Antigua se topará a un Alajuelense muy unido

Cincuenta años escribiendo la columna “Así los Vimos”, que lamentablemente la nueva tecnología la va enterrando, nos han hecho muy observadores de situaciones de los juegos de fútbol, que no tienen que ver propiamente con las acciones del partido.

Por eso afirmamos que el Antigua de Guatemala, se va a topar esta noche con el Alajuelense más unido de los últimos años, donde reina y se refleja un compañerismo poco usual en un club al que apenas esta temporada se incorporaron cuatro futbolistas extranjeros y con la batuta de un técnico en su primera temporada completa.

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La forma contagiosa en que los futbolistas de la Liga, titulares y suplentes, festejaron las tres anotaciones frente a San Carlos no son corrientes. Bien lo escribieron los cronistas y exclamaron los narradores del juego, parecía que el León finalmente había obtenido la anhelada Copa 31, al observar aquella pira humana que se construyó en el zacate después de cada conquista.

Pero… ¿qué rescatamos?

Vimos a Alberto Toril tirársele encima a Jonathan Moya y abrazarlo efusivamente, después de que el jugador con el que alterna la posición de “nueve” en una competencia honesta y de puro rendimiento, anotó el segundo gol manudo.

Observamos a Carlos Martínez, abrazando a Fernando Piñar, el compañero que en varios partidos lo suple como defensor derecho. La rabia con la que se desahoga el portero Leonel Moreira cada vez que la Liga anota y observar al capitán Celso Borges, alzando la voz para que el equipo no se desconcentre y se levante, luego de recibir un gol que en ese momento se consideraba antirreglamentario.

Alexandre Guimarães, “viejo zorro”, alternando alineaciones y dando oportunidades y minutos al 90% de la nómina, no ha permitido que jugadores cuestionados por la fanaticada se hundan; caso de Ian Lawrence, siempre con presencia en el equipo.

Contra este León, invicto, motivado, sólido en la cima de la clasificación, tendrá que luchar y medirse el Antigua de Guatemala, que, por cierto, le hizo muy buen juego a la Liga en la ida, tanto que si sus atacantes hubiesen estado finos y con brújula, un par de goles pudieron anotar en la primera parte.

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Ahora: el 0-0 de la ida no da tranquilidad, porque un empate con goles, da la clasificación a los chapines. La Liga no juega al 0-0, es un equipo que ataca, de manera que estamos en puertas de un encuentro que se proyecta emotivo y ofensivo.

gpandolfo@larepublica.net