Usuarios pagan más por impuesto que por combustible
Rodrigo Díaz rdiaz@larepublica.net | Miércoles 04 febrero, 2015
Usted podría llenar su tanque de gasolina con casi la mitad de lo que paga actualmente, si se eliminara el impuesto al combustible.
Pero si no existiera dicho tributo, el gobierno no tendría recursos para arreglar las carreteras ni podría enfrentar otros gastos.
En todo caso, este impuesto y otros costos fijos son responsables de que los consumidores tengan una baja menor en el precio final del combustible, con relación al porcentaje que paga Recope en los mercados internacionales.
El impuesto único representa un 47% del total de lo que usted paga por cada litro de gasolina regular, lo cual es más de lo que le cuesta a Recope importar el combustible y ponerlo en sus plantas.
Recién este martes, la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos fijó el precio del impuesto único en ¢235 por cada litro de gasolina regular.
En tanto, el combustible propiamente dicho solo cuesta ¢212 por litro.
El resto de los costos corresponden al transporte del combustible a las gasolineras, el margen de ganancia de estas y otros rubros menores.
Estos montos son aproximadamente un 10% del precio final al consumidor.
Al no depender del precio del combustible en el mercado internacional, no existe un impacto para el gobierno cuando el precio de la gasolina baja, porque este se mantiene invariable.
Desde julio 2014 hasta hoy, la gasolina regular reportó una disminución del 58%.
Mientras, el impuesto más bien tuvo un alza del 3%. Por este motivo, para el consumidor la disminución del precio del combustible fue de solo un 36%.
En la situación contraria, el perjuicio para los conductores sería menor, ya que el impuesto se ajusta de acuerdo con la inflación, por lo que su impacto en el precio final se reduciría en una escalada internacional del petróleo.
El impuesto único de los combustibles se estableció desde 2001 y se fijó en lugar de una serie de impuestos que tenían los carburantes como ventas, selectivo de consumo y aranceles a la importación, entre otros.
De ese impuesto, un 29% debe dirigirse al Consejo Nacional de Vialidad para el mantenimiento de carreteras.
En 2013, Hacienda recaudó ¢400 mil millones, por lo que corresponderían ¢116 mil millones para el arreglo de calles.