Vinos de licor
Jose Salom jose.salom@chateau1525.com | Viernes 02 noviembre, 2018
En rigor los licores tienen una base de alcohol obtenida por la destilación de la caña, frutas, granos, sumada a la infusión de especias, flores, frutas, raíces, entre otros, y azúcar.
Al final de una comida resultan digestivos y muy agradables sobre todo cuando se busca acompañar un postre o remplazarlo.
En cambio cuando se habla de vinos de licor, se hace referencia a mostos de uvas blancas o negras, que no llegan a fermentar.
Al azúcar contenido naturalmente en las bayas, se le adiciona alcohol vínico es decir, el procedente de la destilación de un vino, interrumpiendo así la fermentación tradicional que lograría con las propias levaduras presentes en los hollejos (pieles).
Este producto se traduce en una bebida que se denomina vino porque parte de uvas, sin embargo no responde a la definición básica ya que un vino en parte es: el resultado de la fermentación total o parcial del azúcar contenido en las bayas mediante la acción de las levaduras.
Es conocido como mistela, pero según el país de procedencia accede a denominaciones de origen controladas y reconocidas, siendo estas muy apreciadas.
En costumbres como la francesa, los vinos de licor tienen lugar ante platos tan sofisticados y fantásticos como el foie gras, que por su tenor graso y el agregado de la flor de sal, logra un contraste muy atractivo.
Ofrece un maridaje regional, la principal región productora de foie: la Charentais, situada en el sudoeste de Francia, sobre la cual también se ubica la appellation Cognac, dando oportunidad a contar con un alcohol base excepcional.
Otra oportunidad para acompañar estos vinos son quesos como el azul u otros muy envejecidos.
Para una sobremesa es fantástico contar con vinos de licor o licores y regalarse al final, el gusto más dulce.