Logo La República

Jueves, 28 de noviembre de 2024



COLUMNISTAS


Equidad en el sector privado: ¿Un sueño lejano o una meta alcanzable?

Yolanda Fernández yolanda.fernandez@me.com | Jueves 28 noviembre, 2024


El Colegio de Periodistas de Costa Rica me invitó a participar en un foro llamado No hay excusa, a propósito de del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres.

Buscando información actualizada sobre Desigualdad en el Sector Privado de Costa Rica: Salarios y Representatividad, me llenó de tristeza ver que las cifras en lugar de mejorar se han estancado o siguen a la baja.

La desigualdad de género en el sector privado es un tema clave para el desarrollo social y económico. Aunque Costa Rica ha avanzado en igualdad de derechos, persisten brechas significativas, especialmente en salarios y representatividad.

Este tema no solo afecta a las mujeres, sino también a la productividad, innovación y sostenibilidad del sector privado.

Algunos estudios recientes, indican que las mujeres en Costa Rica ganan en promedio un 15-20% menos que los hombres por trabajos de igual valor. En puestos de alta dirección, la brecha puede superar el 25%. Solo el 25% de las posiciones de liderazgo en el sector privado están ocupadas por mujeres. En juntas directivas de grandes empresas, esta cifra disminuye al 10-15%.

Según datos del Banco Central, los ingresos de mujeres caen 3,2% en últimos 4 años, mientras que los de los hombres suben 19,1% en promedio. Por supuesto, la pandemia tuvo el protagonismo de hacer que esta brecha creciera de manera desproporcionada, aumentado aquella máxima de que la pobreza tiene rostro de mujer.

Aumentaron las cifras sobre que las mujeres tienden a concentrarse en sectores menos remunerados, que las brechas en acceso a formación y oportunidades de ascenso son menores y que aún existen sesgos inconscientes en la evaluación del desempeño y negociaciones salariales. Todo esto nos llama a la atención sobre el mayor riesgo de pobreza en hogares encabezados por mujeres y por supuesto, implica un impacto negativo en el desarrollo económico nacional.

En el último informe del Estado de la Nación, se indica que, en la última década, el ingreso promedio real de los hogares costarricenses ha disminuido casi una quinta parte respecto a hace 10 años, afectando principalmente a los estratos más bajos. La pobreza por ingresos alcanzó un 21,8% en 2023, acercándose al promedio histórico, mientras que la pobreza extrema se situó en un 6,3%. El Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL reportó que, en 2021, la tasa de pobreza extrema entre las mujeres era 0,3 puntos porcentuales mayor que la de los hombres.

La equidad no solo es un tema de justicia, sino también una oportunidad para potenciar la competitividad del país. Los estudios internacionales muestran que las empresas con mayor diversidad de género en liderazgo obtienen mejores resultados financieros y que la falta de representatividad limita la innovación y la capacidad de adaptarse a un mercado diverso.

Por supuesto que a nivel privado se deben implementar o fortalecer las políticas que lleven a potenciar la representación de las mujeres en los puestos de toma de decisiones y por qué no, hasta hacer auditorías que reflejen la realidad salarial de las mujeres dentro de empresas. Establecer metas de paridad de género en posiciones de liderazgo y promover programas de mentoría y capacitación dirigidos a mujeres.

Y desde lo gubernamental, no es de recibo que la inversión social pública como porcentaje del PIB cayó del 24,2% en 2020 al 20,7% en 2023. Es mandatorio que se invierta en las zonas costeras y fronterizas que son las de mayor rezago económico-social, en programas menos asistencialistas y que provea trabajo y bienestar a más mujeres, eliminando el rezago que aún, a estas alturas, se mantiene.

NOTAS ANTERIORES








© 2024 Republica Media Group todos los derechos reservados.