Adonis urge de protección de su equipo
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Jueves 23 enero, 2020
Atrapado en la enfermedad del alcoholismo, Tano no podía dejar de consumir la droga. Amigos cercanos, impotentes en sus afanes de ayuda, lo veían recaer y recaer en la bebida.
Un día, desesperado por la situación de su amigo, en carrera desenfrenada hacia la muerte, Elías Rojas, quien era funcionario del ICE, lanzó una frase con ribetes de sentencia: “A Tano solo el alcohol nos lo podrá devolver, y quiera Dios que nos lo regrese antes de que muera”.
Tuvo razón Elías: a Tano, el látigo del alcohol lo flageló, pero al borde de la muerte, el Poder Superior le dio la oportunidad de regresar a la vida en sobriedad. Todo esto sucedió hace 35 años.
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Lo cuento porque considero que a Adonis Pineda solo el fútbol lo puede regresar a la estelaridad. En tanto el joven y prometedor portero empiece a atajar, a jugar, a tomar confianza, volverá a convertirse en el meta seguro de Alajuelense, equipo con el que transitó con éxito durante las dos fases regulares del Apertura anterior, tanto que llegó a formar parte de la Selección Nacional.
La gente más cerca al guardameta debe cuidarlo y protegerlo; en esto, Liga Deportiva Alajuelense como club, como un todo, asume una cuota enorme de responsabilidad para el futuro del joven arquero. Cualquier detalle, una frase a destiempo, una decisión apresurada o un acuerdo con cabeza caliente podría provocar una herida letal en el corazón del prometedor cancerbero.
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No importa la opinión de un sector de la prensa deportiva desbocada, a Pineda hay que desenchufarlo de los medios de comunicación y cortarle de tajo su conexión con las nefastas redes sociales, repletas de “pachucos”, que destilan, cual víboras, veneno en sus lenguajes.
Alajuelense está obligado a construirle a Pineda un entorno propicio para su resurrección emocional y futbolística, y si eso significa aislarlo del ambiente tóxico y contaminante, pues hay que hacerlo.
Enseguida, y con mucho tacto, hay que devolverlo al fútbol y conforme pase la tormenta, darle minutos, después partidos enteros ya veremos todos que el contacto con el balón le devolverá a Adonis la seguridad, colocación y confianza con la que inició su trayectoria y lo llevó de titular a la portería del León. Vendrán grandes intervenciones, buenas atrapadas, salidas de puños y acciones determinantes con las que Adonis Pineda dirá: “¡Aquí estoy, presente!”
Y no lo duden, retornarán los aplausos.
gpandolfo@larepublica.net
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