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A la guerra sin cansarse

Alvaro Madrigal cuyameltica@yahoo.com | Jueves 02 octubre, 2008


De cal y de arena
A la guerra sin cansarse

Alvaro Madrigal

La historia muestra que la oligarquía también declaró la guerra a los ex presidentes Alfredo González Flores y José Figueres Ferrer. Pero esa historia no registra que ellos se cansasen o recogieran velas o se pusieran a llorar por sus cuitas. El Lic. González no renunció a sus inquietudes sociales y económicas, confesas desde su primer mensaje presidencial cuando esbozó una visión de Estado no liberal, intervencionista y regulador. La oligarquía no tardó en zancadillarlo e hizo que sus bancos le negaran apoyo financiero. La réplica presidencial fue crear el Banco Internacional de Costa Rica al que asignó la facultad de emitir dinero. Luego aparecen en su legado político las Juntas Rurales de Crédito Agrícola, los Almacenes Generales de Depósito, la Ley de Seguros Mercantiles y las Compañías de Seguros. Resalta el régimen de controles sobre los bancos privados a los que obligó a recibir y cambiar los billetes del quebrado Banco Comercial. Ni que decir de lo que él mismo llamó “una reforma radical en nuestro sistema rentístico y fiscal”: los impuestos a la renta y a los inmuebles. La furia de la oligarquía no tardó en aparecer. Se aprovechó de errores graves del gobierno (por ejemplo, las fraudulentas elecciones de medio periodo) al grado de conspirar de la mano de ese oscuro personaje que fue Lincoln Valentine —promotor de un inescrupuloso negocio petrolero— y del ambicioso secretario de Guerra, Federico Tinoco. También hubo un periódico, “La Información”, a cargo de la campaña mediática. El 27 de enero de 1917 González Flores fue derrocado. Su semilla, empero, luego germinó envidiable y hace parte de las razones por las que Costa Rica se diferenció del vecindario.

Valiente, audaz y desafiante, Figueres no evadió la guerra que le declaró la oligarquía y que tuvo su punto de partida cuando el líder de la insurrección armada no solo se negó a derogar las Garantías Sociales y el Código de Trabajo sino que profundizó más la existencia del Estado Social de Derecho, lo que anuncia en su discurso de instalación de la Asamblea Nacional Constituyente. La historia recoge sus trascendentales decisiones en materia bancaria, energética, impositiva, vivienda, fomento de la agricultura y política exterior. Seguramente fueron la consolidación de la reforma social de Calderón Guardia, la estatización de los depósitos bancarios y el impuesto del 10% al capital los hechos que provocaron la ira de la oligarquía y marcaron la sempiterna línea de fuego contra los mandatos de Figueres. Pero don Pepe nunca se aflojó ni se cansó ni cedió a sus presiones. Y por más que desde su poder mediático la oligarquía quiso destruirlo, salió indemne y acudió a la cita con la historia con prescindencia total de lo que “La Nación” intentó montarle. Fueron de antología el antagonismo entre Figueres y la oligarquía, la forma en que él anuló su influencia y la determinación con que se introdujo en sus cotos de caza. Figueres no se cansó pero su entorno.... La oligarquía descubrió que la mejor opción era infiltrar su partido y colocar adentro la quinta columna que se encargaría de imponer una visión de país neoliberal.

González Flores, Calderón Guardia, Figueres Ferrer... Los constructores de la democracia social no se cansaron.

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