El desfinanciamiento de la Caja
Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 30 septiembre, 2015
El no pago a la Caja fomenta la incertidumbre y el deterioro del compromiso sociocultural base de fundación de la democracia y la capacidad de vivir en paz del país
El desfinanciamiento de la Caja
El monto exacto no está claro; incluso el Ministerio de Hacienda y la Caja no están de acuerdo al respecto. Pero sí es definitivo que supera $1,2 mil millones la deuda que tiene el gobierno con la institución benemérita.
Y, al fin, cuando uno que otro gobierno de turno llega a un acuerdo para saldar por lo menos parte de esta suma, paga con bonos de bajos intereses y de largo plazo.
Es difícil “negociar” esos bonos para los bancos y otras instituciones estatales como la Caja que ya están repletos del mismo tipo de “instrumento” financiero.
Se están llenando con estos “papeles” de poco valor.
A los empleados públicos no les apuntan “patrono moroso” en sus órdenes patronales como hace la Caja con trabajadores del sector productivo si su empleador no está al día. Reciben el servicio sin ningún problema.
Pero están recibiendo servicios que tienen costos en dinero real que la Caja tiene que erogar para pagar salarios, equipo, medicinas, camas y cuantas cosas más que son indispensables para prestar un servicio de alta categoría.
Es peor el asunto porque ha habido ocasiones cuando el gobierno no paga los intereses de los mismos bonos; por ejemplo, el año pasado cuando el Ministerio de Hacienda anunció que estaba reduciendo el presupuesto “difiriendo pagos de deuda”, lo que estaba haciendo es no pagando los intereses de ese año a instituciones como la Caja. Presentaron este “ahorro” a los diputados y a la opinión pública como una reducción de gastos pero al final de cuentas estaban aumentando sus deudas, que se tendrán que pagar “algún día.”
Argumentar que todos los problemas en el servicio que brinda la Caja tienen sus raíces en la falta de recursos sería ingenuo. Pero los de la tesorería de esa institución no son “alquimistas” y la enorme cantidad de papeles recibidos del estado realmente no pueden usarse para cumplir con las obligaciones que tiene.
En estos días la CID/Gallup reportó los resultados de su última encuesta de opinión pública donde preguntó a los costarricenses de menos de 55 años de edad si creían que la Caja tendrá el dinero para pagar sus pensiones cuando llegaran a la edad de la jubilación. Dos terceras partes manifestaron que no creen que tendrá los recursos cuando ellos tendrán el derecho de recibirlos.
Este es un factor más de varios que fomentan la incertidumbre de los habitantes y el deterioro del mismo compromiso sociocultural que ha servido como la fundación de la democracia y la capacidad de vivir en paz del país.
Algún político del partido oficialista pudiera decir que la deuda con la Caja se podría subsanar si hubiera un aumento en los impuestos pagados por todos los habitantes.
Es un argumento espurio porque cuando entraran los recursos nuevos, producto de ese aumento, encontrarían los del gobierno otras necesidades de mayor importancia en qué usarlos.
Por sí, ya ha sido costumbre por varias épocas no pagar a la Caja.
Carlos Denton
cdenton@cidgallup.com
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