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Costa Rica ebulle

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 15 marzo, 2024


Dr. José Rodrigo Rojas M.


Dr. José Rodrigo Rojas M.

Académico-Investigador, UNA-ICAP

yoyi66@yahoo.com

Diferentes partes del país están siendo azotados por olas de calor sin precedentes y en varios lugares, de Guanacaste y San José, se han reportado récords nunca registrados. Esta condición climática es el principio de lo que viviremos bajo la severidad del calentamiento planetario. De hecho, por la frecuencia y duración de olas de calor que se han registrado en todo el planeta, en Julio del año pasado el Sr. Antonio Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, declaró oficialmente el comienzo de la era de la ebullición global. También la Organización Meteorológica Mundial y el Servicio de Cambio Climático Copernicus, de la Unión Europea, ratificaron que en los últimos dos años se han documentado los días más calurosos desde hace 120 años y récords de temperaturas oceánicas jamás observadas. Lo que ocurre es tan serio, que en algunas regiones del planeta ya comenzaron a experimentar la sensación térmica de vivir con el incremento esperado de1.5C⁰ de temperatura global que se estableció, como límite aceptado para el año 2050, en el Acuerdo de París de 2015.

Por intereses, y ajedrez geopolítico, hay grupos internacionales que desconocen esta declaratoria, sin embargo, la nueva era de la ebullición es un hecho respaldado por la ciencia. De acuerdo con el Climate Change Performance Index hay cuatro factores detonantes de esta condición: I. forzamiento radiativo climático antropocéntrico, generado por el incremento exponencial de gases de efecto invernadero; II. pobre cumplimiento de los compromisos internacionales acordados para reducir las emisiones globales contaminantes; III. una creciente potestad imperio y poder dominante de la geopolítica por parte de los países productores de petróleo y IV. escaza cooperación internacional para aumentar la ambición y financiamiento de soluciones basadas en la naturaleza. Y aunque Costa Rica es uno de los países, de la región latinoamericana, que más ha avanzado en acciones hacia la resiliencia, no escapa de esta alarmante realidad planetaria. De hecho, la nueva era nos confronta con rezagos estructurales históricos y aunque hemos sido eficientes en la generación de políticas públicas, para la sostenibilidad, estas no parecen conectarse con planes, programas, proyectos y acciones que impacten positivamente la calidad de vida de las personas y que nadie se quede atrás.

Sobre gobernanza climática, tenemos un modelo de desarrollo con dos cabezas. Una lidera la agenda 2030, la otra impulsa la petrolización como base del progreso económico. Tal antagonismo, imposibilita la reducción efectiva de emisiones contaminantes, de hecho, cada año somos climáticamente menos resilientes, es lo que concluye el último informe del Estado de La Nación. La era de la ebullición vino para quedarse, sino actuamos pronto contaremos por miles los nómadas climáticos y se ensancharan las asimetrías que ya nos separan en sociedades con y sin acceso a bienes y servicios esenciales como el agua, alimento, energía y salud. Ante la era de ebullición, tenemos una serie de oportunidades para aumentar la gobernabilidad climática. Debemos incentivar la biocapacidad de remoción de emisiones del sector forestal, diversificar la matriz eléctrica con fuentes renovables no convencionales (biomasa, sol y el mar), masificar la electrificación renovable de la economía e impulsar los servicios ecosistémicos, la economía circular y la bioeconomía.







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