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NOTA DE TANO


Dodgers a un triunfo de la Serie Mundial

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Martes 27 octubre, 2020

beisbolista

Esta noche, los Dodgers de Los Angeles podrían ganar la Serie Mundial. Si logran la hazaña, reeditarán los recuerdos de 1988, cuando por primera vez una ciudad campeonizó en una misma temporada a dos de sus representantes: Lakers y Dodgers.

Entresacamos párrafos de una columna de opinión del analista estadounidense Bill Dwyre.

“¿Recuerda 1988? ¿Se acuerda cuando la gente caminaba sin mascarillas, los estadios deportivos estaban llenos de espectadores cuyo distanciamiento social era de unos ocho centímetros, y tanto los Lakers como los Dodgers ganaban títulos mundiales?

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Dado que LeBron James y los Lakers ya se han hecho cargo de su parte, aquí vamos de nuevo. Tal vez.

Ah, 1988. Treinta y dos años han pasado. El tiempo vuela, pero los recuerdos siguen.

En 1988, los Lakers tenían que ganar y lo hicieron. Fue el equipo de Magic Johnson en su mejor momento y Kareem Abdul-Jabbar aún dominante en el ocaso de su carrera. Era el equipo que tenía a Pat Riley, cabello peinado hacia atrás y personaje de estrella de cine.

Ahora, le tocaba a los Dodgers, quienes vencieron a los Atléticos de Oakland en cinco juegos de la Serie Mundial, a pesar de ser un equipo con poco más que una estrella de pitcheo, un manager con imagen de nunca morir y un bateador de poder envejecido y lesionado

Orel Hershiser, la estrella, fue etiquetado como un “Bulldog” por su manager, Tommy Lasorda. Hershiser, alto y larguirucho, no parecía un bulldog. Simplemente lanzó como uno.

Pero esa serie es mejor recordada por alguien más.

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En el Juego 1 en el Dodger Stadium, con los Dodgers perdiendo 4-3, un corredor en la primera base y hasta su último out, Lasorda envió a su poderoso bateador lesionado, Kirk Gibson, para hacer un emergente. Gibson cojeaba principalmente desde el dugout hasta la caja de bateo.

El resto es leyenda del béisbol. Gibson de alguna manera se inclinó hacia un lanzamiento del relevista estrella de Oakland, Dennis Eckersley, y conectó un jonrón ganador del juego. Las imágenes de él cojeando por las bases y celebrando serán durante mucho tiempo parte de la tradición del béisbol.

Los Dodgers de 2020 son mucho más fuertes que los del 1988: tienen un tres veces ganador del premio Cy Young en Clayton Kershaw, un as en Walker Buehler y una alineación de bateo que es una amenaza en todo su orden”, escribió Dwyre.

Hoy es el juego seis y para los Rays no hay mañana.

gpandolfo@larepublica.net

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