Vendo hidrógeno verde
Quería producir HIDROGENO VERDE, pero la futura ley me impedirá ser competitivo
Ricardo Trujillo gerencia@fibrotel.cr | Viernes 16 septiembre, 2022
Me considero actualmente como un empresario feliz con más de 20 años operando en el mercado de la fibra y tecnologías ópticas y con casi 10 años en el mercado de las plantas solares fotovoltaicas, todo ello como resultado de que disfruté de mi formación universitaria en química, matemáticas, física óptica, ingeniería eléctrica, comunicaciones digitales, finanzas y mercadeo. Soy de la misma generación estudiantil (1966) y profesional del Dr. Franklin Chang (1972). Gracias a sus publicaciones y al entusiasmo empresarial sobre el hidrogeno verde y a la promesa del ex candidato José María Figueres de convertir a Costa Rica en líder mundial en esa producción, me he sentido sumamente tentado a incursionar en el futuro mercado de la energía almacenada con el hidrogeno verde. Un proceso productivo por electrolisis que aprendí desde mis primeros años en los laboratorios universitarios en la materia de química inorgánica. De todos es conocido que el almacenamiento de energía eléctrica alterna es imposible, y que el almacenamiento en corriente directa es sumamente caro, la opción para almacenar esa energía en hidrogeno suena como perfecta.
Como no aprovechar la posibilidad de producir ese gas elemental de la naturaleza, comprimirlo en un líquido criogénico a menos 250 grados centígrados, y a fabricarlo a un costo de uno o dos dólares por kilogramo, para luego venderlo en tres o cuatro dólares en el mercado mundial. Una ganancia de uno a dos mil dólares por cada tonelada de H2 verde libre de impuestos.
Más loable y patriótico sería el producirlo en suelo nacional, con agua sumamente abundante en las estribaciones de nuestra cordillera volcánica y con energía solar disponible y generable a muy bajo costo en las provincias de Nicoya y Guanacaste, y Puntarenas.
Estaba a punto de iniciar mi proyecto piloto cuando me encontré en el Semanario Universidad Ed. 2410 una entrevista con el Dr. Franklin Chang Diaz, nuestro astronauta tico pionero en la generación de ese vector energético. El tema que expuso fue que el costo actual de la energía eléctrica en Costa Rica es un escollo a superar para hacer rentable la producción del hidrogeno verde en el país. Nos explicó en la entrevista que el ICE nos vende la energía eléctrica a 15 centavos de dólar por kilovatio hora, y que se requiere de una tarifa de entre 5 y 6 centavos de dólar para lograr la rentabilidad que nos permitirá exportar el hidrogeno verde. La culpa por tan alto costo la atribuye a la cara infraestructura del sistema eléctrico, es decir, al alto costo de las plantas, las torres de transmisión a alta tensión y a la red de distribución eléctrica. La solución nos indicó, es producir el hidrogeno verde junto a plantas de bajo costo de generación como las hidroeléctricas privadas a las que el ICE no desea comprarles su energía de bajo costo, a utilizar los excedentes del mercado eléctrico nacional de la época lluviosa y a producirlo junto a las más modernas plantas solares.
Y la lectura de dicha entrevista me incentivó mucho más para meterme de lleno en esa quijotada, ya que conozco perfectamente que con energía eléctrica la cual puedo producir por medios fotovoltaicos a dos centavos de dólar por kilovatio hora, podría obtener la rentabilidad de la que nos habla don Franklin Chang.
Entonces he procedido a investigar sobre el siguiente calculo: ¿Cuánto me costaría producir un kilogramo de hidrogeno gaseoso por medio del proceso de electrolisis? En Wikipedia me encuentro que, con la más moderna y eficiente máquina para electrolisis, requiero de por lo menos
50 kilovatios hora de energía eléctrica para producir un kilogramo de H2 verde gaseoso. El resultado del costeo es el siguiente: 50 KWh x 2 centavos de dólar cada uno es igual a un dólar. Justo lo que nos dice don Franklin al respecto.
Pero resulta que no puedo todavía echar las campanas al vuelo. Ese gas lo tendría que comprimir a temperaturas de casi el cero absoluto para poder almacenarlo. Y luego tendré que adquirir la flota de camiones para llevarlo a puerto. Y también tendré que producirlo en cantidades tan grandes para que un barco especializado que todavía está por ser construido en algún astillero de Corea o Polonia, me lo transporte de puerto caldera o limón a los centros industriales. Esto me obliga a estimar el coste total de la producción en 65 Kilovatios hora.
A estas alturas de mi investigación, ya los costos pronosticados de producción me llegaron a US$ 1,30 por kilogramo comprimido de H2 verde. Todavía me faltan incluir los costos de construcción de la subestación eléctrica, de la construcción de la planta en la que operaran las electrolizadoras, la zona de los tanques de almacenamiento y de los dispensadores a alta presión. Me falta también incluir las cargas sociales para los trabajadores y sus salarios.
Sin abusar de vuestro tiempo de lectura de este proyecto, creo que podría generar el H2 verde y liquido comprimido y a menos de 250 grados centígrados en unos dos dólares por kilogramo y venderlo a tres o cuatro y hasta cinco dólares. Para poder competir con países que también lo van a producir en enormes cantidades como Chile, México, USA, Australia, Canadá, Holanda, Alemania, etc., pienso comenzar construyendo una planta solar de 1 Gigavatio de potencia pico al mediodía y una electrolizadora de 500 megavatios de potencia. La inversión inicial sería de por lo menos US$ 1,500 millones de dólares.
He leído el proyecto de ley con el que diversos sectores políticos en la asamblea legislativa pretender estimular esta industria, y no puedo más que desilusionarme al constatar que dicho proyecto de ley no pretende ayudar a los futuros productores de hidrógeno verde como yo, sino que a proteger al ICE y a las distribuidoras eléctricas ante la posibilidad que cada productor de hidrogeno verde genere para su autoconsumo la energía eléctrica que va a necesitar al mínimo costo posible. El proyecto de ley es sumamente claro, solamente los actuales generadores de electricidad con concesión vigente podrán generar la electricidad que será requerida por los productores de hidrogeno verde. Y para mayor protección a sus inversiones y costos, será la ARESEP la entidad que regulará las tarifas sin compromiso de acuerdo al proyecto de ley a punto de ser aprobado en segundo debate, a que sean producciones al costo o al mínimo costo.
Sin la libertad por ley para que cada futuro generador de hidrógeno verde produzca su propia energía eléctrica al mínimo costo, sino que se vea obligado a comprarla a los actuales generadores eléctricos, de suma conocidos por su famoso despilfarro en los procesos de construcción de sus plantas, y a un precio regulado, es decir protegido por la ARESEP, no creo que me arriesgue a invertir los millones de dólares que se requieren para dicha industria, por más exoneraciones para la importación de maquinaria y a las ganancias que me otorgue la futura ley. Simplemente no podría llegar a producir hidrogeno verde a precio competitivo internacionalmente, si me veré obligado por la ley a comprarle la energía eléctrica que voy a necesitar nada menos que al ICE con sus actuales tarifas o incluso levemente menores, pero siempre protegidas por la ARESEP bajo el concepto de regulación de precios al costo contable demostrable.