejorar su participación, la cual ha sido poca con respecto a los otros bancos públicos.
Aunque el SBD se encuentra haciendo gestiones para ofrecer más productos a las empresas (además de créditos y avales) como factoreo y apoyo en capital semilla, mientras no se tomen decisiones que puedan hacer que se use el dinero del “peaje”, el impacto será poco, dado el monto de los fondos disponibles.