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Desigualdad y educación pública

Miguel Angel Rodríguez marodrige@gmail.com | Lunes 03 septiembre, 2012



Desigualdad y educación pública


Mayores niveles educativos representan ingresos futuros más altos para los estudiantes. Esa relación entre ingresos de diferentes niveles educativos varía en el tiempo.
Por ejemplo, en Estados Unidos los premios salariales por mayor educación eran muy significativos a principios del siglo XX. Posteriormente se fueron reduciendo considerablemente hasta inicios de los años cincuenta. Pero en las últimas tres décadas volvió a cambiar la tendencia y se han incrementado, hasta llegar en 2005 casi a los mismos niveles de 1915. Este cambio se da al tiempo que se acrecentó la desigualdad y se tornaron más importantes los salarios y bonos como parte de los ingresos de los más ricos.
Las dos fuerzas que determinan el premio por educación son la demanda por trabajadores más calificados y la oferta de estudiantes graduados en los diferentes niveles educativos.
La demanda por personal más calificado aumenta con los cambios tecnológicos. Puede considerarse, entonces, que ese premio resulta de la interacción entre los cambios en tecnología y la educación: del aumento en la demanda por empleados con mayor nivel educativo para manejar la nueva tecnología en relación con el crecimiento de la graduación de estudiantes con los más altos niveles de instrucción. En los EE.UU. la mayor influencia no ha provenido de los avances tecnológicos, sino de los cambios en la oferta de trabajadores con los diferentes niveles de educación.
La disminución en el premio por mayor educación en la primera mitad del siglo pasado así como el crecimiento de ese diferencial en los últimos treinta años se produce entre todos los niveles educativos. Para quienes solo terminaron secundaria, la recuperación del premio en relación con quienes apenas llegaron hasta octavo año ha sido mucho menor en el último periodo. Con el nivel tecnológico global, en EE.UU. hoy, no hay tanta diferencia como trabajadores entre graduados en secundaria y quienes no llegan a terminarla.
En Costa Rica el caso es diferente. Nuestra proporción de trabajadores con secundaria completa sigue siendo baja y la atracción de empresas de tecnología para generar exportaciones ha aumentado la demanda por empleados con tan solo ese nivel de estudios que incluyan aceptables conocimientos en matemáticas y ciencias y mayor conocimiento de inglés.
Si consideramos el retorno esperado para diferentes niveles de educación encontramos que en 2007 los trabajadores con primaría incompleta tenían un 3,6%, que subía al 6% para los que alcanzaban secundaria incompleta, a 18,2 para secundaria completa y a 19,5 para universitaria incompleta. Como se puede ver el gran aumento de ingresos se da para quienes alcanzan secundaria completa.
En Costa Rica la crisis del sistema de sustitución de importaciones prácticamente no afectó las condiciones de la educación universitaria, pero sí muy sensiblemente la secundaria. De 1980 a 1985 la matrícula en números totales en secundaria cayó casi un 20% y la de las universidades públicas aumentó un 4,5%. Fue hasta en 1998 que logramos recuperar nuevamente la cobertura en secundaria que teníamos en 1982, pero no hemos vuelto al número de días lectivos anuales que se impartían al inicio de los ochenta.
¿Habrá sido la crisis de nuestro anterior modelo de desarrollo la causa principal del crecimiento de la desigualdad entre nosotros?

Miguel Angel Rodríguez
Expresidente de la República

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