Hoy Colombia: segundo examen del kínder de Alfaro

El empate 0-0 de la Selección Nacional frente a Brasil, nos asegura la clasificación al Mundial 2026.

¿Por qué afirmamos esto, si nada tiene que ver una cosa con la otra?

Porque, cuando doña FIFA decidió otorgarle la sede del próximo Mundial a Canadá, Estados Unidos y México, le quitó a la Selección Nacional los tres rivales de peso de la Concacaf en las eliminatorias.

Aunque los dirigentes de nuestro fútbol y el cuerpo técnico de la Tricolor, afirman que la eliminatoria mundialista es complicada, la pura verdad que la ruta a la Copa del Mundo, para un seleccionado como el costarricense, es un pastel.

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Ni por asomo, en la pentagonal que se inicio con victorias ante San Cristóbal y Nieves y Granada y que completan Trinidad y Tobago y Bahamas, el equipo que dirige Gustavo Alfaro se va a topar con un rival del calibre de los brasileños. Tampoco en la siguiente fase, que es una cuadrangular, cuyo primer lugar se clasifica directamente al Mundial.

Los seleccionados más potentes de Concacaf, son, aparte la Tricolor: Panamá, Honduras, Jamaica, puede que los trinitenses, quizá Haití, Surinam o Guatemala, todos a kilómetros de distancia del poderío de los brasileños.

Entonces, si Costa Rica pudo frenar a Brasil, no tendrá mayores problemas para imponerse en ruta al Mundial, a seleccionados mucho más débiles que los pentacampeones del mundo.

Esta tarde la Selección Nacional enfrenta a Colombia, que derrotó a Paraguay en el grupo nuestro. En este tiempo, los cafeteros están jugando mejor fútbol que Brasil, tiene un seleccionado repleto de estrellas y un largo invicto que sobrepasa los 25 partidos.

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Probablemente, Costa Rica repita un planteamiento táctico reforzado en retaguardia y con escaso o nulo poder ofensivo, porque ¡eso es lo que tenemos!

Nos la jugamos en defensa, pero somos inofensivos en ataque y este es el argumento que utilizamos para afirmar, qué si seguimos jugando a la defensiva, con el sacrificio, empeño, orden y la vocación que presentó la Tricolor ante Brasil y que seguramente repetirá frente a Colombia, nos alcanzará, por la fragilidad de la mayoría de nuestros rivales, para clasificarnos cómodamente al Mundial 2026.

Pero, y he aquí el dilema, si Gustavo Alfaro no encuentra la fórmula o los futbolistas que puedan darle a la zona ofensiva de la Tricolor otro rostro, iremos de nuevo al Mundial a jugar los tres partidos de trámite en el calendario y regresar a casa con las manos vacías.

gpandolfo@larepublica.net