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Notable

Claudia Barrionuevo claudia@chirripo.or.cr | Lunes 28 enero, 2013


De aquí a que alguna de las 100 recomendaciones se haga efectiva pasarán más de mil años, muchos más: las trabas legales y burocráticas son muchas y ya empezaron a surgir


Notable

Que nuestro país tiene serios problemas de gobernabilidad no cabe duda. Que a doña Laura le ha costado mucho marcar un rumbo está claro. Que para afrontar la crisis del estado una comisión de notables era un buen inicio es muy posible. Que no se nombrara a una sola mujer dentro de ese grupo fue un error. ¿No hay acaso féminas notables? Si una llegó a Zapote es porque hay más. ¿O no?
Pero ese no es el tema. Ya los notables dieron su veredicto. Respeto a los que conozco y no dudo de los demás.
Se acabó el bipartidismo que nos marcó durante décadas y eso ha complicado el panorama. Positivo: ha permitido más voces en el espectro político. Negativo: las negociaciones son más y complejas. Alianzas: no me gustan si no tienen un marco ideológico. Ser una unión “en contra de” es pobre e insuficiente.
No me considero notable, en las lides del conocimiento del Estado, ni creo tener la capacidad para cuestionar las resoluciones de la comisión. Sin embargo, como simple ciudadana, lo que he leído en la prensa me provoca serias dudas.
El Congreso podría hacer renunciar a los ministros para censurar al Gobierno. El presidente, entonces podría pedir ante el Tribunal Supremo de Elecciones nuevas elecciones de diputados, o bien solicitar esta medida si cree que la Asamblea no funciona. Los diputados pueden también exigir la renuncia del ministro de la Presidencia.
¿Esto no va a ser un despelote? “Diputados: Ahora te saco a los ministros”, “Presidente: ahora pido elecciones para que se vayan todos”, “Diputados: va para fuera tu mano derecha”. Suena a más ingobernabilidad, tal vez me equivoco.
Ampliar la cantidad de diputados de 57 a 87. ¡Asusta! Entre los actuales habrá seis o diez capaces, preparados, trabajadores, dignos… el resto, simplemente dan vergüenza ajena. Si no se logra reunir a 57 notables diputados, ¿de dónde va a sacar 30 más?
Limitar los tiempos del debate legislativo es, sin duda, una buena idea. Cuando uno escucha por radio las largas peroratas de los diputados o bien las lee por Internet, se deprime. ¡Qué falta de capacidad de síntesis! ¡Qué habladera de paja! ¡Qué pérdida de tiempo! ¡Qué horror!
Lo de reelegir a algún diputado, me gusta. Justamente, como hay tan pocos que valen la pena, que el que sirva se quede un rato más, no es mala idea. Siempre he querido votar por personas y no por listas de partido.
Reelegir al presidente de inmediato… dudas, dudas, dudas. Sí, es cierto que cuatro años son muy pocos para hacer un cambio. También es cierto que pocas veces (o nunca) el que gana es el mejor. Generalmente no tenemos un presidente notable, sino uno que maneja mejor los medios, o tiene el poder sobre las estructuras del partido, o fascina a las masas que se dejan llevar por cualquier discurso politiquero.
De aquí a que alguna de las 100 recomendaciones se haga efectiva pasarán más de mil años, muchos más: las trabas legales y burocráticas son muchas y ya empezaron a surgir.
Así que, estemos de acuerdo o no con el informe, podemos esperar sentados los posibles cambios. Paciencia.


Claudia Barrionuevo

claudia@barrionuevoyasociados.com
 

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