Alajuelense debe poner las cosas en su lugar
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Viernes 15 noviembre, 2019
¡Como que se detuvo el tiempo!
¡Como que todo paró de golpe!
¡Como que a lo que venía sucediendo se lo tragó la tierra!
¡Como que la historia no terminó como se suponía!
¡Como que a Liga Deportiva Alajuelense le dieron una patada en el trasero y la enviaron a otro escenario diferente!
¡Como que el Torneo Apertura se terminó sin que terminara!
¡Como que el equipo de Andrés Carevic quedó obligado a reescribir la historia!
¡Como que de pronto el favorito ya no es favorito sin una sola razón de peso para desacreditarlo!
¡Como que la suspensión del campeonato atrajo a los fantasmas!
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Se tejen y construyen en la nube comentarios que inundan la celda del León de dudas; se acrecientan y aumentan en los entornos las opiniones que le bajan el piso al gran protagonista del evento.
¡El parón afectó a la Liga!, ¡a la Liga le cortaron los circuitos!
Se produce una sensación negativa en torno al equipo dominante del torneo y se construye una corriente que pesa, en el sentido de que estamos por observar a un Alajuelense mutilado y diferente.
La última derrota en San Carlos previa a la detención del calendario empuja los pronósticos negativos.
Claro que Alajuelense está concentrado en lo suyo y el cuerpo técnico trabajó para que esta suspensión del torneo no los afectara, pero nadie puede negar que en el ambiente se huele un tufo antirrojinegro.
La larga suspensión del campeonato le dio aires triunfalistas a otras corrientes y bajó el promedio de opiniones contundentes, en el sentido de que el título en esta ocasión se quedaría en La Catedral.
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¡La culpa es del parón!
Pero, ¿qué responsabilidad tiene el parón? Ninguna.
Creemos que el Alajuelense por arte de estas “magias” ha quedado en la obligación de dar un golpe de efecto claro y contundente, derrotando a Jicaral en el cierre de la ronda clasificatoria.
Una victoria convincente de los pupilos de Carevic sobre los de Jeaustin Campos va a enterrar de tajo todo este tipo de especulaciones negativas en el entorno manudo, y así la Liga podrá reconstruir ese rompecabezas, que hoy parece disperso por la bendita y larga suspensión del Apertura.
Pero igual se juega “el otro lado”, y si Jicaral derrota al León, hará que aumenten desproporcionadamente las opiniones negativas que hoy distraen a la feligresía eriza, evento para nada favorable de cara a las semifinales del torneo, donde el León debe enfrentar a San Carlos o el Cartaginés.
gpandolfo@larepublica.net
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